Zidane y Bale: historia de una relación rota
La relación entre Zinedine Zidane y Gareth Bale está completamente rota. El técnico francés no cuenta con el galés y así lo demostró al elegirlo como descarte para el debut en la International Champions Cup y con sus posteriores declaraciones en la rueda de prensa
Zidane fue tajante minutos después de perecer ante el Bayern: no quiere a Bale en el equipo y también quiere que se marche lo antes posible. El galés fue el descarte del francés y presenció el debut del Real Madrid en la International Champions Cup desde el palco del NRG Stadium de Houston. El técnico madridista fue aún más explícito en la rueda de prensa posterior: «Si se va mañana, mejor». Unas palabras que demuestran que la relación está completamente rota y la única solución es la salida del de Cardiff.
La relación entre Gareth Bale y Zinedine Zidane se ha ido deteriorando con el tiempo hasta llegar a un punto en el que la única salida viable es la marcha del galés en los próximos días. El de Cardiff pasó de ser uno de los intocables a ser totalmente prescindible. Atrás quedaron las palmaditas en la espalda y las sonrisas entre jugador y entrenador. La relación está completamente rota.
Las primeras señales de que la situación estaba cambiando entre Zidane y Bale se dieron en la temporada 15/16. El galés se recuperaba de una lesión en el sóleo y quiso forzar para estar en el Clásico, sin embargo tuvo que ser destituido en la primera parte al lesionarse la otra pierna precisamente por no apoyar bien ya que no estaba del todo recuperado. «Él me dijo que estaba bien», se excusó Zizou en la rueda de prensa para explicar el porqué del regreso del 11 blanco. El galés no volvió a jugar hasta la final de la Champions en su ciudad natal, Cardiff, y lo hizo como suplente.
Falta de actitud
Fue en la temporada 17/18 donde la tensión entre Bale y Zidane se hizo mucho más latente. Tras lidiar de nuevo con las lesiones que le hicieron perderse varios partidos, el galés fue perdiendo también su sitio en los esquemas del francés. Bale se convirtió en suplente habitual y si salía de inicio era uno de los cambios en los encuentros, una situación que no gustaba nada al de Cardiff y que no intentó disimular. Caras largas, idas al vestuario en mitad de algún encuentro… Gestos que hicieron aumentar más la tensión entre jugador y entrenador.
En Champions apenas contó con minutos y su pasotismo se hizo evidente con el gol de chilena de Cristiano Ronaldo ante la Juventus de Turín. El galés ni se inmutó en el banquillo. Siguió sin ser importante para Zidane y volvió a ser suplente en la final de Kiev. El galés, sin embargo, fue el auténtico héroe de la noche con su entrada y sus dos goles que sentenciaron el encuentro. Bale estalló tras el partido y dejó claro su descontento. «Tengo que sentarme a hablar con mi agente», dijo el de Cardiff, cansado de no tener minutos. Pero el que se marchó fue Zidane y Bale vio el cielo abierto.
Reencuentro
Pero el destino no tardaría en hacer de las suyas y Zidane volvió al banquillo del Santiago Bernabéu antes de lo que se esperaba. Tras los malos resultados, el 11 de marzo de 2019, Zizou era de nuevo presentado como entrenador del Real Madrid. Se producía el reencuentro entre Bale y el francés.
Con Zidane de nuevo a las órdenes, Bale pasó por diferentes situaciones: titular, suplente y descarte. El galés se quedó fuera de convocatoria en las últimas jornadas de la Liga y vio desde el banquillo el último partido de la competición. El futuro de Bale era una de las preguntas recurrentes en la rueda de prensa y Zizou no ocultaba que su intención era que el galés abandonara el conjunto blanco.
Sin ofertas por él, Bale sigue siendo jugador del Real Madrid, aunque se espera que en los próximos días la situación cambie. «Si se va mañana, mejor», dijo sin tapujos Zinedine Zidane. El francés no cuenta con él y así lo ha demostrado con palabras y con hechos al dejarle en el palco en el debut de los blancos en la International Champions Cup.