Tarjetas de crédito

Adiós a las tarjetas de crédito: el cambio que llega a partir de este día

Mastercard anuncia cambios en la tarjeta de crédito para 2030

Las tarjetas de crédito físicas dejarán de existir tal y como las conocemos

Cuidado si pagas con ‘contactless’: una nueva estafa te puede dejar sin dinero

tarjetas de crédito
Mano de mujer sosteniendo tarjeta de crédito.
Blanca Espada

Las tarjetas de crédito han sido un recurso esencial en la vida diaria de millones de personas durante más de un siglo. Desde que surgieron en 1914, su popularidad se ha expandido por todo el mundo, proporcionando una manera cómoda y eficiente de gestionar pagos y evitar el uso constante de dinero en efectivo. Con más de 8.000 millones de tarjetas activas a nivel global, este método de pago ha evolucionado, aunque sus características tradicionales, como los números impresos y las bandas magnéticas, aún prevalecen. Pero este panorama está a punto de cambiar.

A lo largo de los últimos años, hemos visto un avance significativo en las tecnologías de pago, desde las tarjetas sin contacto o «contactless» hasta las soluciones digitales almacenadas en nuestros teléfonos móviles. Y ahora, gigantes de la industria como MasterCard están preparando un cambio drástico. Se trata de eliminar gradualmente las tarjetas de crédito tal como las conocemos, reemplazando la tecnología obsoleta por opciones más seguras y eficientes. Este cambio no sólo modernizará los sistemas de pago, sino que también apuntará a mejorar la seguridad, reducir fraudes y simplificar las transacciones cotidianas. Este proceso de transición, aunque ha sido postergado varias veces, se espera que comience oficialmente a finales de este año, pero además para 2030, las tarjetas de crédito con números impresos, bandas magnéticas y códigos de verificación podrían ser cosa del pasado. ¿Qué implicará este cambio para los consumidores? Y más importante aún, ¿cómo mejorará nuestra experiencia en cada transacción?.

Adiós a las tarjetas de crédito: el cambio que llega

El proyecto más ambicioso de MasterCard se centra en eliminar por completo las bandas magnéticas y los números impresos de las tarjetas de crédito. Actualmente, estas características son comunes en la mayoría de las tarjetas, pero también son responsables de algunos de los mayores problemas de seguridad. Las bandas magnéticas pueden presentar errores de lectura y ser vulnerables a la clonación, mientras que los números impresos, el código CVV y la fecha de caducidad han permitido fraudes masivos al ser usados en transacciones online poco seguras.

MasterCard busca reemplazar estos elementos por chips avanzados que almacenarán los datos biométricos del propietario. En lugar de pedir un PIN o que el usuario introduzca manualmente su número de tarjeta, los nuevos datáfonos verificarán la identidad del cliente mediante su rostro o huella dactilar. Esto no solo aumentará la seguridad, sino que simplificará notablemente el proceso de pago, haciendo que sea prácticamente imposible cometer errores al introducir datos.

Además, la eliminación de números impresos reducirá el riesgo de que los estafadores obtengan información de la tarjeta para hacer compras no autorizadas. Este movimiento responde a la necesidad de adaptarse a las crecientes demandas de seguridad en las transacciones online y físicas, donde el fraude sigue siendo una preocupación importante.

El futuro de los pagos: seguridad biométrica y tokens

Uno de los pilares del nuevo sistema de pagos será la implementación de tokens únicos para cada transacción. Esto significa que, en lugar de que tu número de tarjeta se utilice en cada compra, un token específico será generado para esa operación en particular. Esto evitará que cualquier tercero pueda captar y reutilizar los datos de tu tarjeta, aumentando significativamente la seguridad.

Por otro lado, la verificación biométrica jugará un papel crucial en esta transición. Además de la huella dactilar o el reconocimiento facial, MasterCard está explorando nuevas tecnologías como el escaneo de la palma de la mano para autorizar compras. Este sistema se complementará con códigos de un solo uso que podrán consultarse a través de aplicaciones móviles, ofreciendo un doble nivel de seguridad.

Las tecnologías emergentes que impulsarán el cambio

El futuro de las transacciones financieras no sólo está en las tarjetas de crédito, sino en la integración de diversas tecnologías que mejorarán la forma en que pagamos. Un reciente informe de PwC sugiere que para el año 2025, el 80% de las transacciones serán sin efectivo, impulsadas por avances en biometría y otras innovaciones. Entre ellas, destacan:

  • El Internet de las cosas (IoT): la conectividad entre dispositivos permitirá que cualquier aparato, desde un frigorífico hasta un coche, pueda realizar pagos automáticamente. Imagina que tu nevera haga la compra por ti o que pagues la gasolina sin salir del vehículo
  • Criptomonedas: aunque siguen generando debates, las criptomonedas están en camino de convertirse en una opción viable para las transacciones internacionales. Reducen los intermediarios, eliminan comisiones y aceleran los procesos de pago, factores clave para el futuro financiero global.
  • Inteligencia Artificial: los sistemas de IA podrán analizar nuestros patrones de consumo y detectar actividades sospechosas con mayor rapidez y precisión. Esto no solo aumentará la seguridad, sino que ofrecerá a los bancos una visión más clara de nuestras necesidades financieras.

¿Qué cambios notaremos los consumidores?

Este cambio transformará la manera en que realizamos pagos, pero también generará un impacto positivo en la seguridad y simplicidad de las transacciones. Adiós a los números de tarjeta complicados de memorizar y a las bandas magnéticas propensas a fallos. La biometría será la nueva norma, garantizando que cada pago sea rápido y seguro.

Sin embargo, para los consumidores, este salto tecnológico implicará acostumbrarse a nuevas formas de validar las compras. El uso de aplicaciones móviles para generar códigos de un solo uso y la verificación de identidad mediante huellas o reconocimiento facial se convertirán en parte de la rutina diaria.

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