El BCE ve ‘prematuro’ acometer cambios en su política monetaria

El presidente del BCE, Mario Draghi (Foto: GETTY).
El presidente del BCE, Mario Draghi (Foto: GETTY).

El Banco Central Europeo (BCE) considera aún prematuro efectuar algún cambio en su política monetaria a causa de la todavía débil inflación, aunque el debate entre sus miembros persiste y podría dar alguna señal en esa dirección «pronto» este año.

Según las actas de la última reunión del Consejo de Gobierno del banco del pasado 25 de enero, publicadas hoy, sus miembros debatieron dejar atrás el reiterado compromiso de la entidad de incrementar los estímulos monetarios en caso de que la situación económica empeore.

«Algunos miembros expresaron su preferencia» por retirar ese compromiso de la declaración que realiza el banco tras los encuentros de su máximo órgano rector, una vez que se ha «reforzado la confianza en un sostenido ajuste de la inflación», indicaron las actas.

Sin embargo, el Consejo de Gobierno decidió que la eliminación de esa posibilidad «era prematura» y todavía no estaba «justificada», aunque reiteró que su política de comunicación podría ser revisada «pronto» este año como parte de la valoración de la situación «en los próximos encuentros de política monetaria».

El BCE reafirma, por tanto, su posición monetaria actual de mantener su programa de estímulos a través de compra de deuda pública y privada por valor de 30.000 millones de euros mensuales hasta septiembre de 2018 o «más allá si fuese necesario» y su intención de aumentar ese volumen de adquisiciones si «las perspectivas se vuelven menos favorables».

Las actas de la reunión del 25 de enero señalaron que una amplia mayoría de los miembros del Consejo reconocieron la necesidad de «constancia» y «prudencia» en la política de comunicación de la entidad.

En ese contexto, remarcaron que la comunicación de la política monetaria se desarrollará de acuerdo a la evolución de la economía, intentado evitar «ajustes abruptos» con posterioridad.

Cualquier cambio en el momento actual se consideró de forma general como «prematuro» ya que la evolución de la inflación sigue siendo débil pese al robusto ritmo de expansión económica.

Aunque hay razones para tener cada vez «más confianza» sobre la evolución de la inflación hacia el objetivo del BCE ligeramente por debajo del 2 %, se precisa todavía «paciencia y persistencia», afirman las actas.

«Un amplio grado de estímulos monetarios se vio, de forma general, como todavía necesario para acompañar la expansión económica» y para apoyar la inflación a medio plazo.

Tras la rueda de prensa del presidente del BCE, Mario Draghi, posterior a la reunión del 25 de enero los mercados especularon con la posibilidad de que en el próximo encuentro del Consejo el 8 de marzo pudiese haber ya algún signo de cambio en su política, aunque las actas publicadas hoy parecen alejar algo esa posibilidad.

Volatilidad del tipo de cambio del euro

Según las actas, los miembros del Consejo de Gobierno se mostraron «ampliamente» de acuerdo en que cualquier cambio en la comunicación de la política monetaria debe ser «gradual» y llevarse a cabo en línea con mejoras en las perspectivas de inflación a medio plazo.

Las actas recogen también la preocupación de los directivos del banco respecto a la volatilidad del tipo de cambio del euro, aunque destacan que la apreciación de la moneda no ha tenido por el momento efectos significativos sobre la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos frescos.

Además, los miembros del Consejo reafirman su compromiso con el consenso internacional en que los tipos de cambio sean determinados por el mercado y expresan su rechazo a las políticas orientadas a influir en ellos directamente por razones de competitividad, como ocurrió recientemente con las declaraciones de políticos estadounidenses respecto a las ventajas de un dólar débil.

El euro se ha apreciado cerca de un 4,5 % frente al dólar en los últimos seis meses, aunque en los últimos días ha perdido cerca de un 2 % respecto a los picos de cotización que marcó la semana pasada.

Un euro demasiado fuerte encarece las exportaciones de las empresas de la eurozona y abarata las importaciones por lo que puede presionar a la baja el comportamiento de la inflación en el área.

El Consejo de Gobierno señaló que los datos disponibles no sugieren que las medidas de política monetaria actuales estén teniendo efectos colaterales indeseables significativos sobre la estabilidad financiera en sectores como el mercado inmobiliario.

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