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Pablo Fernández, el CEO que bate récords guinness entre tiburones: «Tengo más fracasos que éxitos»

El madrileño ha creado y vendido la empresa Clicars por más de 100 millones de euros y ha batido 6 Récords Guinness

Estrena Nada, el documental sobre su vida cargado de reflexiones y toma de decisiones

Bate su sexto Récord Guinness: nada 104,4 km a contracorriente en 24 horas

Pablo Fernández

Pablo Fernández ha vivido muchas vidas en una. Es emprendedor, inversor, conferenciante, deportista de élite, activista medioambiental… Resulta complicado encontrar una profesión que lo etiquete. «Nadador es lo que más defines y también ser una persona emprendedora».

Nació en Carabanchel y a sus 44 años ha estudiado en Harvard y Oxford, ha fundado y vendido por más de 100 millones de euros su empresa Clicars dedicada a la venta de coches, ha creado Clikalia dirigida al mercado inmobiliario y ha conseguido seis Récords Guinness.

Por el camino trabajó durante varios años en Boston Consulting Group y se consagró como el vicepresidente ejecutivo más joven del Banco Santander. Además, estrena Nada, el documental sobre su vida y la toma de decisiones constante. Dirigido por Daniel Olmos y Jorge Laplace, encargados también del documental de Carlos Alcaraz.

«Siempre que acabo un reto se queda un vacío, por eso el documental se llama Nada. Es lo que te surge cuando consigues algo y piensas que eso te iba a hacer feliz y luego dices pues ‘no me ha hecho tan feliz’. Al final lo que te hace feliz es lo sencillo», explica Pablo Fernández durante su conversación con OKDIARIO.

Pregunta. ¿Cuáles son los puntos en común que tienen el emprendimiento y el deporte?

Respuesta. Lo comentaba el otro día con Pau Gasol, que coincidimos en el consejo de Endeavor. Un atleta necesita una preparación física, mental, una disciplina… Y en el mundo del emprendimiento de los negocios es lo mismo. Hay que tener también esa rigurosidad y disciplina levantarte todos los días, seguir una dieta o un entrenamiento. Y luego la parte mental, que es casi tan importante como la parte física porque todos podemos empezar, pero ir todos los días y tener constancia es lo que te hace seguir. En concreto, en mi caso, en natación de larga distancia, hay más similitudes todavía porque el emprendimiento es una carrera de largo plazo. Y cuando nadas 100 kilómetros en el mar aparecen momentos de duda, de dolor, de sufrimiento que hay que saber llevar.

P. ¿Cómo es un día en la vida de Pablo Fernández?

R. Me levanto a las 05:15 de la mañana y normalmente tomo un café, agua y hago unos diez 15 minutos de meditación. Luego estiramientos y calentamiento articular y me voy a la piscina. A las 06:00 empiezo a nadar y hago una rutina de ocho o diez kilómetros, unas dos horas, y luego hago estiramientos. Si puedo hago agua fría y agua caliente con sauna y cubo de agua fría, ya que estimula la recuperación muscular. Y a partir de ahí llego a la oficina un poco antes de las nueve y empieza mi día como emprendedor. Y todo el día de reuniones. Hago ayunos por la natación de entre 16 y 24 horas y luego la tarde es como un momento un poquito más de relax. Acabo de trabajar a las 20:00 de la tarde y realmente ceno con mi novia, con mi familia y luego a última hora del día pues intento ver alguna serie de Netflix o leer un libro para para relajarme.

P. ¿Cómo se prepara para buscar un record guinness en aguas abiertas?

R. Hay gran diferencia con la piscina. En la competencia al aire libre y en el mar hay elementos que no controlas y que pueden distorsionar. Entonces yo curiosamente, soy más nadador de aguas abiertas. Cuatro de mis seis récords son en aguas abierta. Precisamente por ese espíritu de aventura que cuando vas al mar no sabes lo que te vas a encontrar y es un poco como el mundo cuando emprendes. Controlas lo que tú haces, pero luego la realidad te puede salir un competidor, puede haber un una bajada en el mercado, puedes perder un cliente o un empleado clave… Por ejemplo, en el primer intento de batir la mayor distancia en el océano de 250 kilómetros, se fracasó porque había muchas olas. El capitán empezó a vomitar, se empezó a hacer de noche, había peligro de que alguien cayera al mar y lo perdiéramos. Tuvimos que cancelar el reto y luego volver.

