Le siguió 18 meses desde 1988

El espía que siguió a Maradona desvela las andanzas nocturnas del Pelusa

Antonino Restino, investigador privado, siguió a Diego Armando Maradona 18 meses a partir de 1988, cuando el argentino jugaba en el Nápoles. Ahora, ha publicado un libro en el que desvela detalles privados de la vida del Pelusa

Maradona
Reacción de Maradona al cuarto gol de Francia frente a Argentina en el Mundial 2018. (Getty)

El detective Antonino Restino ha publicado un libro en el que cuenta los 18 meses en los que estuvo siguiendo a Diego Armando Maradona mientras estuvo jugando en el Nápoles. Las andanzas del Pelusa en la noche de la ciudad italiana quedan al descubierto y salen nuevos detalles de la vida privada del ex futbolista argentino.

El libro, titulado La espía de Dios, cuenta como fue contratado por Cerrado Ferlaino y Luciano Moggi para seguir al controvertido ex futbolista. «Estaban preocupados por los rumores sobre su vida privada», dice el investigador. «Los rumores eran cada vez más feos y perturbadores», añadía Antonino Restino, unos días después de que se conociera que Maradona tiene tres hijos en Cuba. 

«El Hotel Paradiso era su favorito. Llegaba por la tarde y volvía a su casa en la madrugada», desvela en el libro. «Una vez, durante una vigilancia, me alejé y después encontré a Maradona ligando con mi compañera de trabajo. Era increíble», continuaba explicando el espía.

Sobre Guillermo Coppola, que fue representante de Maradona, dice el libro: «Nos parecía fiel como nadie. Lo seguía en cualquier lugar y ejecutaba todas sus órdenes. Más que un agente, era una mezcla entre compañero de aventuras y un servidor».

«Durante una época hubo dos chicas que paseaban debajo de su casa durante horas. Lo hicieron varios días hasta que Claudia Villafañe, una tarde, bajó y las echó», desvela el escritor, que cuenta que cada semana se reunía con Moggi para darle un informe. «Estaba atento a cada detalle. Una vez le pillamos jugando con unos niños por la calle y una señora, desde un balcón, le tiró un cubo de agua. Obviamente, no le había reconocido», dice Restino.

Antonino Restino también fue crítico con las personas que le contrataron. «Siempre esperaba que hiciera algo para ayudar a Diego, pero escuchaban todo y nunca cambiaba nada. Entendí que Maradona nunca habría aceptado intromisiones en su vida. Tampoco ante las pruebas de sus actos», explicó. «Tuve la tentación de abandonar mi trabajo, encararme con él y de advertirle, como un amigo, para que mandara a la mierda aquel ejército de aprovechados, de curiosos, de camellos y putas que lo asediaban, para que volviese a su naturaleza alegre, generosa y vital».

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