El tenista español se impuso en tres sets (6-2, 6-3, 6-3)

Nadal acaba con la resistencia de Lóndero y se saca los cuartos en París

Rafael Nadal sacó su billete a cuartos de final de Roland Garros después de derrotar de forma clara a Juan Ignacio Lóndero en tres sets. El manacorense se medirá a Nishikori o Paire en la antepenúltima ronda en París.

Nadal
Nadal celebra un punto ante Londero. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Los cuartos de final de Roland Garros no podían echar en falta a Rafael Nadal. El dominador histórico del tenis en París volvió a funcionar como una maquinaria perfecta que aguantó, sometió y agotó a un combativo debutante en estas lides como Juan Ignacio Lóndero, que acabó cediendo ante el número dos del mundo en tres mangas (6-2, 6-3, 6-3) y poco más de dos horas de partido. Nueva batalla superada para Nadal, que espera a Nishikori o Paire en la antepenúltima ronda.

A sus 25 años, Lóndero afronta su primera temporada entre los mejores del mundo en una progresión algo lenta pero segura, tanto que le concedió su primer título ATP en Córdoba. Roland Garros, en cualquier caso, se convirtió en el lugar de presentación de este completo tenista, amante de la tierra batida, con el premio de medirse a la referencia histórica de la superficie en el mayor escenario posible.

Los nervios lógicos del debut en la Chatrier otorgaron un break de inicio a Nadal, cuyo objetivo de alcanzar las 90 victorias en Roland Garros no iba a ayudar a la adaptación de Londero al partido. Aun con ello, el tenista argentino tiró de garra para despertar a la fuerza y amarrar su tenis a la arcilla. Mucho más cómodo y tirando, sobre todo de revés, el topito sumaba su primer juego, en blanco, en el cuarto del encuentro.

Nadal tenía la ventaja de su lado y el viento no intercedía en la confianza del manacorense, sabedor de que la templanza y el colchón con el que contaba en el marcador iban a ejercer de freno ante las acometidas de Lóndero. El argentino seguía pegando y aguantando los intercambios de Rafa, cuyas cañas se intercalaban con ganadores para seguir sumando lo suficiente para mantenerse antes del momento decisivo del set. Con 5-2 a favor y en un juego interminable, Nadal volvía a romper el servicio de su contrincante y se hacía con la primera manga del partido.

El encuentro estaba igualado a pesar de la diferencia de ranking, pero era esta diferencia en la clasificación y la superior experiencia de Nadal la que iba a seguir marcando el liderato del duelo. Lóndero dejaba unas sensaciones notables ante un público que le mantenía por desconocido pero Rafa, centrado a más no poder en su labor en pista, continuaba al acecho ante cualquier opción de rotura que le concediera el dominio del segundo set.

Se resistió Lóndero hasta en dos ocasiones a su servicio, pero en el tercer turno, el vendaval de juego del número dos del mundo arrampló con todo el tenis presente en la Chratier y con ello se llevó el servicio de Lóndero, clave para acabar cerrando en su segunda oportunidad, la primera al servicio, el 2-0 en el marcador de sets del encuentro. Un paso más y los cuartos de final de un Grand Slam verían a Nadal por 38ª vez.

Nadal agota la combatividad de Londero

El proceso lógico en el deporte implica un periodo inicial de adaptación, dependiente de la duración del esfuerzo, para pasar al máximo nivel antes de caer en cierta medida en el final, donde desde la reserva se saca todo para finalizar con éxito. Rafael Nadal rompe con este principio en el 95% de los casos, un porcentaje que se amplía hasta el extremo imaginable en las pistas de Roland Garros. Llegados los momentos decisivos, normalmente con ventaja en el luminoso, Rafa muestra una frescura incoherente con el ser humano, un estado físico que siempre que es acompañado por el tenis, deriva en una paliza con la que cerrar una victoria más en Roland Garros.

Lóndero no podía con su cuerpo después de un duelo de intercambios durísimos, y por ello su reacción añade más mérito si cabe al que ya tiene romperle el servicio a un Nadal desatado. Durante cinco minutos, el argentino resucitó su tenis para amagar con darle la vuelta a la manga, que entonces marcaba un 1-4 y servicio de Nadal. Con 4-3 y 0-30 en contra, Rafa dijo basta y dejó en anécdota el despertar del topo para confirmar su presencia en los cuartos de París.

 

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