La banca se lanzó a comprar deuda de Sánchez en 2022 hasta elevar el 13% sus posiciones en renta fija
Las carteras de renta fija de las entidades financieras españolas rozan los 400.000 euros al cierre del ejercicio 2022
La deuda pública alcanza los 1,489 billones de euros en el arranque de 2023
La compra de deuda pública, especialmente la española, se ha convertido en la segunda línea de negocio de la banca española. La gestión del activo, según los datos del último Informe Anual de la Asociación Española de Banca (AEB) es, después del crédito, la actividad que más inversión ha captado durante 2022 en la estrategia de gestión de su activo. De hecho, la compra de deuda pública ha crecido a un ritmo del 13% durante 2022 para situar la cartera agregada de los 69 bancos miembros de la patronal que preside Alejandra Kindelán, cerca de los 400.000 millones de euros.
El mercado de deuda pública, especialmente la española, ha estado realmente animado en el último ejercicio hasta situar la ratio de deuda pública sobre PIB al final del ejercicio pasado en torno al 113,1%. Según el propio Tesoro Público español la emisión neta de deuda alcanzó en el pasado ejercicio los 70.063 millones (5.000 millones menos de los previsto) mientras la emisión bruta de títulos de deuda alcanzaba los 232.570 millones de euros.
El 40% de la deuda pública española está en manos de inversores internacionales «gracias a la emisión de nuevos instrumentos de financiación, como los bonos verdes», con una emisión de 3.207 millones de euros en 2022 hasta totalizar 8.207 millones.
La gestión de la cartera de renta fija de los bancos, integrada en su mayor parte por instrumentos de deuda pública se mantiene estable en torno al 14% de los activos totales de la banca, durante los últimos años. Aunque si se tiene en cuenta que, solo durante el año pasado, el balance agregado de las entidades creció el 6,9% para colocarse por encima de los 2,96 billones de euros; se entiende mejor el esfuerzo inversor de la banca en este tipo de activos.
Los bancos compraron algo menos de la mitad de los títulos de renta fija con la idea de mantener la inversión hasta su vencimiento. Otra cuestión es cómo se han gestionado el resto de las carteras (de particulares y empresas, fondos de inversión y de pensiones, etc.), que cumplen diferentes funciones dentro de la actividad habitual de las entidades de crédito y que, por tanto, mantienen estrategias de inversión diferenciadas.
La financiación a través de valores de deuda supone el 12,6% del total balance de los bancos asociados a la AEB, con un saldo de 372.000 millones de euros a 31 de diciembre y un crecimiento del 10% a lo largo del ejercicio.
De prestatarios a prestamistas
El aumento en la inversión en deuda pública es paralelo al radical cambio de situación que la banca española mantiene en términos financieros con los bancos centrales. De hecho, al cierre de 2022, el saldo que los bancos españoles mantenían con los distintos bancos centrales se ha reducido en más de 90.000 millones de euros.
Si se tienen en cuenta los depósitos y las reservas -además de los préstamos solicitados a los bancos centrales-, las entidades españolas han pasado de pedir dinero al banco central a dejarlo en depósito. De forma que, al concluir el ejercicio, la banca mantenía una posición neta prestamista por más de 232.000 millones de euros.
Esa cifra supone el 7,8% del total activos y prácticamente cuadruplica el importe de los recursos netos tomados de entidades de crédito que llegaban a los 63.000 millones a fin de año.
Al concluir el año, la posición patrimonial de las entidades presentaba unos fondos propios de 221.000 millones de euros agregados (el 7,5% del total balance) después de crecer a una tasa del 5% anual durante el ejercicio.
Pendientes de Europa
La compra e inversión en renta fija es clave para la banca como demuestra el hecho del seguimiento que la actividad del Comité de Mercados Financieros, Valores e Infraestructuras de la propia patronal bancaria española ha seguido con especial interés iniciativas regulatorias en el ámbito de los mercados de valores y protección del inversor. Especialmente, de la nueva regulación de las finanzas sostenibles y en todo lo referido a la distribución de productos financieros.
Dada la importancia de la nueva regulación europea sobre finanzas sostenibles, la AEB creó un grupo de trabajo para el seguimiento de la regulación de sostenibilidad relacionada directamente con la distribución de productos financieros.
A nivel europeo la banca española sigue también muy de cerca la modificación del llamado Reglamento MiFIR, que trata fundamentalmente de la organización de los mercados europeos, el acceso al mercado europeo por parte de las empresas de terceros países y las facultades de los supervisores.
Para la patronal bancaria española es muy relevante seguir las exigencias de publicación para la renta fija para la que, mantiene, no pueden «imponerse exigencias similares» a las que se aplican a la renta variable.