El fútbol francés clama contra el moroso Jaume Roures
«Yo también puedo soñar con una casa en Beverly Hills por 20 millones de euros, pero no puedo comprarla. Así que no haré una oferta para adquirirlo. Es lo mismo: si no tienes dinero, no participas en la licitación de los derechos de retransmisión del Campeonato de Francia. ¡Es un escándalo!». Andre Villas-Boas, entrenador del Marsella y ganador de títulos en Portugal y Rusia, apunta con bala hacia Jaume Roures, el dueño de Mediapro, ahora señalado por moroso a ojos del fútbol francés.
El empresario catalán tenía que afrontar un pago de 172 millones de euros por los derechos audiovisuales del fútbol galo antes del 5 de octubre. Roures no pagó nada y encima metió en juicio el asunto en el Tribunal de Comercio de Nanterre bloqueando las opciones de los clubes galos. Finalmente, la LFP (Liga de Francesa de Fútbol Profesional) decidió cubrir la situación pidiendo un préstamo de 120 millones y cubriendo el resto con fondos propios para que sus clubes no se asfixien económicamente mientras el litigio alcanza una solución.
«Es evidente que con estas cantidades, Mediapro estaba obligada a contar sobre su capacidad de endeudamiento, ya que ni con un millón de abonados, o dos, o tres, iba a poder recuperar lo que ha puesto sobre la mesa para este campeonato», dijo la ministra gala de deportes, Roxanne Maracineanu, muy preocupada por la situación.
La excusa que ha puesto Mediapro para no pagar es decir que no habían alcanzado las cifras de negocio previstas. De los 278.000 suscriptores actuales a los 3,5 millones que preveía Roures hay un universo y eso que el precio tampoco ha ayudado pidiendo 25,90 euros por poder ver el fútbol.
Roures quiere renegociar, pero la LFP no le quiere perdonar ni un céntimo y amenazan con acudir a negociar con otros operadores que perdieron la subasta ante el empresario catalán, quien infló la puja y luego intentó revenderlos –como en España hace con Telefónica– no encontrando nadie que luego se los quisiese recomprar.
Vendiendo activos
Mediapro se encuentra en una situación complicada por su falta de liquidez. El entramado empresarial vendió su participación en el Girona a Marcelo Claure a finales del mes de agosto evidenciando que buscan fondos. La empresa catalana -ahora en manos chinas- busca renegociar una severa rebaja en lo que pagan a la LFP, mientras que el gobierno francés se ha puesto de perfil por el momento.
La patata caliente puede ir creciendo si Roures sigue faltando a los pagos que tiene pendientes esta temporada y que ascienden a 800 millones de euros. Tras romper su histórico contrato con Canal+ (que databa de 1984), el deporte francés se encuentra inmerso en una crisis sin precedentes porque el asunto podría alargarse en el tiempo.
No en vano, algunos clubes incluso sugirieron que no se dejase pasar a las cámaras de Mediapro a los estadios como señal de protesta. El presidente de la LFP, Arnaud Roger, intentó tranquilizar a sus clubes con una carta que les remitió esta semana. «Obviamente tenemos que ser irreprochable a pesar de las dificultades encontradas con Mediapro y por lo tanto hay que seguir dándoles la bienvenida con bastante normalidad en los estadios», dijo.
Hace escasos meses, cuando la pandemia canceló la Liga Francesa y consiguientemente se canceló el pago de los derechos audiovisuales de la competición que en ese momento correspondía a Canal+ y a BeIN Sports, Roures salió sacando pecho. «Son Canal+ y beIN quienes tienen dificultades. No pagan. ¿Quién puede decir que le debo un centavo? Esta es la realidad. Todo lo demás es especulación. Canal+ y beIN no le pagaron a la Liga. Todo lo demás son historias que Canal+ y beIN cuentan sobre nosotros», dijo Roures. Meses después, el empresario catalán se encuentra entre la espada y la pared. No ha sido capaz de pagar ni la primera letra de su ‘nueva casa’.