El auge de los despachos ‘boutique’

El auge de los despachos ‘boutique’
Foto: GETTY/ISTOCK

Tienda de ropa de moda o de productos selectos. Así define el diccionario de la R.A.E. a la palabra de origen francés “boutique”.  Pero, ¿qué tiene que ver esto con el derecho o los despachos de abogados? Pues la verdad es que bastante, no en el sentido de tienda o productos especiales, sino en el concepto que engloba esta glamurosa palabra.

Cuando hablamos de boutique en sentido profesional, nos viene a la cabeza conceptos tales como, “exclusividad”, “especialización”, “tamaño reducido”, etc. Estas ideas reales o no, vienen estando asociadas a este tipo de firma profesional, y son utilizadas, cada vez más, cuando estos despachos quieren describir a un futuro cliente su actividad.

Hace poco leí una encuesta que cifraba en aproximadamente 150.000 los abogados que hay en España. De ese impactante número, se estimaba que el 40% ejercían en despachos unipersonales (el abogado y nadie más). Obviamente, el resto parece que ejercen junto con otros compañeros (dejando aparte los abogados que trabajan para compañías). Pues bien, dentro de esa forma de ejercicio conjunto en un despacho profesional, destacan por su importancia, profesionalidad, facturación, materias que abarcan, y otra serie de factores, los grandes despachos multidisciplinares, que lo mismo asesoran en una salida a bolsa, que en un arbitraje internacional o en un ERE de grandes proporciones.

De un tiempo a esta parte (seguro que ya había ejemplos hace muchos años), han surgido una serie de firmas que se autodenominan boutique, y que se sitúan diagonalmente frente a ese despacho multidisciplinar al que antes nos hemos referido. Frente a estos (hablando coloquialmente) anteponen una alta especialización, tamaños más asequibles que proporcionan un trato más personalizado, y que huye de la pirámide junior, senior, asociado y socio, para intentar establecer una relación directa abogado-cliente. Las estructuras de estas firmas boutiques son más sencillas, lo que se traduce en unos honorarios profesionales algo más razonables por esa reducción de “gastos estructurales”. Con esto no quiero transmitir la idea de que un tipo de despacho sea mejor que otro, sino intentar explicar por qué existen y porqué están hoy en día tan en boga.

Cualquiera que tenga relación con el concepto “cliente”, ya sea en una firma, en una empresa, como abogado o no, se dará cuenta que el nivel de exigencia aumenta año tras año, unido al hecho de la existencia de continuas normas a favor de los derechos de los clientes, consumidores o usuarios. Esta misma situación de exigencia también se está trasladando (si no se ha trasladado ya) a los despachos de abogados.  Antes, un cliente de un gran despacho multidisciplinar, iba pasando de departamento en departamento según el problema legal que tuviere (procesal, mercantil, fiscal, etc.), estableciéndose una fidelización despacho-cliente. Hoy día el cliente busca un muy buen profesional, independientemente de si está encuadrado en un gran despacho o en un despacho pequeño. Es decir, busca la especialización y la excelencia en el asesoramiento, y eso se lo puede dar el gran despacho multidisciplinar, si tiene a ese profesional, o… la firma boutique. Esta es realmente la razón, calidad y alta especialización, de este auge de firmas boutique.

Hace unos meses, un prestigioso headhunter de la profesión legal, presentaba un año más el estudio de la evolución de salarios en despacho profesionales. Dato interesante: en las firmas boutiques los salarios eran más bajos que en las grandes firmas nacionales o extranjeras, pero en el año 2016 eran los que habían experimentado la mayor subida. ¿Por qué será?

Esta forma de ejercicio de la abogacía que a algunos le gusta definirla como “artesanía”, tiene un indudable auge en España, pero…¿sólo en España? Si tiene tiempo denle un vistazo a la página web de “International Network of Boutique and Independent Law firms”, y podrán ver una gran alianza internacional con centenares de prestigiosos despachos europeos, asiáticos, y norteamericanos, que engloban a centenares de profesionales.

¿Terminarán las grandes firmas escindiéndose en decenas de firmas boutique, bajo el paraguas de un holding que detente el nombre principal de la firma? No creo, pero ahí queda la idea.

Lo último en Economía

Últimas noticias