Koke y Morata, las luces y las sombras atléticas en el debut de España
El centrocampista jugó su partido 50 con la selección y el delantero comprobó que en el Metropolitano no le quieren
A Morata no se le perdona ni su pasado madridista ni su reciente "declaración de amor" a la Juve
Koke es el primer jugador que llega a los 50 partidos internacionales vistiendo sólo la camiseta rojiblanca
El España-Portugal del pasado viernes fue un partido de luces y sombras para la afición del Atlético de Madrid. Por un lado Koke llegó a su internacionalidad número 50. Es el primer jugador en la historia rojiblanca que lo consigue. Fernando Torres sumó 110 presencias con el equipo nacional, pero sólo 42 de ellas siendo futbolista de la primera plantilla. Por otro lado se confirmó el divorcio entre el Metropolitano y Álvaro Morata, un futbolista al que nunca se ha perdonado ni su pasado madridista ni su reciente declaración de «amor» a la Juventus. Los silbidos de un estadio que debería haberle apoyado en vez de criticarlo simbolizan la verdadera relación entre el delantero y la grada. Es evidente que nunca volverá a vestirse de rojiblanco.
«Uno di noi», «uno de nosotros». Una frase con la que nunca se ha relacionado a Morata y a la grada del Metropolitano. El pasado madridista del delantero siempre le ha pesado como una losa y jamás ha podido disfrutar de la condescendencia que sí ha recibido Diego Costa. Morata trató de hacer borrón y cuenta nueva a su llegada al Atlético asegurando que su corazón había sido siempre rojiblanco, pero muy pocos le creyeron. Por eso su marcha a la Juventus el verano pasado no fue ningún drama. Por eso nadie se extrañó cuando a su llegada a Turín lo primero que hizo fue profesar su devoción por la ·»Vecchia Signora». Y por eso los silbidos de ayer viernes, cuando en el tiempo de descuento estrelló en el larguero el remate que hubiera supuesto la victoria de España ante Portugal, tuvo que escuchar desconsolado como desde la grada le cantaban «Morata, qué malo eres».
Álvaro Morata nunca volverá a marcar goles como jugador del Atlético de Madrid. La Juventus ejercerá la cláusula que le permite prorrogar un año más su cesión y casi con toda seguridad también ejecutará la opción de compra. El jugador y su familia se encuentran felices en Italia y no tienen la menor intención de volver a Madrid, a pesar de que esta misma semana, y para cubrirse las espaldas, el delantero deslizó que también en España se sentía «muy a gusto». En realidad la relación de Álvaro Morata y el Atlético de Madrid finalizó el día en el que Simeone eligió a Diego Costa como titular en la eliminatoria de cuartos de final de Champions ante el Leipzig.
En cambio con Koke todo son buenas noticias. Su relación con la grada también pasó por una época turbulenta, pero ahora nadie discute su jerarquía. Sólo tiene por delante a Adelardo para convertirse en el jugador más importante de la historia del Atlético de Madrid y desde ayer es el primero en el club que alcanza las 50 internacionalidades. Todo un hito para un equipo que ha aportado muchos futbolistas a la selección, pero que no ha conseguido que casi ninguno de ellos tenga continuidad.
Llama mucho la atención la poca representación de jugadores rojiblancos en el ranking de más partidos con el equipo nacional. Fernando Torres el noveno aboluto, con 110 entorchados, pero sólo 42 de ellos fueron en el Atlético ya que en 2007 fue traspasado al Liverpool, por lo que técnicamente 68 internacionalidades corresponden a su etapa en Inglaterra.
Hay que bajar mucho en la lista para encontrar al segundo jugador atlético, que fue el extremo Manolo Sánchez, que sumó apenas 28 internacionalidades. Por ponerlo en perspectiva, Adelardo fue sólo 14 veces internacional y Luis Aragonés apenas 11. Saúl Ñíguez, cuya etapa en el club parece además tocar a su fin, ha vestido la camiseta nacional en unas pírricas 19 presencias. Estos datos enfatizan aún más el éxito de Koke en la selección superando de entrada el rechazo inicial del seleccionador Luis Enrique, que le apartó de las listas después del Mundial de Rusia.