Messi invita a otra ronda
Leo Messi y Antoine Griezmann empiezan a carburar, aunque sea en la Copa del Rey. El argentino ejerció de asistente en la primera mitad y de goleador en la segunda en la manita que se llevó el Leganés en los octavos de final de la Copa del Rey. Por su parte, el francés, por segunda ronda consecutiva, encarriló la eliminatoria con un gol tempranero y cuajó uno de sus partidos más destacados como azulgrana.
Vale que un Leganés con más suplentes que titulares no representa una prueba de fuego, pero era lo que necesitaba el Barcelona para salir de las dudas tras su traspié en Mestalla del pasado fin de semana. Los culés ganaron fácil a un rival que quiso presionar, pero cuya debilidad defensiva quedó patente en cuanto los locales apretaron moderadamente las tuercas. Los números de los pepineros en la liga no engañan.
Setién no se tomó a broma la visita de los madrileños y sacó un once lleno de titulares con Messi, Piqué y Busquets a la cabeza. El técnico cántabro vio cómo un destello de sus estrellas puso en railes el partido. Messi dejó toda la banda derecha libre a Semedo para que éste asistiese a Griezmann, quien anotó con la precisión de un cirujano al palo largo de la portería defendida por Cuellar.
El francés, lejos de conformarse, casi consigue el doblete antes del minuto 10. El VAR invalidó su tanto tras otro pase filtrado soberbio de Messi para Jordi Alba –quien sí estaba en posición ilegal– se la dejase en bandeja al ex jugador del Atlético de Madrid.
El Leganés intentaba aguantar el chaparrón como podía. Sólo los tiros lejanos de Óscar y Braithwaite hacían creer que habían un rival en el campo. El Barça, sin embargo, no estaba para relajarse y Setién lo recordó en la banda constantemente pidiendo más y más a sus jugadores. Y en esas que antes de cumplirse la media hora de juego, Messi –hoy brillante actor secundario– puso un balón al primer palo para que Lenglet lo peinase al fondo de las mallas.
El VAR revisó el tanto porque Griezmann, más ansioso que nunca por el gol, intervino en la acción tocando el balón viniendo de presunto fuera de juego. El francés no estropeó el gol a su compatriota, pero dejó claro que esta Copa del Rey le importa y mucho. La remontada contra el Ibiza en la anterior ronda habla por sí mismo.
Un segundo tiempo jugando a ‘La Jaula’
La renta en el marcador permitió a Setién activar una de sus jugadas clásicas como entrenador. El técnico aplicó lo que en la serie de dibujos animados Oliver y Benji se llama ‘La jaula’. Esta táctica consiste en tocar y tocar sin perder el balón desgastando al rival para no sufrir en defensa. Como dirían los eruditos: defender con el balón.
Messi se unió a la fiesta en una jugada vertiginosa donde todos los rebotes le favorecieron hasta el punto de que perforó la portería defendida por Pichu Cuellar tras un desvío de Tarín que elevó el balón. El argentino, quizá en su partido más solidario como asistente, encontró igualmente el premio del gol ante un rival que estuvo entregado desde el principio y hasta cerraría la cuenta con un gol en el que regateó al portero rival como Ronaldo Nazario.
Rakitic, Arthur –autor del cuarto gol postrero– y Junior consolidaron la idea de Setién de superpoblar el centro del campo durante los compases finales ante un Leganés que se despidió de la Copa sin pena ni gloria. El equipo pepinero tiene entre ceja y ceja intentar salvar la categoría. Al Barça le vino muy bien el partido para recuperar confianza y para que Setién empiece a asentar su idea. Veremos si le va tan bien cuando vengan las turbulencias en febrero.