Nadal aplasta a Delbonis en su regreso triunfal a las pistas

Rafael Nadal desafía una y otra vez los límites de la lógica tenística. El manacorense volvió a demostrar un nivel increíble tras varias semanas fuera de las pistas por lesión, y reapareció con una auténtica exhibición como pilar de su debut en el Masters 1000 de Montecarlo. Su víctima, un experimentado terrícola como Federico Delbonis, puede dar fe de ello. El paseo de Rafa duró hora y veinte, fue cómodo y le permitió confirmarse como favorito y atisbar su próximo rival, el de este jueves, Grigor Dimitrov, ya en octavos de final de su primer Masters 1000 de la temporada.

56 días después de su derrota en los cuartos de final del Open de Australia ante Stefanos Tsitsipas, Rafael Nadal volvía a asomarse a un torneo oficial coincidiendo con el comienzo de la gira de tierra, su momento favorito en el calendario. La exigencia, como cada año por estas fechas, era máxima, pero las ganas de volver a disfrutar sobre una pista de tenis superarían, de nuevo, cualquier expectativa.

Ataviado con el último y particular look de Nike, con el morado y el rosa chicle como colores predominantes, Rafa salió a la central del Montecarlo Country-Club con el conocimiento y la consiguiente presión de saber que, pese a su inactividad, es el gran favorito al título. En frente, un Delbonis zurdo, veterano y rodado tras superar la fase previa.

Los ingredientes llamaban a la teórica igualdad al comienzo del partido, pero la apisonadora de Rafa aplastó cualquier intento de paridad en el partido por parte de Delbonis. Sin apenas dar opción y consumando sus dos primeras oportunidades de break, Nadal llevaba el resultado a un impresionante 5-0 con sólo 20 minutos de partido disputados. Federico conseguiría su primer juego después de este parcial, pero sólo era un espejismo antes de que el número uno español cerrara la primera manga con autoridad.

Además del resultado, que la práctica totalidad de la opinión pública daba por favorable a Rafa, el otro gran capítulo a repasar eran el juego y las sensaciones de un jugador que llega después de un periodo de inactividad competitiva, por una lesión. Nadal, que prefirió descansar hasta la llegada de la gira de tierra, demostró que su movilidad no se ha visto mermada por los problemas de espalda y que el ritmo competitivo no lo pierde nunca, pese al obligado parón.

Rodillo también en el segundo

En cuanto a su tenis, la derecha dominaba, el revés se confirmaba como el mejor apoyo posible, dando opciones de cerrar los puntos en la red. Rafa estaba disfrutando y el marcador del segundo parcial atestiguaba el relato. El despegue de Nadal le llevaba al 3-0 favorable antes del primer y único bache del balear en el partido. Un juego irregular del español coincidió con la inspiración de Delbonis, que quebraba el saque del favorito para reducir distancias, eso sí, aún con Nadal a los mandos del parcial.

Herido por la ruptura de la perfección al saque, Nadal sacó de nuevo su mejor versión con un tenis un punto más agresivo y que volvió a decantar la balanza a su favor. Un nuevo break, esta vez con mayores complicaciones debido a la superior resistencia de Delbonis, le dejaba a las puertas de la sentencia con su servicio, posponiendo sólo unos minutos la confirmación de una gran victoria en su regreso al circuito. El rey de la tierra ya está de vuelta.