MÁLAGA VS REAL MADRID: JORNADA 38 DE LIGA

Míchel fue un profesional: motivó a Sandro y se mostró serio e inquieto durante todo el partido

Míchel
Míchel durante un partido de Liga con el Málaga (AFP).
Hugo Carrasco

El escenario principal de la última jornada del campeonato nacional de Liga estaba en La Rosaleda. El título estaba en juego y de lo que pasara en Málaga dependía el alirón del Madrid. Los focos estaban centrados en Míchel. Su pasado madridista daba pie a culparle de que el Barça se quedara sin levantar otra Liga. Lógicamente, no fue así.

La Liga de madridistas y azulgranas no era la misma que Míchel, que llegó al conjunto boquerón buscando eludir un descenso al que una mala racha les había acercado. Un final de temporada espectacular, les hizo llegar con la salvación sellada desde la jornada 34. No era su pelea la de que Barça o Madrid salieran campeones. Y desde antes del inicio del partido se vio.

Si alguien dudaba de que el técnico boquerón se olvidara de su labor y se dejara llevar por sus sentimientos, estaba equivocado. Aun en los vestuarios, antes del comienzo del encuentro se le vio dando unas últimas instrucciones a Sandro, su mejor jugador y con pasado barcelonista.

Una vez el balón estaba en movimiento, las reacciones del entrenador en su área técnica no se hacían esperar. El gol de Cristiano en el minuto 2 hacía que Míchel se mostrase inquieto durante toda la primera parte. Cada vez que le enfocaban las cámaras, se veía a un Míchel nervioso, no conforme con lo que veía en los primeros compases del choque.

En la segunda mitad se vio un muy buen Málaga, poniendo en serias complicaciones al conjunto madridista. El rostro de Míchel era serio, sin sentarse en el banquillo ni un instante, porque su equipo por más que lo intentaba, no era capaz de perforar la portería de Keylor Navas.

Al término del partido con el triunfo y alirón del Real Madrid, Míchel acudió a felicitar a Zinedine Zidane y se perdió por el túnel de vestuarios.

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