Mayoral y Bale ligan en Anoeta
Borja Mayoral fue el héroe de Anoeta y no precisamente por accidente. El joven delantero, el conejo que Zidane tenía guardado en la chistera, rescató al Real Madrid de su primera final liguera al marcar un gol de pillo y cocinarse otro que acabo marcando Kevin en propia puerta. Mayoral se puso el traje de Cristiano y dio un paso al frente. Gracias a él y al gran partido coral de todo el equipo blanco, el Real Madrid volvió a ser el Real Madrid y sigue vivito y coleando en la pelea por revalidar el título liguero.
Y la otra noticia del día para Zidane es que Bale (por fin) volvió a parecerse a Bale. El galés anotó el tercero después de una galopada estremecedora que demuestra que, cuando Bale se parece a Bale, es un jugador demoledor.
No es por ponerme estupendo ni melodramático, pero la visita del Real Madrid a Anoeta tenía tintes de final. Sí, ya sé que es la jornada 4 y que quedan muchos telediarios para que termine la Liga, pero una derrota en San Sebastián dibujaba un escenario con el campeón a siete puntos del Barça y, por mucha Liga que quede, siete puntos también son muchos puntos.
A Zidane los enanos se le habían convertido en Gasoles. Para la final de Anoeta no tenía ni a Cristiano ni a Marcelo sancionados, ni tampoco a los lesionados Benzema, Kovacic y Kroos. Cuatro titularísimos y uno de los jugadores más útiles de la plantilla causaban baja ante la Real Sociedad. Zizou recomponía el once del Real Madrid con una sorpresa: Borja Mayoral.
El último de la fila de una plantilla plagada de estrellas con el 9 virtual del Real Madrid a la espalda. Definitivamente, Zidane los tiene cuadraos. Los otros diez del once eran previsibles: Keylor; Carvajal, Varane, Ramos, Theo; Casemiro, Modric, Isco; Bale y Asensio. Con esos futbolistas, más Borja Mayoral, iba a afrontar el Real Madrid un partido de esos de los que pueden hacer virar la temporada hacia el éxito o el naufragio.
Manda el Madrid
De salida apretó la Real Sociedad. La intención de Eusebio era estrechar el campo y tender emboscadas a los centrocampistas del Real Madrid. No salió dormido esta vez el equipo de Zidane, con un Isco inspirado y un Modric hiperactivo. El esquema de los blancos –negros en Anoeta- era un 4-3-3, que permitía a Bale y Asensio jugar muy abiertos, el galés por la derecha y el mallorquín por la izquierda.
Monopolizaba la pelota el Real Madrid, mientras que los jugadores de la Real Sociedad perseguían sombras. El camino de la perdición para los donostiarras era la banda izquierda, defendida por el joven Kevin, que los de Zidane percutían con la pertinaz insistencia con la que Sheldon Cooper llama a una puerta. A las del gol llamó Theo después de una diagonal interrumpida en el área en parte por un pequeño empujón de Illarra y en parte porque cayó de maduro.
El Real Madrid no terminaba de sacar partido a su idilio con la pelota, quizá porque la Real Sociedad tenía la defensa muy lejos del área de Rulli. A la que volvió a acercarse Theo al filo del 16 con un control majestuoso, un regate de cuerda a Odriozola y una asistencia para Asensio, que no impactó bien con el balón dentro del área y Diego Llorente evitó el tanto.
Y tanto fue el cántaro a la fuente que a la tercera se hizo añicos. El Real Madrid sacó petróleo de un centro al área de Casemiro, que Sergio Ramos acomodó de espaldas y mientras tocaba la pelotita para percutir de chilena y Diego Llorente le hacía penalti, llegó Borja Mayoral, listo, vivo, pillo y rápido, y metió la punterita para marcar. Premio para el muchacho y premio para Zidane, que tuvo las pelotas de ponerle a jugar.
Keylor canta, Mayoral lo arregla
Pero cuando mejor estaba el Real Madrid, Keylor Navas decidió meter a la Real Sociedad en el partido. El meta del equipo blanco, como en sus peores tiempos del año pasado, se comió un remate fácil de Kevin al intentar atajarlo. Se le escapó por el sobaquillo como al mítico Arconada se le escapó el gol de Platini en la Eurocopa del 82.
Respondió el Real Madrid echándose otra vez al monte donostiarra para tapar las carencias de su portero. Casemiro la tuvo en el 33, pero su disparo a bocajarro lo rechazó Rulli. Dos minutos después lograron los de Zidane el 1-2 después de una contra vertiginosa que comandó Borja Mayoral. Él ganó el duelo en el centro del campo a Diego Llorente, condujo la pelota, rompió a Elustondo en el área y su centro-chut se lo metió Kevin en su portería.
De ahí al descanso los realistas se afanaron en protestar a Iglesias cada acción y en calentar al público de Anoeta. Ni el pitido del colegiado pudo transmitir calma a la grada. El duelo se reanudó en términos parecidos a los del primer acto. Dominaba el Real Madrid, aunque la Real se echaba más arriba en busca del empate.
Mayoral siguió teniendo ocasiones para seguir haciéndose mayor. Una doble en el 51. La primera, rechazada por Rulli tras su tiro al medio; la segunda, la estrelló en el lateral de la red. Seguía dominando el Real Madrid y apretando mucho arriba en busca del tercero con el celo con el que una concejal de la CUP se corta el flequillo a tazón.
Y por fin Bale fue Bale
Eusebio metió a Vela por Canales en el 56 en busca de la profundidad perdida por la Real. Y entonces Bale decidió ponerse a galopar. Dicho de otro modo, Bale decidió volver a ser Bale. Recibió un globito de Isco en su campo propio y empezó a acelerar con su zancada de percherón. Reventó a Kevin, siguió acelerando y la picó con estilo y elegancia ante la salida de Rulli. Por fin Bale comparecía en el partido, en la Liga y en la temporada del Real Madrid.
Sentenciaba (o casi) el Real Madrid la final de Anoeta aunque aún quedaba media hora por delante. La Real no dejó de intentarlo, pero los de Zidane supieron defenderse con eficacia. Volvió a crecer el campeón y Zidane metió a Lucas Vázquez por Borja Mayoral, el héroe del partido. Era el minuto 75 y el duelo parecía más cerca del 1-4 que del 2-3, porque la Real había empezado a dejar latifundios a la espalda de su defensa.
Rulli sostenía al equipo de Eusebio. Sacó un mano a mano a Lucas Vázquez en el 76. Pero la Real no se rindió. Intentó acceder al área de Keylor Navas y el Madrid concedió algo de campo para buscar la velocidad en las contras con Asensio, Bale y Lucas Vázquez. Keylor atrapó un remate facilito de William José en el minuto 81.
En las postrimerías del duelo, el Real Madrid no se relajó. Volvió a presionar arriba y asfixió la salida de balón de la Real Sociedad. Así llegó el cuarto, obra de Asensio, pero lo anuló Iglesias Villanueva por un fuera de juego más que discutible de Bale. Y en esa acción acabó muriendo un partido en el que el campeón volvió a coger el hilo de la competición con su partido más serio ante el rival más complicado. El Madrid, sin Cristiano, sin Benzema, sin Marcelo y sin Kroos, volvió a ser el Madrid coral, solidario y arrollador, que no dio ninguna opción a la Real Sociedad.