Los analistas aplauden que el BCE acelere las compras de bonos en el mercado secundario
La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de acelerar las compras de bonos en el mercado secundario para evitar un repunte excesivo de las rentabilidades ha convencido a la mayoría de los analistas, aunque algunos no descartan una revisión, a final de año, de las medidas adoptadas. Unas medidas que dependerán directamente del avance de la crisis del coronavirus y la evolución de la campaña de vacunación en la Unión Europea (UE).
En su opinión, la postura del organismo que preside Christine Lagarde muestra que la inflación no es, de momento, su principal preocupación y que la prioridad es mantener bajo control los costes de la deuda en un momento en el que los estados han aumentado sensiblemente su endeudamiento por los gastos que han tenido que asumir a consecuencia de la pandemia.
A la espera de lo que pueda decidir la próxima semana la Reserva Federal (Fed) de Estado Unidos, el Consejo de Gobierno del BCE acordó el jueves aumentar «significativamente» el ritmo de compra de bonos, aunque mantuvo el importe global del programa en 1,85 billones de euros. Los analistas calculan que el ritmo de compra de bonos podría pasar de los 14.000 millones semanales de los últimos dos meses a unos 20.000 millones el próximo trimestre.
«Flexibilidad» en las compras
El BCE realizará las compras «con flexibilidad» y «de acuerdo con las condiciones del mercado» para «evitar un endurecimiento de las condiciones de financiación». El Consejo de Gobierno precisó el jueves que la dotación del programa de compras podría «recalibrarse» si fuera necesario.
«El BCE ha despejado cualquier duda sobre su compromiso de mantener unas condiciones de financiación favorables», apunta Bill Papadakis, estratega macro de Lombard Odier. En su opinión, el compromiso de elevar el ritmo de compras en los próximos meses debería bastar para evitar una subida de las rentabilidades de la deuda.
«El BCE no ha dejado ningún atisbo de duda», recalca Wolfgang Bauer, gestor de M&G Investments. Mientras, según Esty Dwek, de Natixis IM Solutions, las decisiones adoptadas sugieren que el BCE está «relativamente cómodo» con el nivel que han alcanzado los intereses de la deuda, pero «quiere evitar» una subida adicional.
Revisión a final de este año
Apolline Menut, analista de Axa Investment Managers, considera positiva la reacción del BCE pero muestra su preocupación por la agilidad del banco central para hacer frente a los movimientos del mercado. Bank of America va más allá y califica de «muy frágil» la respuesta del BCE. A su juicio, aunque será útil a corto plazo, «probablemente deberá revisarse a finales de este año».
Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, cree que el actual perfil de inflación «justifica plenamente» que se mantenga durante un «periodo prolongado» la política monetaria expansiva. En este sentido, recuerda que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, atribuyó el jueves el repunte de los precios a factores temporales.
En la misma línea, los analistas de ING recalcan que las decisiones del BCE implican que el banco central no ve de momento un problema en la inflación.
Debilidad del mercado laboral
Para Edoardo Fusco, analista de eToro, «la debilidad del mercado laboral en la zona del euro es suficiente para considerar cualquier presión inflacionaria como un fenómeno transitorio». La relajación de los intereses de la deuda a la que aspiran las medidas del BCE tiene su impacto en otros mercados, como el bursátil o el de divisas.
En las bolsas, el repunte de las rentabilidades ha lastrado la cotización de las empresas que requieren un mayor nivel de deuda, como las de energías renovables. Por el contrario, ha beneficiado al sector bancario.