P. Le noto cómodo empleando la palabra fracaso.

R. Para mí el fracaso es no tirarte al agua y quedarte arriba pensando tus miedos. Igual que siendo emprendedor, el fracaso es no intentarlo. Yo tengo más fracasos que éxitos. Empecé arquitectura en Alicante y dejé la carrera al primer año. Mi primera empresa, con 22 años, fracasó. Pero siempre he tenido ese optimismo de seguir adelante y entender el fracaso como un aprendizaje y un camino hacia el éxito. El éxito no es una línea recta, tiene subidas y bajadas y a pesar de esos retos, conseguí volver. Volví a la universidad, me gradué y pude cumplir mi sueño estudiar en Harvard y en Oxford, trabajar en consultoría en banca en Estados Unidos diez años y montar empresas como Clickcars. Detrás de eso hay muchos fracasos. Mi primera empresa de éxito la monté a los 34 años y mi primera récord mundial a los 38. Vivimos en una sociedad donde queremos un éxito inmediato.

P. ¿Qué ha sido lo más difícil a lo que te has enfrentado en aguas abiertas?

R. El problema no son los tiburones reales que están debajo del agua, ningún nadador de la historia en aguas abiertas ha muerto por un ataque de tiburón. El problema son los tiburones que tenemos en nuestra mente. Cuando nadas por la noche, en la mente estás viendo constantemente sombras. Pero esas sombras no son reales, no son tiburones reales, son tiburones que están en tu cabeza. Yo creo que es una lucha contra nuestros propios miedos, contra nuestras dudas. También pasa a veces con el frío. A mí me pasó a las 04:00. De repente empecé a sentirme frío y la gente me decía el agua está caliente. Tu cuerpo quiere abandonar, quiere tirar la toalla, es una lucha mental contra uno mismo.

P. Además de la batalla mental, también te enfrentas a toda la vida marina.

R. En ese aspecto, el mayor miedo son las medusas. De hecho, cuando intenté batir el récord de los cinco kilómetros más rápidos del mundo en Sudáfrica en 2017, me picaron dos carreras portuguesas y me dio un ataque cardíaco que me tuvieron que llevar al hospital. Fue uno de los momentos más duros de mi vida. Y ahí me di cuenta de que hay que saber también cuando hay que parar y salir del agua. El éxito también es saber parar para reflexionar y saber abandonar para recomponerte y volver con más fuerzas.

P. ¿Cuál es el reto más grande al que se ha enfrentado Pablo Fernández?

R. Curiosamente el último en el que buscaba la mayor distancia en 24 horas en la piscina, porque ha sido el único que he hecho rodeado de muchísima gente. Además, en un colegio de mi barrio en Carabanchel, con 700 niños animándome. Y fue muy difícil porque el anterior recordman era el campeón olímpico de los 10.000 metros y era muy difícil batirlo. Durante las seis horas finales no paré ni para beber ni para comer y me dio una bajada de tensión. Tenía la presión de no defraudar a esos cientos de niños que estaban ahí animándome. A efectos a efectos más espectaculares, el de los 250 kilómetros es el récord que estoy más orgulloso. En el océano, que llevaba 17 años sin batirse y todavía sigue imbatido. Lo conseguí al segundo intento. Me nominaron para el nombre del año en la Federación Internacional de Natación por ese reto.

P. ¿Cuál será tu próximo reto?

R. Siempre que acabo un reto se queda un vacío, por eso el documental se llama Nada. Es lo que te surge cuando consigues algo y piensas que eso te iba a hacer feliz y luego dices pues ‘no me ha hecho tan feliz’. Y parte de mi reflexión en este viaje de tantos años haciendo tantos retos es que al final lo que te hace feliz son las cosas sencillas. Estoy en una fase de mi vida en la cual he priorizado el deporte y los negocios, pero no he podido priorizar una relación, formar una familia, tener hijos y una familia numerosa…

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