Gallagher presenta credenciales ante un Metropolitano entregado
Primer gol del inglés como rojiblanco culminando un partidazo
El ex del Chelsea arrolló al Valencia en el medio campo
Griezmann sentenció el partido y Julián Álvarez se estrenó
Gallagher presenta credenciales con su primer gol como rojiblanco ante un Metropolitano entregado al inglés, cuyas características encajan a la perfección en la genética del Atlético. El ex del Chelsea se bastó para arrollar al Valencia en medio campo y además solucionó por sí solo los evidentes problemas ofensivos de sus compañeros ante un rival bien ordenado, pero demasiado acomplejado. La victoria permite a los de Simeone seguir el mano a mano con el Real Madrid y no cederle más puntos al líder Barcelona, pero ahora toca aparcar la Liga por unos días y centrarse en el debut en Champions del próximo jueves.
El Atlético derrochó energía y ambición en el arranque, pero más allá de su salida en estampida lo cierto es que careció de argumentos sólidos para merecer el gol. De hecho tardó 18 minutos en crear su primera ocasión, y fue más producto de un error adversario que de un acierto propio. A Sorloth le cayó un balón llovido del cielo en un despeje hacia atrás, pero solo ante Mamarsdahvili el noruego hizo patente que la técnica no es su mejor virtud. Tuvo dos veces el 1-0 de manera consecutiva, pero la primera vez estrelló su disparo contra el cuerpo del portero georgiano y en la segunda pifió la volea cuando estaba desmarcado en el punto de penalti.
Sometido a un rival que le ahogó sin compasión, el Valencia apenas hizo acto de presencia más allá del medio campo. Dani Gómez fue un islote y Javi Guerra no entró en juego. Sin embargo, aunque es cierto que en ataque estuvo inexistente, el equipo de Baraja fue resolviendo con soltura las embestidas domésticas, que casi siempre partieron desde el costado de Marcos Llorente, muy superior a Thierry. El madrileño dejó varios centros muy prometedores, pero ninguno de sus compañeros supo convertirlos en gol.
A Simeone el partido empezó a recordarle de manera peligrosa la noche ante el Espanyol, pero esta vez el factor Gallagher fue decisivo. A los 38 minutos, con el Atlético desesperado por localizar el camino hacia el 1-0, el Valencia perdió un balón prohibido en medio campo y permitió a Sorloth montar un contragolpe perfecto que comenzó en Griezmann, siguió en De Paul y acabó en los pies del inglés, que solo en el punto de penalti batió a Mamardashvili en su salida con un disparo raso. Su primer gol como rojiblanco. Seguro que no será el último.
Baraja retiró a Guillamón en el descanso para dar entrada a Barrenechea en un movimiento que se acompañó con una orden tajante: zafarrancho de combate. Con todo perdido el Valencia se sacudió los complejos y miró por primera vez de cara al partido. A los 50 minutos Javi Guerra dejó sin aliento al estadio con un disparo desde fuera del área que acabó muy cerca del poste. El banquillo valencianista observó complacido el cambio de rumbo, pero para su desgracia había sido sólo una ilusión.
Una ilusión de la que despertó de manera abrupta y trágica. Cuatro minutos después un saque de banda junto al córner izquierdo del Valencia acabó en un centro de Llorente que Lino tocó en el área para que Griezmann apareciera entre los centrales para rematar con comodidad al fondo de la red y situar, en la primera llegada rojiblanca de la segunda parte, un 2-0 que tenía toda la pinta de ser ya definitivo.
La noche acabó ahí porque el Atlético empezó a economizar esfuerzos ante la visita del Leipzig del próximo jueves y el Valencia suficiente hizo con mantener el tipo. Simeone dio entrada a Julián Álvarez y Correa primero y más tarde a Riquelme, Reinildo y Giuliano. Durante mucho rato no hubo nada más que echarse a la boca más allá de un disparo de Thierry que obligó a Oblak a intervenir por primera vez a los 86 minutos. Eso fue todo lo que tuvo que ofrecer un Valencia que llegó como colista al Metropolitano y se fue exactamente igual. A Baraja le queda mucha tarea por delante.
Sin embargo faltaba la guinda, que llegó cuando los focos empezaban a apagarse. Con el partido casi extinguido Riquelme corrió por la izquierda y su centro al área, tras tropezar en Mamardashvili y Tárrega, le cayó llovido del cielo a Julián Álvarez, que sólo tuvo que empujar a la red para marcar su primer gol como rojiblanco. Un chute de adrenalina para el argentino, que había vuelto a pasar desapercibido, y una alegría aún mayor para su gran valedor, el Cholo Simeone, que lo celebró como si hubiera valido una victoria.