La resurrección forzada de Isco
Isco Alarcón está volviendo a dar su mejor versión en un Sevilla tocado gracias a la confianza de Julen Lopetegui
Isco iba a dar sus primeros toques… y se le saltan las lágrimas con lo que ocurre
Isco Alarcón ha renacido. El del Arroyo de la Miel está recuperando el nivel que un día tuvo tras su fichaje por el Sevilla y la confianza que está depositando en él Julen Lopetegui pese al difícil inicio competitivo que está teniendo el conjunto nervionense esta temporada. El ex del Real Madrid, que pasó sus dos últimas temporadas en el Bernabéu en un segundo plano, está sacando su mejor versión en la capital andaluza, echándose el equipo a la espalda y volviendo a dar clases de su magia.
Convergen en el Sánchez Pizjuán dos factores, la necesidad de Isco por volver a sentirse futbolista, por tener la oportunidad de recuperar el nivel que un día deslumbró, dándole continuidad; y por otro lado el Sevilla, que en tiempos difíciles donde las cosas no están comenzando como todos podían esperar, está necesitando de líderes que tiren del carro, de jugadores diferenciales, de futbolistas como el malagueño.
La pasada temporada no tuvo minutos en el Madrid campeón de Champions League, tampoco en el de la Supercopa de España. Acabó la temporada con apenas 407 minutos jugados repartidos en 17 partidos, 14 de Liga y tres de Copa del Rey –ya lleva más jugado este año con 467′ en el Sevilla–. Su tiempo en el Real Madrid se había acabado, no había conseguido entrar en los planes de un Carlo Ancelotti que continuaría en el banquillo. El Sevilla apareció como destino y el malagueño, que podría regresar cerca de casa, no lo dudó.
Lopetegui no dudó en darle bola desde su llegada, primero con pocos minutos de juego pero desde septiembre está siendo titular en todos los partidos, cinco consecutivos contando los dos de Champions League ante City y Copenhague. Además, en los dos últimos encuentros ligueros el centrocampista ha jugado los 90 minutos completos, en la única victoria de los andaluces esta temporada, la lograda ante el Espanyol, y en el empate a uno ante el Villarreal, en el que fue autor de la asistencia a Óliver Torres.
La resurrección del jugador no sólo se refleja sobre el césped, donde el malagueño está demostrando dotes de mando, control y capacidad para liderar a un equipo que se tambalea, lo dicen también sus estadísticas actuales con las comparadas tiempo atrás. Por ejemplo, su titularidad y partido completo de hace unas semanas ante el Espanyol supuso romper una racha de un año y ocho meses desde la última vez que repitió esto con el Madrid, en un partido copero ante el Alcoyano… De hecho, ante el Villarreal repitió situación con la que hay que irse mucho más atrás.
¿Y la selección?
Los 90 minutos que jugó Isco contra Espanyol y Villarreal le permitieron romper un precedente que se remontaba tres años atrás, desde septiembre de 2018, cuando Isco jugó los 90 minutos completos con España ante Inglaterra y Croacia en la liguilla de la Nations League, precisamente con Julen Lopetegui a los mandos del combinado español. El técnico ha sido siempre un enamorado del juego del malagueño, algo que siempre le ha demostrado con confianza. La estadística con el Real Madrid es más flagrante, ya que habría que remontarse a noviembre de 2017 para ver dos partidos completos disputados por el mediocentro.
Isco está ante una segunda oportunidad a sus 30 años de ser un jugador importante. Por el momento, su actual equipo no está poniéndole fácil las tardes de gloria pero es evidente que el futbolista se encuentra a gusto en el Pizjuán, principalmente porque muestra una clara mejoría física, está lúcido con la pelota y está constantemente pidiendo la pelota, ya juegue como falso 9, extremo, mediapunta o interior, las posiciones en las que le ha colocado Lopetegui en este corto periodo inicial. La pregunta ahora es si llega a tiempo de tener opciones para disputar el Mundial de Qatar.