Gabriel Jesús, de las favelas al Mundial de Rusia
Gabriel Jesús pintaba su favela en 2014 para apoyar a la selección brasileña y ahora jugará el Mundial con la canarinha
Nadie se imaginaba allá por 2014 en la favela Jardim Peri que aquel chico que pintaba descalzo en la calle sería unos de los líderes del ataque de la selección brasileña en el Mundial de Rusia 2018. Se trata de Gabriel Jesús, el delantero del Manchester City que acompañará a Neymar en la línea más ofensiva del combinado carioca.
En sus inicios, Gabriel Jesús no lo tuvo nada fácil. Se crió en una favela de la ciudad de Sao Paulo hasta los 16 años. Le costaba reunir dinero para coger el autobús y acudir a los entrenamientos. Adoraba jugar al fútbol. Lo hacía como prácticamente todos los brasileños: en la calle. Las favelas se convertían en un estadio para el delantero citizen, aunque en vez de haber césped había tierra. Donde tampoco había gradas, sino riachuelos con basura y residuos.
Sus partidos en la liga de aficionados en la que jugaba en su favela no pasaron desapercibidos para los grandes equipos del país. El Palmeiras no dudó en ficharle y hacerle debutar con el primer equipo en 2015. Pese al cambio radical que dio su vida, Gabriel Jesús no dejó de ser aquel chico que iba a entrenar con las zapatillas rotas y sigue llevando Jardim Peri allá donde va gracias al tatuaje que tiene en su brazo.
Se convirtió en futbolista profesional pero nunca se le han caído los anillos por volver a Jardim Peri. Siempre que tiene vacaciones u oportunidad de viajar a su favela no duda en hacerlo. Desde la distancia ha seguido ayudando y eso le ha permitido convertirse en un ídolo en su humilde barrio. Tanto, que aquellas paredes que el pintaba, ahora son una obra de arte. Un mural en el que se le ha dibujado y que se erige en un edificio que preside como espectador de lujo en una cancha donde todos los niños sueñan en ser como Gabriel Jesús.
En los Juegos Olímpicos de 2016 ganó el Oro con su selección, algo que no habían logrado en su historia. Lo hizo en su Brasil natal, delante de su público. Gabriel Jesús tiene ahora otro reto: el Mundial de Rusia. Sin duda, durante la Copa del Mundo se acordará de que hace cuatro años pintaba orgulloso su favela para animar a la canarinha, pero ahora le tocará luchar por lograr el sueño de millones de brasileños: lograr la sexta Copa del Mundo.