El fracaso de Tebas con su marioneta ecuatoriana en Miami

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Tebas y Manfredi charlan en un acto reciente de la Liga ecuatoriana.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Javier Tebas lo rozó con la punta de los dedos. El presidente de la Liga iba a conseguir el precedente que le permitiría desembarcar en Estados Unidos con un partido de su competición al año en Miami o donde encontrase sede. Tras chocar con la oposición de la RFEF, la UEFA, la FIFA y el Gobierno español, el mandatario de la patronal de clubes español parecía haber capitulado en su empeño, pero nada más lejos de la realidad. La no celebración del Girona-Barcelona sólo fue una batalla de fogueo para lo que vino después.

Tebas utilizó a una liga títere como la Liga Profesional de Ecuador (LFPE) para intentar sentar un precedente de un partido internacional en suelo norteamericano. Ese plan iba muy bien. La Conmebol, una organización que quizá no sea la más transparente del mundo, había dado el OK a la celebración del duelo el pasado mes de marzo.

Sin embargo, la Federación de Fútbol de los Estados Unidos –que obedece órdenes de la Concacaf– echó por tierra las ideas del dirigente español negándole la opción por no confiar en los gestores que llevan el partido, la empresa Relevent Sports y el agente italo-americano Charlie Stillitano.

También tuvo algo que ver la doctrina promulgada en las fechas recientes por el presidente de la FIFA Gianni Infantino sobre los partidos internacionales de las diversas ligas: «Los partidos oficiales de liga deben jugarse dentro del territorio respectivo de la federación. No hay más debate».

El acuerdo con los ecuatorianos y el títere

Tebas, sin embargo, tiene un acuerdo firmado con la competición latinoamericana –les prometió ser la mejor liga de la región en cinco años– para asesorar integralmente el campeonato hasta el punto de que el Director General de la LFPE es un ejecutivo cedido por la Liga llamado Luis Manfredi.

Pese a que Manfredi, tal y como decía el comunicado sobre el transfer de la Liga, tenía otros cometidos como «la confección del organigrama de la entidad, la creación de comisiones o el establecimiento de funciones y competencias de los departamentos necesarios que garanticen el buen funcionamiento del fútbol», el directivo ha sido el principal impulsor de los dos partidos que han intentado colocar sin éxito en suelo estadounidense.

El primero fue un frustrado duelo entre el Barcelona y el Deportivo Cuenca programado para el 14 de abril en Nueva Jersey, mientras que el segundo era otro duelo entre el Barcelona y el Guayaquil City previsto para el 5 de mayo en Miami. En ninguna de las dos ocasiones, y pese a múltiples impugnaciones, US Soccer decidió que no pasaba por el aro hasta el punto de que el asunto va a terminar en los tribunales.

Tebas se quedó sin su precedente para organizar un partido en Estados Unidos y lo que es peor: habrá penalizaciones por incumplimiento de contrato. El presidente de la Liga ha intentado por tierra, mar y aire llevar un partido otro país y de momento se ha encontrado con las puertas cerradas por parte de todos los estamentos.

Revelant Sports, el socio de Tebas en su partido en Miami, ha puesto una demanda en la corte de Nueva York –donde Mediapro admitió haber sobornado a directivos de la FIFA– contra US Soccer. Charlie Stillitano y su organización, que lleva la International Champions Cup, ha echado un órdago a la Federación norteamericana poniendo en peligro quedarse sin nada de los torneos veraniegos que miden a los mejores clubes europeos en suelo norteamericano. Veremos qué dictamina la justicia, pero el asalto inicial lo ha perdido Tebas.

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