Reestructuración empresarial

Abengoa presenta su propuesta a los minoritarios como un «regalo» porque no les corresponde nada

Gonzalo Urquijo
Gonzalo Urquijo, nuevo consejero delegado de Talgo.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El presidente de Abengoa, Gonzalo Urquijo, ha presentado su propuesta que condena a los accionistas de la ‘vieja Abengoa’ cotizada en bolsa a quedar como minoritarios con el 2,7% de la ‘nueva Abengoa’ como un regalo a estos inversores porque no les corresponde nada. Y ha añadido en una conferencia con inversores que no tendrán derecho a protestar en una junta general.

Según Urquijo, los acuerdos de refinanciación del grupo contemplan la conversión de todas las deudas de la ‘nueva Abengoa’ (AbenewCo) en el 100% del capital de esta compañía, por lo que a los accionistas de la ‘vieja Abengoa’ no les correspondería nada. Aun así, la compañía ‘graciosamente’ ha querido concederles ese 2,7% del capital. «Se mejora así la posición que tienen a día de hoy, que no tienen nada», ha asegurado.

Ahora bien, ni siquiera tienen garantizado ese ‘regalo’ porque depende de que el 96% de los acreedores de la ‘vieja Abengoa’ acepten convertir sus deudas por valor de 153 millones en capital mediante un préstamo participativo, tal como informó OKDIARIO el 7 de agosto.

Algo que está lejos de conseguirse de momento, lo que ha forzado a la empresa a pedir el preconcurso de acreedores, que le concede un plazo de cuatro meses hasta el 18 de diciembre para intentarlo. En caso contrario, irá a liquidación y los accionistas perderán todo su dinero (y no tendrán ninguna posibilidad de recuperar nada).

Urquijo ha dejado la puerta abierta a obtener un «resultado similar» mediante un «convenio anticipado de acreedores», pero no ha dado más detalles. Tampoco ha admitido preguntas en la conferencia.

¿Por qué la deuda se queda en la ‘vieja Abengoa’?

Sí ha desglosado los 153 millones de los que depende la supervivencia de la ‘vieja Abengoa’: 108,6 millones son deuda con proveedores vencida de «negocios discontinuados» y de las filiales en proceso de liquidación en EEUU y Brasil; 6,8 millones son riesgos no materializados; y 37,3 millones son deuda con sociedades en concurso.

Lo que no ha explicado es por qué esas deudas no han entrado en el plan de reestructuración de AbenewCo (la nueva Abengoa), sino que se han quedado en la vieja a pesar de haberse convertido en un mero holding tenedor de acciones. Otra parte de su deuda (1.016 millones en total) sí se ha traspasado a la nueva compañía, y 593 millones, que eran deudas con otras empresas del grupo, serán condonados.

También hay que recordar que el hecho de que la ‘vieja Abengoa’ esté en causa de disolución se debe a una revisión de la valoración de su participación en la nueva (antes de la última reestructuración), revisión que hizo bajar sus fondos propios de 99 millones positivos a 388 negativos. La causa, según Urquijo, es la crisis del Covid.

No tendrá que aprobarse en junta de accionistas

Los pequeños accionistas de Abengoa ni siquiera tendrán el derecho al pataleo en una junta de accionistas porque su presidente sostiene que no es necesario convocar este órgano para aprobar esta «solución», ya que los acuerdos de conversión de deuda de AbenewCo ya se aprobaron en juntas anteriores.

Finalmente, Urquijo ha mostrado su intención de formular las cuentas de la ‘vieja Abengoa’ lo antes posible. La falta de cuentas auditadas es una de las razones por las que la CNMV suspendió la cotización de Abengoa en bolsa el 14 de junio y la mantiene suspendida a día de hoy. Ahora bien, otro motivo es la incertidumbre sobre su liquidación, que probablemente no se va a despejar hasta el 18 de diciembre.

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