Liga Santander

Pedri desatasca al Barcelona

Pedri desatasca al Barcelona
Guillermo Sáez

El Barcelona ya es el segundo clasificado de la Liga Santander después de imponerse al Sevilla gracias a una genialidad de Pedri en el partido que enfrentaba a los dos equipos que seguían invictos en la segunda vuelta. La victoria del equipo azulgrana de paso aclara el camino hacia el título del Real Madrid, que ahora tiene 12 puntos de ventaja sobre ambos equipos y el Atlético de Madrid.

Xavi Hernández cogió al Barcelona en la novena posición de la Liga y ya solo tiene por delante al Real Madrid.  En ese periodo ha batido a los tres adversarios con los que comparte los puestos que clasifican para la próxima Liga de Campeones. Sin la efectividad de otros días, fue netamente superior al Sevilla y sumó un nuevo triunfo que mantiene viva la utopía de conquistar el título.

Dos semanas después de su asalto sin hacer prisioneros al Santiago Bernabéu, el Barcelona volvía a la acción con otro duelo de máxima exigencia y Xavi Hernández cumplía la máxima de no tocar lo que funciona. Repitió diez jugadores que fueron titulares ante el Real Madrid y la única variación fue Dani Alves por Eric García. El resto, una alineación que ya se empieza a leer de carrerilla.

La afición culé esperaba con ganas a su equipo y agotó las entradas, esperanza por que se repitiera lo ocurrido en la capital española. El Barça no acusó el parón de selecciones y empezó con fuerza una primera parte en la que rondó el gol desde el inicio. Lo probó Ferran Torres con un disparo de rosca marca de la casa y lo rozó Frenkie de Jong con un cabezazo en el área pequeña que se fue alto por poco.

Superado este primer arreón, el Sevilla logró serenar el partido a base de disciplina táctica. Regaló la pelota a su rival y se atrancó en defensa cerrando con acierto los huecos. En una de sus escasas incorporaciones al ataque, reclamó penalti por una mano de Ronald Araujo tras centro de Antony Martial y Sánchez Martínez bien pudo haberla cobrado, pero optó por inhibirse.

El partido entró entonces en una fase pastosa y Ousmane Dembélé es un buen termómetro para medir momentos así: el francés se aburría porque no le llegaban balones. El Barça volvió a calentarse en los minutos finales de la primera parte, cuando encadenó sus dos mejores ocasiones. Ferran no acertó a rematar el pase de la muerte del reactivado Dembélé y Bono respondió con una gran estirada al intento cruzado de Aubameyang. El africano también pidió penalti por un agarrón de Koundé más bien tímido.

Pedri saca la varita

No cambió el guión tras el paso por vestuarios. El Sevilla atrincherado y el Barça husmeando la manera de encontrar una grieta en la zaga de su rival. Xavi se desesperaba con el orden de su rival y el árbitro le enseñaba la tarjeta amarilla por sus reiteradas protestas. No tenía motivo para quejarse y más bien sonaba a desahogo por la falta de acierto de su equipo en los metros finales.

Poco a poco, volvieron a llegar las ocasiones con Ferran Torres como protagonista principal, pero el valenciano parecía tan cegado como el día del Nápoles, cuando no pudo evitar las lágrimas por las ocasiones marradas. En una tiró al muñeco un disparo franco en el corazón del área. En otra mandó fuera otro intento de rosca. Mala puntería del valenciano, mucha fe y poca efectividad.

Pero la mejor estuvo en la cabeza de Piqué. Completamente solo en un corner, estrelló su remate contra el larguero. El Barça seguía rondando el gol, pero le faltaba la claridad de otros días, la del Bernabéu, la de Nápoles. Tenía al Sevilla acogotado, pero no llegaba la dentellada certera. Bono le sacó una volea traicionera a Dembélé justo antes de que el equipo andaluz se sacudiera la presión con un contraataque de Martial, que topó con la buena respuesta de Ter Stegen a su disparo.

Toda la tensión acumulada estalló en el minuto 72. El Barça vendes camiseta de Pedri con una etiqueta especial que avisa de «altas dosis de magia» y la realidad fue el espaldarazo del marketing. El canario enganchó un balón en la frontal. Sentó a Rakitic con un recorte, a Diego Carlos con otro. Ya lo había hecho en Estambul. Solo que esta vez estaba fuera del área. Disparó con rabia y el lanzamiento cruzado fue inalcanzable para Bono. Golazo.

Aliviado por ese tanto tan perseguido, los locales se apropiaron de la pelota y calmaron el juego en los últimos. Ferran pudo sentenciar de cabeza, pero volvió a topar con Bono. Ya en el tiempo de descuento, llegó el susto temido por el Camp Nou tras una mala salida de puños de Ter Stegen. El alemán reaccionó con agilidad a su fallo y atrapó la pelota para candar otro triunfo de un Barcelona que sigue lanzado.

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