La banca, estupefacta e indignada con el impuestazo de Sánchez tras «arrimar el hombro» en la pandemia

Impuesto banca
Pedro Sánchez y Ana Botín en la presentación del Plan de reformas (EFE).

Las salas nobles de la Ciudad Financiera, las del edificio La Vela, o las de Torre Kio en Madrid tronaron ayer martes al mediodía, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció por sorpresa un impuestazo a las «grandes entidades financieras».

Nada sabían en la sede de Santander en Boadilla, ni en la de BBVA en el barrio madrileño de Las Tablas. Tampoco en la Torre Kio que ocupa Caixabank en la Plaza Castilla de Madrid, a pesar de que el Estado es uno de sus principales accionistas. Boquiabiertos estaban también en Sabadell, Unicaja o Bankinter.

«Nadie nos ha consultado, no hemos sido informados», señalaron fuentes financieras, que lamentaron el desaire a pesar del «permanente diálogo» que mantiene el sector con el Ejecutivo.

Los principales bancos españoles vieron cómo, tras las palabras de Sánchez, su valor en Bolsa se desplomaba. De la estupefacción inicial se pasó al cabreo. Al término de la sesión, los bancos españoles perdieron en total cerca de 5.000 millones de euros de capitalización.

El romance impostado que durante dos años han mantenido la banca española y el Gobierno de coalición se ha roto. ¿Para qué tanta foto durante la pandemia, para qué tanto arrimar el hombro? «Los próximos ICO los van a dar ellos», comentaron en uno de los mayores bancos españoles.

El Presidente del Gobierno caldeó aun más los ánimos cuando, por la tarde, en respuesta al líder de VOX, Santiago Abascal, detalló el incremento del beneficio obtenido por la banca española en 2021 en comparación con el ejercicio anterior.

Sánchez obvió en su respuesta a Abascal que ambos ejercicios no son comparables, al estar distorsionadas las cuentas de 2020 por haberse anotado fuertes provisiones por el impacto de la pandemia.

«¿Qué problema tienen ustedes señorías en que también las grandes entidades financieras de nuestro país arrimen el hombro y echen una mano a los problemas de las familias, de las empresas y de la gran industria?», preguntó Sánchez.

Los beneficios de los bancos españoles, subrayó el Presidente, han aumentado «aún más». Por ejemplo, dijo, «Santander más de un 58% respecto el año anterior, BBVA más de un 59% respecto el año anterior, La Caixa más de un 22% respecto el año anterior, Sabadell más de un 10% respecto el año anterior».

La Asociación Española de Banca, AEB, también la asociación bancaria CECA, presidida por Isidro Fainé, trasladaron el martes por la tarde algunas consideraciones sobre el impuestazo de Sánchez.

Aunque se tratan de declaraciones comedidas, muestran la ruptura del idilio que en los dos últimos años han mantenido el Gobierno y la banca. Las fuentes consultadas en ambas organizaciones advirtieron que están a la espera de conocer con más detalle la medida comunicada en el Congreso.

Pero subrayaron que el sector no había sido consultado y que la caída en Bolsa de los bancos el martes «refleja la inseguridad jurídica en que opera un sector tan importante para la economía y la sociedad».

Además destacaron que la eventual subida de tipos de interés del Banco Central Europeo, una de las razones que esgrimió Sánchez para aplicar el impuestazo bancario, «no asegura necesariamente una mejora de la rentabilidad de los bancos, responde a la subida de la inflación y provocará una menor actividad económica».

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