La final de Cristiano Ronaldo
Una nueva final de Champions League para el Real Madrid, la tercera en los últimos cuatro años. Se dice pronto. Y no es una final más para Cristiano Ronaldo, que llega como una moto a la cita de Cardiff, en el mejor momento de la temporada en lo físico y en lo futbolístico, algo que tiene que agradecer en gran medida a Zidane y su política de rotaciones.
«No llego así a una final desde Mestalla en 2011», reconoce el astro portugués de puertas para adentro. Cristiano es una bestia competitiva y lo ha demostrado con creces desde que llegó al Real Madrid. Temporada tras temporada, siempre lo ha querido jugar todo, marcar el máximo de goles posibles para ayudar al equipo y para lograr títulos. Pero como a cualquier deportista, los años también le pesan aunque se cuide y se sacrifique al máximo. Y Zidane, que de eso sabe bastante, lo ha visto venir y ha diseñado un plan que ha optimizado a CR7 durante el curso y que ha hecho que llegue al final del curso en unas condiciones espectaculares.
Zidane, clave
La diferencia se puede comprobar echando la vista atrás a las últimas dos dos finales de Champions. Tanto en Lisboa como en Milán, era evidente que Cristiano Ronaldo no estaba al cien por cien, aunque aún así ayudó muchísimo al Real Madrid a levantar las dos Orejonas. La carga de partidos hizo mella en el luso, que este año se ha reservado bastante para que no ocurra lo mismo. Y lo ha conseguido.
Cristiano ha marcado 14 goles en sus nueve últimos partidos, muchos de ellos decisivos para que el Madrid haya ganado la Liga y esté este sábado en la final de la Champions. Le marcó un hat-trick en cuartos de final al Bayern Munich y otro en semifinales al Atlético de Madrid. Y hizo cinco dianas en los últimos tres partidos ligueros. Una locura.
“Ahora estoy mejor a nivel físico que otras temporadas. Ha sido una gestión inteligente de Zidane”, reconoce Cristiano, que intentará ganar su cuarta Champions League y la tercera del Real Madrid en cuatro años este sábado en Cardiff ante la Juventus.