Roglic y Bernal, favoritos en la edición más abierta de los últimos años

El Tour del coronavirus busca dominador

La edición más impredecible del Tour de Francia comienza este sábado en Niza con la incógnita de si podrá completar sus 21 jornadas debido al avance de la pandemia, en su segunda ola. Roglic y Bernal son favoritos, con una decena de corredores que lucharán por el podio e incluso, por pelearles el maillot amarillo en los Campos Elíseos

Mikel Landa es la baza española para el podio, mientras que Movistar, con su trío de líderes –Valverde, Mas y Soler– en horas bajas, tratará de callar bocas con el avance de las jornadas

Tour de Francia
Roglic y Bernal pelean en una etapa de Dauphiné. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El Tour de Francia comienza este sábado en Niza con una edición repleta de incertidumbres. La situación mundial marcada por la pandemia del coronavirus impide asegurar al 100% la disputa de la totalidad de la prueba sin acontecimientos que lleven, incluso en un caso extremo, a la suspensión. Pero por si esto fuera poco, la Grande Boucle se presenta en este 2020 como la edición más abierta de los últimos años, con muchos favoritos y una incógnita a la hora de conocer el rumbo que tomará la carrera.

Primoz Roglic y Egan Bernal eran, hace dos semanas, los dos claros candidatos a llevarse el maillot amarillo en París. El esloveno de Jumbo Visma se desmarcó como el corredor más en forma del post-confinamiento, llegando a unas cotas de demostración de supremacía dignas de comparación con los grandes dominadores del ciclismo moderno. En todo caso, la muestra de dominio de Roglic quedó marcada por su retirada en Dauphiné, cuando marchaba líder, después de una caída que le dañó la espalda. Su presencia en el Tour fue puesta en duda por él mismo, pero finalmente tomará la salida con la vitola de favorito y el asterisco al que obliga su estado físico.

Junto a Roglic, con las cinco estrellas se encuentra también un Egan Bernal que defiende la corona de 2019, en una edición también extraña por los cortes obligados al recorrido final, que no le han privado de liderar al Ineos hasta el punto de dejar fuera de la lista final a dos ganadores de Tour como Geraint Thomas y Chris Froome. Con el treno de Ineos puesto en jaque por Jumbo, el colombiano deberá demostrar calidad y galones, también con su plenitud física en duda tras bajarse de la bici en Dauphiné, donde no terminó de encontrar el golpe de pedal.

Por detrás de los dos favoritos se encuentra un grupo numeroso que asegura una lucha titánica por el podio e incluso, en caso de inspiración continuada, pelea por la victoria. Desde la esperanza local Thibaut Pinot hasta un clásico como Nairo Quintana, pasando por Buchmann, Dumoulin o Pogacar, y sin olvidar a la esperanza española, Mikel Landa. El vitoriano tendrá a su total disposición a un equipo fuerte como Bahrain-McLaren y la ausencia de kilómetros llanos contrarreloj le favorecen para, como él mismo ha repetido en más de una ocasión, optar por final al cajón en los Campos Elíseos.

Movistar busca cobertura

Movistar Team, al contrario que en otras ediciones, se presenta mostrando escasas esperanzas en torno a su rendimiento. El equipo español es el peor actualmente en el pelotón World Tour y regresa en el último momento a la fórmula del tridente de líderes, con la llamada sorpresiva de un Marc Soler que ha demostrado estar lejos de su mejor forma y cuya preparación, en un principio, iba encaminada al Giro.

Enric Mas, llamado a pelear por la clasificación general, y Alejandro Valverde en su peor forma de la década intentarán encontrar el golpe de pedal que permita a Movistar dar la sorpresa y demostrar la categoría del vigente campeón de la clasificación por equipos del Tour.

Recorrido montañoso, emoción asegurada

El recorrido del Tour deja pie a ver sobrados enfrentamientos en ascensiones, en esta edición desde la siempre frenética primera semana, y mucha tensión para lograr un buen puesto en la general, en las clasificaciones secundarias y hasta por meterse en la fuga buena de cada jornada. Faltará contrarreloj –sólo una y con dosis montañosa– pero sobrará, a priori, emoción para que, si el coronavirus lo permite, podamos ver un Tour de Francia de altos vuelos en este particular año.

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