COPA DEL REY: REAL MADRID VS LEGANÉS

Leganesazo

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Los jugadores del Leganés celebran el 0-1. (EFE)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Leganesazo y siniestro total. Drama. Tragedia. Espanto. El Leganés eliminó al Real Madrid de la Copa del Rey después de ganarle en el Bernabéu por 1-2 y confirmar que este equipo huele cada día más a fin de ciclo. Los blancos se quedan con una Copa de menos después de que a Zidane le diera por dejar en su casa a Bale y Cristiano en un incomprensible ataque de entrenador en una eliminatoria que no estaba sentenciada. Eraso adelantó al Lega, Benzema empató y Gabriel logró el tanto que, a la postre, acabó eliminando al equipo (todavía) de Zidane.

La segunda unidad de Zidane tenía esta vez dos productos estrella, premium como las ginebras: Sergio Ramos y Benzema. El retorno del capitán y la presencia del delantero francés daban empaque al once de los suplentes que se está jugando la Copa. El Real Madrid necesita a Ramos como un barco necesita un ancla o como Telecinco a Jorge Javier: sin él, el equipo se hunde. Con Benzema ya hay más dudas porque hay madridistas que piensan que es el Puigdemont del fútbol: huye de muchos partidos y a veces juega por videoconferencia.

En el once del Real Madrid, que me enrollo, estaban: Kiko Casilla de portero, Achraf de lateral derecho, Theo de zurdo, Ramos y Nacho de centrales, Marcos Llorente, Kovacic e Isco de centrocampistas, y Lucas Vázquez, Asensio y Benzema de delanteros. Vamos, que salía un equipito más apañao que las elecciones de Venezuela.

Y empezó el partido. En el Bernabéu había menos gente que en una playa de Islandia, comprensible por la hora, el rival y la poca incertidumbre que a priori ofrecía la eliminatoria. Apretó el Leganés en su presión de salida y respondió el Real Madrid con un fútbol a uno o dos toques, pero sin profundidad. Sí que la logró por la banda izquierda en una opción que terminó con Isco haciéndose a sí mismo un nudo de regates en el área.

Susto en el Bernabéu

Pero pronto la grada del Bernabéu empezó a sufrir como un oso depilándose. Fue en el minuto 4 cuando Beauvue estrelló contra el palo derecho de Casilla un libre directo ejecutado con la sutileza de un miniaturista. Respondió el Real Madrid asentándose sobre el balón con posesiones largas, trabajadas, un poco sosainas también. Pero la mejor manera de no sufrir era manejar la pelota.

El Leganés siguió percutiendo la espalda de una zaga del Real Madrid en la que Achraf era un bulto sospechoso que rompía el fuera de juego una y otra vez con una desesperante obstinación. Afortunadamente para los de Zidane al Lega le faltaba un monstruo arriba.

Es cierto que la pelota la manejaba el Real Madrid, pero las llegadas que contenían el aliento del Bernabéu eran del Leganés. El resultado, eso sí, metía en semifinales a los de Zidane. Un cabezazo de Gabriel a la salida de un córner fue otro aviso visitante que murió en las manos de Casilla.

Y del susto… a la ‘muerte’

Una filigrana de Isco al filo de la media hora derivó en una falta con amarilla a favor del Real Madrid. La botó el propio Isco. Bueno, la botó como un pateador de rugby. Yo, querido lector, se lo había avisado. Tonteaba el Real Madrid y rondaba el gol el Leganés. Lo rondó y llevó el cántaro a la fuente del Bernabéu. Ayudó Achraf con una mala (horrible) entrega y ayudó (y mucho) Nacho, que cometió un error grosero en la anticipación, que dejó a Eraso con la pelota de frente a la portería. Estaba lejos, pero se cascó un tirazo ante el que nada pudo hacer un mal colocado Kiko Casilla.

El Real Madrid se había hecho un lío en el partido… y en la eliminatoria. Es difícil de explicar, pero los blancos tienen una habilidad extraña para pegarse tiros en los pies. Con la eliminatoria en una prórroga virtual, los blancos tampoco se morían por empatar. Ni una ocasión clara, ni un regate, ni nada de nada. Y así nos fuimos al descanso.

Karim vive, el Madrid no

Menos mal para el Real Madrid que Benzema –sí, Benzema– logró el tanto del empate después de una buena pared con Lucas Vázquez y de que el francés aprovechara un boquete en la zaga del Leganés. Los blancos volvían a poner la eliminatoria en su lado de la balanza. Fue un gran gol de un delantero con un carácter curroromerista.

No estaba resuelto ni el partido ni la eliminatoria, pero al menos el Bernabéu recuperaba el pulso. Poco le duró la alegría al Real Madrid porque el Leganés logró el 1-2 a la salida de un córner que se comieron, uno por uno, todos los jugadores del equipo de Zidane. Después de varios arrastres y de que ni portero ni defensas lograran despejar, Gabriel cabeceó solito por el centro un remate limpio y violento. Casilla se la comió por el centro.

Otra vez fuera de la Copa. El Real Madrid empezó a asolar al Leganés en busca del 2-2. Lo hizo alocadamente, pero al menos le echó orgullo. Sólo Lucas Vázquez ponía un punto de luz en el oscuro área del Lega. Zidane, que quizá se había pasado de listo dejando fuera de la lista a Bale y Cristiano, metía a los dos mayores por los dos pequeños: Carvajal y Modric por Achraf y Marcos Llorente.

Siguieron los sustos del Leganés en el Bernabéu, que empezaba a ver negros augurios como cuervos en la noche. El tiempo pasaba y el Real Madrid no encontraba el gol. Era el 74 y un punto de desesperación se apoderaba de la grada blanca y, lo que es peor, de los jugadores. Los blancos no encontraban ni el juego ni las ocasiones y el cronómetro era un poderoso enemigo.

Tragedia en la casa blanca

El tercer cambio de Zidane, que se había dejado en la grada a Bale y Cristiano, fue Borja Mayoral por Isco, que se fue con algún silbido y con cara de pocos amigos. Esto ya era el minuto 78. La tragedia sobrevolaba por el Bernabéu. Benzema tuvo el 2-2 en un remate en el 80, pero le salió flojo y centrado. El Real Madrid apelaba a la épica y un cabezazo de Borja Mayoral estuvo cerca del gol, pero por fuera.

En busca del milagro pasaron los minutos fugaces como suspiros y el Real Madrid, que lo intentó por tierra y aire (porque aquí no hay playa), córner a córner, pero no encontró el gol, así que se consumó el drama en el Bernabéu. Hubo Leganesazo y el equipo de Zidane se queda con una Copa de menos y con la sensación de que este equipo está siniestro total.

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