Portugal nos quita la corona

Portugal nos arrebató la corona de campeones de la Nations League tras derrotar a España en la tanda de penaltis. La selección de Luis de la Fuente, que se puso por delante en dos ocasiones con los goles de Zubimendi y Oyarzabal, vio cómo el combinado de Roberto Martínez igualó la final por dos veces. Ya en la prórroga ambas selecciones firmaron los penaltis y esta vez nos salió cruz. Morata falló el penalti decisivo y Portugal nos arrebató la corona.

De la Fuente sorprendió con Mingueza. El seleccionador español, viejo zorro, se guardaba una sorpresa para la final de la Nations ante Portugal y esa era la presencia del lateral diestro del Celta. También regresaba al once de España Fabián, pero eso no era una sorpresa sino una obligación. Recuperado ya de la fiesta del PSG, el centrocampista de Los Palacios es uno de los intocables del míster. Los demás repetían todos los que habían salido ante Francia de Unai Simón a Oyarzabal.

Enfrente de la España de Lamine Yamal se presentaba la Portugal de Cristiano Ronaldo. Les separan 22 Nocheviejas. Casi nada. Pero los lusos son mucho más que el póster de CR7 y sus abdominales esculpidos por Miguel Ángel. Portugal son los dos Neves y, sobre todo, Vitinha, un jugador dinámico, atómico y venenoso. Su equipo juega al ritmo que marca el pequeño 23.

Portugal avisó dos veces. Una que nació de una contra propiciada por  un robo de Cristiano (sí de Cristiano, lo juro) a Lamine Yamal y otra tras un córner que acabó en un remate picudo de Joao Neves. España respiró y decidió aguantar el chaparrón con la pelota por paraguas. Un par de posesiones largas y la irrupción de Lamine Yamal en la final terminaron de girar el juego hacia el área de Portugal. Precisamente de las botas de Lamine nació la primera ocasión de nuestra selección con un golpe franco que ejecutó malamente, que diría Lola Flores.

En el 15 también se asomó Huijsen con un pase de 50 metros para habilitar la carrera de Nico Williams. El extremo del Athletic vio la llegada de Pedri desde segunda línea y se la puso al canario, que lo tenía todo a placer para disparar desde la frontal pero le salió un churro de disparo: flojo y torcido. Dos minutos después la tuvo Nico Williams, que tenía espacios para jugar a sus anchas. Se metió por le pico del área pero su disparo se le fue arriba.

Fuego cruzado

España se había hecho con los mandos del partido y justo cuando Carlitos Alcaraz tenía el micrófono en la mano para agradecer su épica victoria en Roland Garros llegó el gol de los nuestros. La transición la condujo Zubimendi, que raudo vio a Oyarzabal, que se apoyó de primeras en Lamine Yamal. El joven genio frotó la lámpara y la puso al área. Allí fallaron Rúben Días primero y Joao Neves después, así que la pelota quedó muerta para que Zubimendi sólo tuviera que marcar el 1-0 a placer.

Poco nos duraría la alegría porque en el 25 nos cayó el 1-1. Lo gestaron entre Vitinha y Bernardo Silva. Por medio estaba Cristiano Ronaldo, puede que en fuera de juego. Con España despistada (despistadísima) atrás apareció por sorpresa en el área Nuno Mendes, que cargó y armó la zurda en un pispás para sacarse un disparo cruzado que pilló desarmado a Unai Simón. Pues nada, partido nuevo y a remar otra vez.

Se vino arriba Portugal, que también tiene una selección imponente. Nos presionaban y nos costaba sacar el balón, quizá porque Pedri volvía a estar demasiado arriba y ni Mingueza ni Lamine Yamal daban una a derechas. Sufría España y nos íbamos aproximando peligrosamente ya al intermedio.

Otra vez Oyarzabal

Y cuando parecía que la X sería el resultado al descanso, zas, otro gol de España. La jugada nació en una galopada de Pedri, al que ningún portugués osó salir al paso. El centrocampista del Barça levantó la cabeza, vio el desmarque de Oyarzabal y le filtró un pase maravilloso. El realista enfrentó el área y, casi cayéndose, hizo el 2-1 en las postrimerías del primer tiempo. Y con el tanto de Oyarzabal nos fuimos al descanso.

En el entreacto hizo dos cambios Roberto Martínez: Rubén Neves y Semedo por Conceiçao y Joao Neves. Y nos pegaron un buen susto con el gol de Bruno Fernandes, que nos pilló con la bragueta abierta nada más arrancar el segundo tiempo. Menos mal que la colegiada asistente detectó la posición adelantada de un jugador portugués y anuló el tanto.

