España se cuelga un bronce mundial

La selección española logró una nueva medalla en el Mundial de balonmano. Los Hispanos volvieron a dar una lección de garra, lucha y esfuerzo para vencer a Suecia por 36-39, frente a su gente y ante más de 30.000 suecos, coronándose con un bronce mundial. Los chicos de Jordi Ribera tuvieron que sobreponerse en el encuentro tras una mala primera parte, especialmente en el plano defensivo, pero un fabuloso parcial al inicio de la segunda mitad, les permitió remontar los cuatro goles de desventaja y subirse al podio de esta gran cita.

España y Suecia se vieron las caras en territorio escandinavo, el Tele2 Arena de Estocolmo presenció la lucha por el bronce entre dos selecciones que realizaron un gran papel en este Mundial. Con las gradas completamente abarrotadas de camisetas amarillas, los Hispanos buscaban el quinto metal mundialista y el tercer bronce de su historia, después del logrado en 2011 y el del último en 2021.

El partido comenzó con un ritmo frenético entre ambas selecciones donde desde el primer minuto se produjo un gran intercambio de goles, habiendo anotado un total de 15 en los primeros diez minutos (8-7 para los suecos). Por desgracia para ambos equipos, pero por fortuna para los espectadores, las defensas de ambos combinados brillaban por su ausencia y se sucedían los goles en todas y cada una de las jugadas. Pese al ímpetu de ambos equipos, los tantos iban subiendo al marcador como la espuma.

Corría el minuto 15 de la primera mitad y ya eran 23 (12-11 para Suecia) los tantos anotados. Una auténtica locura para un partido donde había mucho en juego. Concretamente la medalla de bronce. Pasaban los minutos y las hostilidades continuaban por todo lo alto, pero en mayor medida en favor de unos locales que aprovechaban la debilidad defensiva de los Hispanos. Esto hizo que los suecos abrieran una pequeña brecha en el marcador con una diferencia de tres goles en la mayor parte del fin de la primera mitad. Los primeros 3o minutos finalizaron con un 22-18 para Suecia, mientras que España no encontraba la fórmula de acercarse al marcador.

Reinicio demoledor

Pero fue en un gran arreón en el inicio de la segunda mitad por parte de los Hispanos lo que le permitió poner la igualada en el marcador. Gracias a un parcial de 5-1 para los de Jordi Ribera en los primeros cinco minutos, el seleccionador sueco se vio obligado a pedir tiempo muerto ante la pasividad de su equipo. El técnico español tomó la decisión de cambiar a Rodrigo Corrales por Gonzalo Pérez de Vargas en la portería y que, gracias a él o no, surtió efecto en el combinado nacional.

Pero la segunda parte estuvo dominada de cabo a rabo por España. El cambio de ‘chip’ fue brutal en el descanso y eso se notó en los segundos 30 minutos. Los Hispanos mejoraron considerablemente el aspecto defensivo y eso le ayudo a remontar el choque e ir por delante en el marcador en la segunda mitad. Todo ello, sumado a la gran efectividad en ataque, les permitió acorralar a los suecos hasta el punto de estos no encontrar las armas necesarias para hacer cosquillas a los nuestros.

España siguió muy seria y muy concentrada, con un ritmo muy bueno y frenando en cierta manera los ataques de los suecos, lo que le permitió vislumbrar la medalla de bronce según avanzaban los minutos. Y así fue. Los minutos fueron corriendo en el marcador, pero los Hispanos no permitían acercar a su rival a menos de dos goles. Con un final muy apretado y muy disputado, la selección española de balonmano dio a su país una nueva medalla en un Mundial, dejando a más de 47 millones de habitantes llenos de orgullo por un equipo que se ha dejado el alma en todos los encuentros de este Mundial.