Zidane pide a su plantilla «cabeza, corazón y cojones» para la remontada

Después de analizar los errores cometidos en el partido del Wolkswagen Arena donde el bólido madridista quedó siniestro total, Zinedine Zidane ya trabaja en la preparación de la remontada. Seis días para recuperar a un equipo moralmente tocado que ha pasado de la gloria en Barcelona al infierno en Alemania.

Más allá de que el colegiado Gianluca Rochi perjudicara al Madrid y condicionara el 2-0 final, el equipo madridista completó una de sus peores actuaciones desde que Zidane llegó al banquillo. Un equipo sin fútbol y sin carácter, incapaz de coger por los cuernos el toro del Wolfsburgo y marcar al menos un gol que enderezara un poco una eliminatoria que había nacido torcida.

Esta vez la Zidanina de los días anteriores al partido en el Wolkswagen Arena no hizo el mismo efecto que antes del Camp Nou. Pero Zidane no se rinde y el trabajo psicológico con su plantilla comenzó en el mismo vuelo de vuelta a Madrid. Lejos de reprocharles los errores por el pésimo partido ante el Wolfsburgo, el técnico madridista quiso, además de dejarles espacio para su propia intimidad, que los suyos levantaran el ánimo.

El día después del Wolfsburgazo Valdebebas fue testigo del primer entrenamiento de la remontada. Las caras de los jugadores del Real Madrid habían cambiado. No eran de euforia, ni había ganas de tocar las palmas, pero eran de responsabilidad, de «sangre en el ojo» como decía Iván Zamorano. Los futbolistas del equipo blanco son conscientes del petardazo que pegaron en Alemania, pero también están convencidos de la remontada.

La ‘Zidanina’ más breve

No son sólo palabras vacías, dichas casi por obligación y que suenan a lo de siempre. Es un convencimiento real. Zidane lo ha detectado y por eso ha trasladado un mensaje de motivación, pero también de prudencia, a su plantilla, que se resumía en tres palabras: «Cabeza, corazón y cojones». El técnico madridista sabe que a los jugadores no hay que hablarles demasiado, ni cansarles con charlas motivacionales apelando al escudo ni a la historia. «Ya son mayorcitos», dice Zizou en su entorno.

El técnico madridista, que ha estado al otro lado de la línea de banda vestido de corto, sabe lo que es remontar con la camiseta del Real Madrid. De hecho, vivió en primera persona e incluso marcó en la última ocasión en que el espíritu de Juanito se apareció en el Bernabéu. El equipo blanco ganó 2-0 al Bayern, con un gol suyo incluido.

Por eso sabe que las remontadas y las conjuras son cosas del vestuario que deben gestionar más los capitanes que el propio míster: «El miércoles en el Bernabéu es la hora de los futbolistas, yo ahí poco puedo hacer».