Gil Manzano vuelve a indignar al Atlético
El Atlético de Madrid vuelve a estar indignado con Gil Manzano. Tras la polémica expulsión de Diego Costa en el Camp Nou parecía que se había firmado una tregua, pero su arbitraje en el Sánchez Pizjuán volvió a hacer que los rojiblancos se sientan perjudicados por sus decisiones.
Los atléticos consideran que el gol del Sevilla viene precedido de una mano de Ocampos, que el árbitro le perdona dos veces la segunda tarjeta amarilla a Diego Carlos (la primera con empate a cero en el marcador) y que también deja a Luis Suárez KO para el siguiente partido cuando el uruguayo no hace absolutamente nada más que protegerse de Acuña.
Si el Real Madrid tiene en el canario Hernández Hernández su bestia negra, al Atleti le pasa lo mismo con Gil Manzano. Ya viene de lejos, aunque lo de Sevilla creen que fue la gota que colmó el vaso. No dudó ni un instante en amonestar a Felipe en la primera acción del partido, luego se fue disparado al punto de penalti sin dudarlo un instante en la acción de Saúl y dio validez al gol Acuña cuando claramente la acción venía precedida de una mano de Ocampos. Además no vaciló en amonestar a Suárez y Llorente, que se perderán el próximo encuentro ante el Betis.
Pero además desde el Wanda Metropolitano se asegura que la punibilidad con la que castigó al Atlético se mutó en permisibilidad cuando de lo que se trataba era de juzgar al Sevilla. Aunque Simeone ha aprendido la lección y pasó por encima de las críticas al árbitro en la rueda de prensa, lo cierto es que la procesión va por dentro. El Atlético se siente seriamente perjudicado por Gil Manzano y son muchos en el club los que empiezan a sospechar que tantos errores en contra no son casuales.
Viene de lejos
En la memoria del aficionado rojiblanco todavía permanece intacto el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey de 2015 ante el Barcelona. Un disparo de Griezmann en el área iba directo a gol, pero fue despejado con la mano por Jordi Alba. Gil Manzano no sólo no señaló el penalti, sino que permitió el contragolpe azulgrana que acabó en gol, abortando las opciones legítimas del Atlético de superar la eliminatoria. En el descanso el capitán Gabi le recriminó la acción y la respuesta del árbitro extremeño fue expulsarle en el vestuario.
Esa fue la primera, pero ni mucho menos la última polémica de Gil Manzano con el Atlético. La siguiente tuvo de nuevo al Barça como protagonista y una vez más la Copa del Rey como competición en juego. Ahora se trataba de la vuelta de las semifinales en el Camp Nou. A los 60 minutos expulsó de manera exagerada al belga Carrasco dejando a los de Simeone con uno menos, pero su mayor error llegó al anular un gol legal de Griezmann que hubiera dado paso a la prórroga. El Barcelona volvió a ser el gran beneficiado por los errores del árbitro de Don Benito.
Y como no hay dos sin tres, en la jornada 13 de Liga de la temporada 18-19 dejó sin pitar una mano clarísima de Arturo Vidal en el área con empate a cero. El Barcelona acabó empatando con un gol de Dembélé en el minuto 90, privando al Atlético de convertirse en líder con dos puntos de ventaja sobre los azulgrana.
Caso Diego Costa
Todos estos errores, sin embargo, se quedan en nada en comparación con lo que sucedió en el partido de vuelta ante el Barcelona de esa misma temporada, disputado el 6 de abril de 2019 en el Camp Nou. A los 28 minutos de partido, con empate a cero en el marcador, Gil Manzano detuvo el juego y se marchó directo hacia Diego Costa, al que le mostró la tarjeta roja directa.
Según su primera versión el jugador brasileño le había insultado gravemente en el campo. Sin embargo luego redactó otra explicación en el acta, lo que provocó que el Comité de Competición le llamara a declarar para que aclarara cuál de las dos era la correcta. Diego Costa fue sancionado con ocho partidos, el castigo más duro del fútbol español desde el que recibió el portugués Pepe en 2009. La única prueba: la palabra de Gil Manzano. Tal fue la indignación entre la hinchada rojiblanca que llegó a abrirse una suscripción en la plataforma «change.org» pidiendo que nunca volviera a pitarles.
La relación quedó tan deteriorada que Gil Manzano tardó muchos meses en volver a ver de cerca al Atlético: siete meses, exactamente. De abril a noviembre de 2019. Regresó en un partido ante el Espanyol en el Wanda que acabó con victoria rojibanca por 3-1 y ya sólo le volvió a dirigir en otra ocasión, en Ipurua ante el Eibar, donde cayeron 2-0 los de Simeone.
Esta temporada le había pitado en Cádiz (2-4) y en casa ante el Athletic (2-1) y las relaciones parecían haberse normalizado, pero su calamitosa actuación en Sevilla parece que le volverá a enviar a la nevera, al menos por lo que se refiere al Atlético, que no le quiere ver ni en pintura, a pesar de que su nombre y apellidos evocan personajes muy relacionados con la historia reciente del club.