¿La hora de Courtois?

¿Será Vallecas el estadio que vea por primera vez a Thibaut Courtois como portero titular del Real Madrid desde la llegada de Zidane al banquillo? La lógica dice que sí, ya que el entrenador galo dejó claro que todos los miembros de la plantilla tendrían la oportunidad de jugar y en estos momentos sólo faltan dos: el belga y un Vinicius que debe esperar al duelo con el Villarreal. Pero los méritos que ha hecho Keylor Navas en estos partidos hacen pensar que a lo mejor Zizou sigue apostando por el tico.

Zidane aseguró hace unas semanas en rueda de prensa que no habrá «la posibilidad de que haya debate, no vamos a tener el tema de los porteros la próxima temporada, va a estar bien claro». Pero eso será dentro de unos meses. La realidad ahora es bien distinta y el principal debate que rodea al Real Madrid en las últimas jornadas de competición es el arco.

La apuesta del club es Courtois por el motivo principal de la edad. El internacional por Bélgica tiene 26 años, mientras que Keylor ya suma 32. Lo normal es apostar por un portero que puede defender durante una década la portería del Santiago Bernabéu, pero la situación actual es que Navas no lo está poniendo nada fácil.

El portero que ha sido capaz de ganar tres Champions de forma consecutiva no está por la labor de ceder y quiere pelear sus opciones de seguir en el Real Madrid hasta el final. Sabe que en la entidad no se plantean vender a un Courtois que llegó el pasado verano procedente del Chelsea como apuesta de futuro, pero él cuenta con el apoyo de Zidane, que siempre le ha visto como su guardameta. Por lo tanto, luchará mientras que le dejen. Tal y como lo ha demostrado hasta ahora.

Desconcertado con Courtois

Zidane no está del todo contento con Courtois. El principal motivo por el que Zizou no ha contado aún con el flamante fichaje del pasado verano del conjunto madridista es por su baja intensidad en los entrenamientos.

El técnico francés no estaría contento con el rendimiento que ofrece Courtois en el día a día. La suplencia ante el Getafe fue un toque de atención necesario para que el portero intensifique su forma de trabajar si es que quiere que Zidane cuente con él, ya no en lo que queda de temporada, sino también en la que viene.