El McLaren-Honda de Alonso se gripa nada más salir a pista
Las imágenes rozan lo rídiculo, lo ajeno que está Honda de la Fórmula 1. Es un nivel irremediable, imposible de encontrar una guía hacia el rendimiento o fiabilidad. No es una cuestión de que no lo intenten: es que, realmente, parece que no pueden. Son el primero de la fila, tomando apuntes, atendiendo en clase, estudiando en casa… pero no les da. Porque, sí, el motor del MCL32 de Fernando Alonso gripó nada más salir a pista.
«Para el coche, Fernando, problemas en el motor», le cantaba su ingeniero por radio, segundos antes de la sorpresa. Cuando Fernando quiso acatar órdenes, el coche ya había trompeado, con una procesión de humos a su alrededor. Aquello parecía la Semana Santa de Sevilla: incienso en forma de desgracia y dolor, el de Alonso, que sigue con su personal Pasión.
La sala de prensa soltó una carcajada cuando la grúa levantó el lánguido MCL32: el motor Honda soltaba líquidos por su parte trasera, dejando una imagen esperpéntica. La metáfora de un motor que ni rinde, ni funciona. Un motivo más, y en casa, para pensar que Alonso y McLaren-Honda se siguen alejando entre ellos. Los milagros, a Lourdes. Aquí, de momento, esto es lo que hay.
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