VALENCIA VS BARCELONA: JORNADA 9 DE LIGA

Messi evita de penalti el pinchazo del Barcelona en el último segundo

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Los jugadores del Barcelona celebran el gol de Messi. (EFE)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La suerte estuvo con el campeón. El Barcelona se impuso al Valencia por 2-3 en un choque decidido en la última jugada del partido tras un penalti de Abdennour a Suárez que Messi materializó en gol. El conjunto culé se llevo así los tres puntos de un duro partido frente a un rival que lo dio todo para llevarse el triunfo, y que acabó muy enfadado con la actuación del árbitro del partido.

El pitido inicial de Undiano Mallenco, que se convertiría a posteriori en uno de los grandes protagonistas del encuentro, daba comienzo a un partido que iba a medir la regularidad de un Barcelona que recuperaba de inicio a su tridente atacante en busca de un intercambio de golpes con el que derrocar a su rival por aplastamiento.

Los primeros minutos representaron el tanteo de un Barcelona que no se atrevía a arriesgar de más con la pelota y un Valencia ordenado y cerrado para evitar cualquier oportunidad de peligro del contrincante.

La lesión de Iniesta a los diez minutos dio el pistoletazo de salida a una batalla de reproches entre ambos equipos que incluirían al árbitro diez minutos después, con el primer tanto del partido, obra de Messi, que batió a Diego Alves aprovechando la posición de fuera de juego de Luis Suárez, que a pesar de no tocar el balón se interpuso en la trayectoria del balón e impidió que el cancerbero carioca pudiera ver el balón. Fuera de juego claro y no señalado por Undiano, que comenzaba a ganarse enemigos a poco de comenzar la tarde.

Un más que posible penalti de Umtiti a Rodrigo no hizo más que tensar la relación de la grada de Mestalla con el colegiado del partido, que se había convertido en el gran protagonista de un encuentro que bajó en calidad y subió en disputa, con varias entradas de caminaron por el límite de ser merecedoras de tarjeta amarilla. Una de ellas, de Busquets, podría haber significado su expulsión del partido tras impedir con el brazo el camino de Enzo Pérez. ¿Suficiente para mostrarle el camino de los vestuarios? No para Undiano.

El pitido del árbitro dio paso a quince minutos de pausa obligada y que se convirtieron en el mejor bálsamo –quizá el único posible– para calmar los nervios y la intensidad que vivía el encuentro. La segunda mitad mostró una cara algo más valiente del Valencia, necesitado de remontar y confiado, después de ver como había competido de tú a tú con su rival en los primeros 45 minutos.

Rakitic, sin embargo, tuvo el segundo gol en sus botas tras un rechace de Diego Alves que incomprensiblemente falló el croata. Y del posible 0-2 se pasó, un par de acciones después, al empate valencianista, con un culé, Munir El Haddadi, como principal protagonista. El jugador de origen marroquí fusiló a Ter Stegen después de una gran cesión de Parejo, y cabizbajo, se convirtió en la única persona con camiseta ché que no saltó por los aires para celebrar el tanto.

El éxtasis se apoderó de Mestalla y en el minuto 56, Rodrigo, con un remate muy meritorio, hizo correr al comedido Prandelli y estallar de nuevo a la afición ché con el 2-1. El encuentro cambiaba de guión, con media hora por delante para confirmar si la mejor versión del Valencia podía tener continuidad.

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Rodrigo estalla tras su gol al Barcelona. (EFE)

Locura derivada en penalti

La intervención de los defensores del Valencia estaba apagando muchos fuegos, pero nada pudieron hacer para evitar el tanto de Luis Suárez, que mostró su instinto asesino tras un balón rebotado y puso de nuevo las tablas en el luminoso.

No era el partido más brillante, pero la intensidad lo estaba convirtiendo en un gran espectáculo. Así fueron pasando los minutos, con destino incierto y un toma y daca constante que otorgó a Nani la mejor oportunidad de adelantar a su equipo, pero el vigente campeón de Europa con Portugal mandó su disparo a la valla.

Con el Barcelona volcado buscando el gol, el Valencia tuvo tres o cuatro contras que tuvieron en Santi Mina a su mayor villano. El gallego, muy torpe desde su entrada no pudo hacer efectivas las buenas salidas de sus compañeros. En estas llegamos al escaso descuento, de dos minutos, que fue suficiente para que los jugones culés trenzaran una jugada, la última del encuentro, que acababa en penalti de Abdennour –sobresaliente hasta ese momento– sobre Suárez. Diego Alves no pudo hacer un nuevo milagro en esta ocasión, en gran parte por el gran disparo de Messi, que sustrajo los tres puntos de Mestalla in extremis, salvando al Barcelona de un nuevo pinchazo.

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