El BCE pide mayor armonización de la regulación bancaria para reducir riesgos
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, defendió este martes que se necesita un "marco regulador más armonizado" entre los países de la eurozona para seguir reduciendo los riesgos en el sector bancario
Guindos afirmó que dentro del proceso para completar la unión bancaria se ha conseguido una «reducción sustancial de los riesgos» en el sector y que este proceso «debería continuar», algo que depende también de una mayor armonización de las normas de supervisión.
El exministro de Economía español consideró que esto implica «emprender un esfuerzo serio» para armonizar las opciones y facultades que ofrece el derecho de la UE respecto de los bancos que están bajo supervisión indirecta del BCE, «algunas de las cuales están en manos de los legisladores nacionales».
También para limitar las oportunidades de regular de forma arbitraria y garantizar la igualdad de condiciones a nivel europeo.
«Esto solo puede conseguirse a través de legislación europea e instituciones comunes que acerquen a las autoridades nacionales», afirmó.
En un evento organizado por la Eurocámara para conmemorar el vigésimo aniversario del euro, Guindos defendió que es «esencial» completar la unión bancaria, que ha ayudado a hacer la banca europea «más segura y sólida y capaz de apoyar a la economía».
Hay que avanzar sobre el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos y hacer operativo el cortafuegos del Fondo Único de Resolución, ha dicho Guindos
En este sentido, además de la reducción de riesgos, consideró necesario «avanzar en las discusiones políticas» sobre el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos y hacer operativo el cortafuegos para el Fondo Único de Resolución, destinado a garantizar que pueden financiarse resoluciones europeas sin perjudicar a la estabilidad.
Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, defendió también durante su intervención la necesidad de seguir profundizando en la eurozona y ahondó en las posibilidades el instrumento presupuestario para la competitividad y la convergencia que debaten actualmente los 19 países del euro.
En cuanto a las funciones que este debería tener, Centeno consideró que «tendría sentido» que el presupuesto apoyase tanto las reformas estructurales como la inversión, en particular pública, en los países de la eurozona con el fin de impulsar la productividad y el potencial de crecimiento.
Precisó, no obstante, que este instrumento «solo puede complementar» la acción nacional y no elimina la responsabilidad de las capitales de mantener unas «políticas sólidas».
La agenda de reforma de la eurozona supone un reto en un momento difícil para la UE
Centeno insistió además en que la idea es «crear un instrumento dedicado para el área del euro» y «no se trata de dividir una parte del marco financiero plurianual (de toda la UE) en dos», de modo que haya una línea para los países del euro y otra para el resto.
Asimismo restó importancia al debate sobre el volumen del presupuesto y subrayó que su «dirección estratégica» dependerá de los Estados miembros de la eurozona.
El presidente del Eurogrupo destacó que la agenda de reforma de la eurozona supone un reto en un momento particularmente difícil para la UE, por el auge de las fuerzas populistas y los próximos cambios en el panorama político europeo en un contexto de desaceleración y mayores riesgos económicos.