El preocupante estado de salud de Tiger Woods tras el accidente que casi le cuesta la vida: «Espero volver a andar»

Tiger Woods se recupera poco a poco después del grave accidente que sufrió en Los Ángeles el pasado 23 de febrero. El considerado como uno de los mejores golfistas de todos los tiempos ha roto su silencio para relatar su preocupante estado y dejar claro que su objetivo número uno es volver a andar sin depender de ningún tipo de muletas.

Tiger Woods sufrió sufrió fracturas abiertas tanto en la tibia como en el peroné por las que tuvo que estar ingresado durante varias semanas en las que incluso se llegó a temer porque el golfista perdiera una de sus extremidades. Finalmente las operaciones a las que fue sometido se saldaron con un resultado sobresaliente pero la recuperación del golfista va muy lenta según confesó en una entrevista realizada en la publicación Golf Digest.

«Esto es algo completamente diferente. Entiendo bastante de los procesos de rehabilitación debido a mis lesiones pasadas, pero esto es más doloroso que cualquier cosa que haya experimentado», confesó un Tiger Woods que sólo tienen como objetivo caminar sin la necesidad de la ayuda de dos muletas. Esto también lo confesó en la entrevista concedida al mismo medio.

«Mi fisioterapia me ha mantenido ocupado. Hago mis rutinas todos los días y estoy concentrado en mi objetivo número uno en este momento: caminar por mi cuenta», afirmó un Tiger Woods que también quiso dar las gracias por el apoyo recibido durante estos meses por los aficionados mientras descansa en su casa de Florida.  «Ha sido increíble. He tenido mucho apoyo de la gente, tanto dentro como fuera del golf, lo que significa mucho para mí y me ha ayudado enormemente», finalizó.

 

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Un accidente causado por exceso de velocidad 

Tiger Woods circulaba prácticamente al doble de la velocidad permitida cuando sufrió el grave accidente, según confesó días después del suceso la policía del Condado de Los Ángeles. El golfista, de 45 años, tuvo que ser rescatado de su vehículo y fue intervenido de las múltiples lesiones que sufrió en su pierna derecha. Las investigaciones de la policía llevaron a la conclusión de que el golfista norteamericano habría chocado contra un árbol a 84-87 millas por hora –en torno a los 135-140 kilómetros por hora– después de «no detectar ningún frenazo».

«Probablemente confundió el pedal del acelerador con el freno y por eso no se detectó que frenase» antes del impacto, afirmó el sheriff del Condado de Los Ángeles. Woods conducía su coche casi al doble de lo permitido (72km/h), una «velocidad insegura para las condiciones de la carretera y la incapacidad para enfrentar la curva».