Polémica en Montilivi: el VAR anula un penalti al Girona tras una clamorosa mano de Iñigo Martínez
Muñiz Ruiz, en el campo, pitó penalti, pero Pizarro Gómez desde el VAR le llamó para que cambiara su decisión
El penalti se iba a lanzar, pero Ter Stegen perdió tiempo y en ese momento el VAR aprovechó para revisar la jugada
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Los árbitros Alejandro Muñiz Ruiz, en el campo, y Valentín Pizarro Gómez, en el VAR, protagonizaron una jugada muy polémica en el Girona-Barcelona de la quinta jornada de Liga. Ambos colegiados quitaron un penalti al Girona cuando el partido iba 0-2, justo antes del descanso. Pese a que Muñiz Ruiz, árbitro en Montilivi, pitó en el campo la pena máxima, Pizarro Gómez desde el VAR le llamó para que corrigiera su decisión y no pitara el penalti a favor del Girona, tal y como acabó ocurriendo. El castigo, es decir, el penalti, era muy claro por mano de Iñigo Martínez, pero la intervención del VAR acabó modificando por sorpresa esa decisión inicial.
Tras una clamorosa mano de Iñigo Martínez, el colegiado Muñiz Ruiz pitó penalti al instante. El árbitro en el campo lo vio de forma clara y señaló la pena máxima en el minuto 44, cuando el partido iba 0-2 tras un doblete goleador de Lamine Yamal.
El penalti se produjo tras un centro al área en el que Bryan Ruiz, jugador del Girona, intentó rematar el balón, que golpeó en Alejandro Balde. El esférico, tras tocar en el lateral del Barcelona, tocó en la mano de Iñigo Martínez, totalmente despegada del cuerpo. El penalti era claro, tal y como lo pitó el árbitro que estaba a un metro de la jugada, pero dos minutos después, Pizarro Gómez desde el VAR avisó al árbitro principal para que fuera a revisar la jugada.
Lo curioso de lo ocurrido en Montilivi es que el penalti a favor del Girona se hubiera lanzado antes de que hubiera dado tiempo a avisar el VAR si no fuera porque Ter Stegen empezó a perder tiempo, bebiendo agua y retrasando el lanzamiento del penalti. Abel Ruiz estaba ya con el balón colocado en el punto de penalti, el árbitro listo para pitar, pero como el portero del Barcelona empezó a beber agua y a perder tiempo, el penalti no se pudo lanzar.
Fue en ese momento cuando Pizarro Gómez avisó de forma incomprensible a Muñiz Ruiz para que fuera a revisar el penalti en la televisión y éste, tras ver la jugada en la pantalla, anuló el penalti. Ambos colegiados interpretaron que la mano era involuntaria y que el balón tocó en la mano de Iñigo Martínez después de que golpeara en el pecho de Balde y, por lo tanto, el balón llegaba de un compañero suyo.
Sin embargo, eso no es motivo para que no sea penalti y por mucho que el balón diera en la mano de Iñigo Martínez viniendo de Balde, el penalti era claro. El brazo del central del Barça estaba totalmente separada del cuerpo y desvió el balón, que iba dirección a portería y acabó en otro lugar del área por ese motivo.
Incredulidad en Montilivi por el penalti
La escena fue de incredulidad total en Montilivi y en los jugadores del Girona, incapaces de entender la razón por la que se anuló el penalti y más cuando Abel Ruiz tenía ya colocado el balón por orden del árbitro. Hasta el cuarto árbitro mostró el tiempo añadido antes de la revisión del VAR y si no se lanzó antes el penalti no fue porque Muñiz Ruiz fuera a ir a ver la jugada al videoarbitraje sino por la técnica -con éxito- de Ter Stegen, que se puso a perder tiempo, retrasando el lanzamiento, tiempo que aprovechó el VAR para modificar la decisión arbitral del colegiado que estaba en el campo.
La jugada se produjo justo antes del descanso, con 0-2 en el marcador. El Barcelona mandó en todo momento en la primera parte ante el Girona con dos goles de Lamine Yamal.