Nadal obra otro milagro: tumba a Goffin y espera en cuartos a Alcaraz

Como sucede con el Real Madrid, la épica siempre está el lado de Rafael Nadal. El tenista español sigue vivo en el Mutua Madrid Open pese a llegar «justillo» y sin demasiado optimismo a la cita de casa, y ya está en cuartos de final. Nadal derrotó a David Goffin (6-3, 5-7, 7-6) en un encuentro en el que se complicaron las cosas sobremanera para el ídolo español, quien pese a mostrarse errático en muchos momentos cumple con su parte y espera a Carlos Alcaraz para que haga lo propio y este viernes pueda disputarse el partido de los partidos en Madrid.

La Caja Mágica sufrió lo indecible con un Nadal que, esta vez sí, mostró estar muy lejos de su mejor nivel. Súmamente fallón con su derecha y su servicio, a Rafa se le vio corto de preparación, pero en coraje no hay uno como él y en un tie break épico, supo premiar al incondicional público madrileño con la victoria que merecían. Un nuevo milagro del mejor de siempre, que en uno de sus peores momentos se saca el billete a cuartos de final en la competición de casa levantando tres pelotas de partido –dos con dejadas magistrales–.

Nueva cita con Rafa Nadal en el Mutua Madrid Open y de nuevo en la hora de la siesta. El horario preferido por el manacorense, donde mejor le corre la pelota, pero en esta ocasión más tranquilo, sin pensar en partidos de Champions ni otros motivos que obligaran a obrar con prisa. Otro fenómeno se cruzaba con Nadal, y es que el encuentro se disputaría con el techo descubierto y el sol rondando el cielo de la Caja Mágica, algo a priori, favorecedor para los intereses del pentacampeón del torneo. Enfrente, un David Goffin renacido después de un 2021 nefasto y que apuntaba a ponerle las cosas muy difíciles a Rafa.

Más allá del favoritismo de Rafa, que nadie se atreve a poner en duda pese a su inactividad y escasa preparación antes del torneo, el manacorense cuenta con un punto a favor en el Mutua Madrid Open. El público de Nadal en la Caja Mágica no es el del Santiago Bernabéu en las grandes remontadas de Champions, pero se le parece. Y la sensación es la de que si el balear necesita un empujón, lo tomará del público.

Ya en el partido y en lo meramente tenístico, Goffin confirmó que representa, de primeras, una noticia positiva para Nadal. A Rafa le gusta entrar en ritmo en los torneos con tenistas con los que pueda tener intercambios largos y en Madrid, tras su fisura costal, lo necesita más que nunca. El belga es un jugador de contraataque y suma calidad, pero no tanta potencia como otros gigantes de nuevo cuño. Con él se puede pelotear, tantear y, ya sea perdiendo o ganando el punto, coger el callo deseado por Nadal en estas instancias.

Nadal empieza mandando

Fue precisamente el alto nivel de adaptación de Goffin el que descolocó al comienzo a un Nadal que cedía su servicio, haciendo saltar algunas alarmas que apagaría de inmediato. Reacción de campeón del genio de Manacor, que empataba a tres y aprovechaba la inercia para volver a quebrar, provocar el éxtasis y dentro de la igualdad, que en juego no estaba rota, demostrar que a niveles de determinación no hay otro como él.

Con el primer set (6-3) en la buchaca, Nadal no quería más sobresaltos y para ello puso el saque a buen recaudo. Cabe recordar que Rafa sólo pudo empezar a servir un día antes de viajar a Madrid, por lo que cada servicio sacado adelante era poco menos que un premio para un jugador cada vez más asentado.

Goffin aprovecha el apagón de Rafa

Quedaba lo complicado, conseguir una rotura, pero Rafa lo logró temprano, en un segundo turno de Goffin en el que no pudo hacerle ni un solo punto a la mejor versión de Rafa, quien se lanzaría por todas las estaciones previas a la victoria guardando su servicio… hasta la última. Con 5-3 favorable, el balear entró en barrena y dio pie a un parcial totalmente inesperado en el que Goffin sumaba cuatro juegos consecutivos, con dos pelotas de partido para Rafa incluidas, y mandaba el encuentro al tercer parcial.

El público de la Caja Mágica quedaba conmocionado por lo sucedido, pero pronto saldría del shock para intentar reconectar a Nadal, su Nadal, en el partido. No era un buen momento, más bien todo lo contrario, para el cinco veces campeón en la capital, pero si alguien podía levantarlo, pese a su corta preparación para el torneo, era él.

Los juegos se iban alternando sin roturas y con Rafa olvidando las dobles faltas de la discordia con aces que levantaban al público. La victoria, si llegaba, sería épica, y así llegaron el 3-3, el 4-4 y el 5-5, sin que ni Nadal ni Goffin pudieran lograr el quiebre que se presumía como definitivo. Llegaba el momento decisivo, ya sí de todas todas, y el destino quiso que el ganador se decidiera en la muerte súbita.

Nadal sobrevive y gana

Con tres horas de tenis sobre las piernas, Nadal había comenzado tiempo atrás a notar los signos del cansancio, aunque Goffin tampoco estaba al 100% para afrontar la última batalla que daría con el ganador de la guerra. El belga se adelantó con un primer mini break que devolvió el pesimismo a la grada, pero Rafa, con cuatro puntos consecutivos, hacía regresar la esperanza.

Para seguir con las alternativas, Goffin volvía a igualar y se ponía por delante, a dos puntos del triunfo, jugando una y otra vez con la irregularidad de un Nadal que no daba el brazo a torcer. Tres pelotas de partido no fueron suficientes para Goffin, que llegaría a tener una cuarta en lo que se había convertido en un auténtico thriller que acaba, como casi siempre cuando se trata de un encuentro en el que manda lo que va más allá del tenis, con victoria de Rafael Nadal Parera.