Portugal, definitivamente, se echó al monte. Sufría España que no encontraba a un Lamine Yamal que estaba haciendo (al menos hasta el minuto 51) una final muy canalla. De la Fuente mascaba un cambio que la selección pedía a gritos. Hacía falta otro centrocampista aunque a costa de sacrificar a uno de los de arriba. Fabián en el 55 puso a prueba los guantes de Diogo Costa. Eran buenos. Fiables.

Iguala Cristiano

Aflojó un poco en la presión Portugal y España recuperó el dominio del juego. Pero nos empezamos a echar atrás y eso propició que apareciera en escena el viejo Cristiano Ronaldo. La jugada la inició por la izquierda Nuno Mendes, el hombre del partido. La puso al área tras deshacerse de Lamine y Mingueza como si fueran conos. Allí Cucurella se despistó ante Cristiano Ronaldo, que le propinó un ligero empujoncito para robarle la cartera y marcar el 2-2. El viejo CR7 ha quedado para jugar de chupagoles pero esa tarea se le da como a nadie.

Otra vez a la casilla de salida. España necesitaba cambios pero De la Fuente no se decidía. Lo hizo por fin en el 75. El seleccionador miró al banquillo y dijo: «Isco, a jugar». Entró por un fundido Pedri, igual que Merino por un ídem Fabián. Casi a la vez Bob Martínez metió a Leao y Renato Vieira. La final entraba ya en su recta final y el aroma de la prórroga comenzaba a sobrevolar por el Allianz Arena. Diogo Costa, que estaba tocado, voló para sacar un disparo venenoso de Isco en el 82.

Apretó España en los minutos finales con Isco a los mandos. En el 86, cuando el partido ya era de los nuestros, Cristiano Ronaldo se rompió y se echó al suelo. Una lesión propia de la tensión y de los cuarenta añazos que tiene el bicho. Entró en su lugar Gonçalo Ramos. Eran ya las postrimerías del partido que, como se veía venir, se fue a la prórroga.

De la Fuente por fin se decidió a quitar a Mingueza para meter a Porro. también sustituyó a Nico Williams por Álex Baena. Justo antes Semedo tuvo el 3-2 al errar desde el área pequeña un pase de la muerte del ubicuo Nuno Mendes, que había hecho su último destrozo a Mingueza.

Nos vamos a los penaltis

La prórroga fue de Portugal, que no dejaba de percutir por la izquierda con esa máquina de matar que es Nuno Mendes. También contribuía a hacernos daño un Rafael Leao que había salido centrado y concentrado. Sufría otra vez España, especialmente para defender su lado derecho. De la Fuente tenía calentando a Yeremi Pino, quién sabe si para sacar del campo a un Lamine Yamal devorado por Nuno Mendes. Y sí, lo hizo: quitó a (¿futuro?) Balón de Oro para tapar el agujero del costado derecho.

Iniciamos la segunda parte de la prórroga con un intento de vaselina de Pedro Porro desde el centro del campo que se marchó fuera por el bigote de una gamba. Entró Morata por Oyarzabal en el 110. España comenzó a dominar y Portugal se cayó. Monopolizábamos la pelota pero se nos agotaba el tiempo. Los lusos se encomendaban a los penaltis y a su porterazo Diogo Costa. Y eso que la última la tuvo Diogo Jota con un cabezazo a bocajarro que (a Dios gracias) envió al tercer anfiteatro.

Pues nada. A penaltis. Así se decidiría el campeón de la Nations League. Bruno Fernandes ganó el sorteo y las penas máximas se lanzarían en el fondo de la bulliciosa afición lusa. Abrió plaza Gonçalo Ramos. Gol. Lanzó fuerte y al centro. Iba Mikel Merino. Engañó a Diogo Costa. Gol. 1-1. Turno para Vitinha. Adivinó Unai pero no llegó. Gol. Le tocaba a Álex Baena. Golazo. 2-2. El tercero de Portugal era para Bruno Fernandes. También gol. 3-2. La hora de Isco. No se iba a arrugar a estas alturas de su carrera. Con suspense, pero gol. 3-3.

Seguimos. El cuarto era para Nuno Mendes, que había hecho un partido gigantesco. Gol. 4-3. Ahora Morata. Paró Diogo Costa. Portugal acariciaba el título. Era el turno de Rubén Neves. Si marcaba la Nations era para los lusos. Lo marcó y Portugal nos arrebató la corona.