Godín vs. Ramos: pulso de capitanes

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A 2,75 se paga que el Real Madrid meta un gol
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Sólo 42 días separan el nacimiento en 1986 de dos de los mejores centrales del fútbol mundial en la última década: Sergio Ramos y Diego Godín. Resulta difícil encontrar a dos defensas con mayor impacto y capacidad de liderazgo en sus equipos y también en sus selecciones. 

Forjada su leyenda como héroes de sus hinchadas tras lograr goles para la historia (Godín, el que valió una Liga en el Camp Nou y Ramos, el de La Décima en Lisboa), ambos son los auténticos jefes no sólo de las zagas de Real Madrid y Atlético, sino también de sus respectivos vestuarios. Cuando Ramos y Godín alzan la voz, sus compañeros agachan la cabeza y escuchan. Más que capitanes, son generales de la caseta.

Godín y Ramos son dos centrales casi gemelos. Ambos son agresivos e intensos, les gusta atacar la pelota, intentar anticiparse y no les importa ir duro al choque. Nunca rehuyen el contacto con los delanteros rivales y su figura se agranda en los partidos calientes. Los dos son extraordinarios en el juego aéreo tanto en ataque (suelen acabar las temporadas con varios goles en su cuenta) como en defensa. Y en los intangibles también son idénticos: carácter, liderazgo y compromiso con el equipo son sus mayores virtudes.

Godín, El Cacique del Calderón

Diego Godín aterrizó en el Atlético en el verano de 2010 procedente del Villarreal por 8 millones de euros. El uruguayo celebró su primer título nada más llegar: la Supercopa de Europa contra el Inter entonces entrenado por Rafa Benítez. Pero en sus dos primeras temporadas de rojiblanco, con Quique Flores y Manzano en el banquillo, su rendimiento estuvo muy lejos de lo esperado. 

Como tantas otras cosas en el Atlético, para Godín todo cambió con Simeone. El Cholo le puso galones y el uruguayo los soportó con honor. Formó una pareja de lujo junto a Miranda y conquistó consecutivamente la Europa League, la Supercopa y la Copa del Rey en el Bernabéu. Puso la guinda con la Liga de hace dos temporadas, donde se coronó como el mejor central del campeonato y marcó el gol de cabeza contra el Barça en el Camp Nou que daba el título a los rojiblancos.

El corazón de Godín  bombea sangre rojiblanca. Este mismo verano el uruguayo rechazó un ofertón del Manchester City que casi le doblaba el sueldo. El Atlético se lo premió con una merecida mejora de contrato. Aunque el brazalete por antigüedad le pertenezca a Gabi, Godín es el auténtico líder del vestuario del Manzanares.

Esta temporada Godín ha disputado todos los minutos porque es la extension de Simeone en el campo: 540 en Liga y 180 en Champions. La temporada pasada jugó 48 partidos (34 en Liga, 9 en Champions, 3 en Copa y dos en la Supercopa) y anotó 4 goles. Sus 336 partidos oficiales entre Villarreal y Atlético le convierten en un seguro de vida para la zaga rojiblanca.

Sergio Ramos, El Héroe de La Décima

Sergio Ramos llegó al Real Madrid el último día del mercado del verano del 2005. Con suspense, como le gusta a Florentino Pérez, la joven perla del sevilla, con 18 años, se convertía en el primer fichaje español del presidente que había construido la galaxia con Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham.

Desde su primer partido de blanco, Ramos demostró que había nacido para jugar en el Madrid. Carisma, empuje, calidad, sacrificio, compromiso, esfuerzo… reunía todos los valores sobre los que se edificó la historia del club blanco, esos valores que ponen los pelos de punta a la afición del Bernabéu. 

Hace dos temporadas Ramos escribió una de las páginas más épicas y hermosas de la historia del Real Madrid, al convertirse en El héroe de La Décima tras marcar sobre la bocina el gol que empataba el partido ante el Atlético en la final de Lisboa. Ramos escribía su nombre para siempre en la leyenda del madridismo.

Ramos ha pasado un verano incómodo a cuenta de la oferta del Manchester United y su deseo (nunca expresado públicamente) de irse del Real Madrid. Al final, la historia acabó bien para todas las partes y el central se queda vestido de blanco como el mejor heredero posible para el brazalete que antes lucía Iker Casillas.

Esta temporada se ha perdido los tres últimos partidos por una lesión en el hombro, pero antes había sido titular indiscutible para Benítez en los cuatro primeros partidos. Lleva 311 minutos disputados. El año pasado jugó 42 partidos, muchos de ellos tocado por las lesiones: 27 de Liga, 8 de Champions, dos del Mundialito, dos de Copa, dos de Supercopa de España y uno de Supercopa de Europa. Igual que a Godín, a Ramos le avala su experiencia en Primera: 494 partidos oficiales entre el Sevilla y el Real Madrid.

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