US OPEN 2021

Un épico Alcaraz se carga a Tsitsipas y se mete en octavos del US Open

Victoria épica de Carlos Alcaraz para meterse por primera vez en los octavos de final de un Grand Slam. El tenista español, de 18 años, eliminó al tercer cabeza de serie, Stefanos Tsitsipas, tras un partidazo en cinco sets en la Arthur Ashe

Un épico Alcaraz se carga a Tsitsipas y se mete en octavos del US Open
Carlos Alcaraz, durante el partido ante Tsitsipas en el US Open (AFP)

Carlos Alcaraz dio la sorpresa de la jornada y eliminó en el US Open a Stefanos Tsitsipas, número 3 de la ATP, (6-3, 4-6, 7-6, 0-6, 7-6), para meterse en sus primeros octavos de final en un Grand Slam después de una épica batalla de más de cuatro horas. El tenista español brilló en su primera aparición en una pista central de un torneo de máxima categoría, encandiló al público con su energía desmedida, una potente derecha y una fortaleza mental digna de admirar. Sigue vivo el sueño americano de Carlos Alcaraz, que ya se ha ganado el respeto de la pista más grande de tenis.

Después de superar con éxito las dos primeras rondas y ser el tenista más joven que alcanzaba en dos ocasiones la tercera ronda de un Grand Slam desde 2005 ( Djokovic), Carlos Alcaraz se citaba en la Arthur Ashe con el tenista que más victorias suma esta temporada, Stefanos Tsitsipas. Era la primera vez que el murciano pisaba la pista central de un Grand Slam y  apenas necesitó unos minutos para meterse al público en el bolsillo.

Confiado en su juego y con un desparpajo propio de su edad, se desquitó con un willy en el primer juego, no ganó el punto, pero sí rompió el servicio del griego. Confirmó la ventaja sin inmutarse y amplió aún más la distancia con una nueva rotura y su servicio para poner el 4-0, apenas un punto cedido al resto, en una presentación estelar en la Arthur Ashe en su primer US Open.

Tsitsipas había reconocido en la previa que tenía ganas de medirse a Alcaraz, al que veía como un «potencial contendiente en el futuro por títulos de Grand Slam». El que se suponía aspirante le estaba dando una tunda, pero el griego se repuso, se estrenó con su servicio y recuperó un break, hasta poner el 4-3. Lejos de amedrentarse por la reacción de su rival, Alcaraz siguió a lo suyo, se hizo con su servicio y conectó la primera bola de set al resto que tuvo tras una defensa imposible a la esquina y el fallo posterior del griego. 34 minutos de partido y el primer set caía del lado del español (6-3).

¿Otro parón de Tsitsipas?

En el descanso entre set y set, Tsitsipas requería la atención médica. Al griego le retiraban el vendaje que llevaba en ambos pies, en una semana en la que había recibido duras críticas por parte de Andy Murray y otros del circuito por sus habituales visitas al vestuario entre set y set por tiempo prolongado. Esta vez, se quedaba en la pista, mientras en su silla, Alcaraz permanecía completamente concentrado.

Ni un ápice de atención perdió el murciano, que siguió dominando con la derecha y muy rápido de piernas en el inicio del segundo set. Enseguida volvió a lucir otro 3-0 en el marcador para Alcaraz, al tiempo que apretaba el puño y asentía mientras miraba a su entrenador Juan Carlos Ferrero. Todo estaba saliendo a la perfección, pero el griego no iba a irse del partido. Logró poner las tablas y convertir la tercera bola de break en un reñidísimo juego con el que se ponía por delante por primera vez en el encuentro (3-4).

A Tsitsipas le costó un warning y algún que otro silbido de la grada el tardar un poco más en sacar para poner el 3-5 y situarse a un solo juego de igualar la contienda. Lo intentó evitar Alcaraz, primero con su servicio y después al resto, donde llegó a disponer de 0-40 para poner el 5-5, levantó una bola de set, pero no pudo con la segunda (4-6). Tras casi hora y media de partido, el griego igualaba la contienda en la central de Nueva York.

Una nueva batalla

Con un set para cada uno en el bolsillo, entrábamos en un nuevo encuentro que se llevaría el mejor a tres sets. Tsitsipas apretó al resto y puso en problemas a un Alcaraz que veía cómo su porcentaje de primeros servicios iba bajando con respecto a las anteriores mangas. El pupilo del que fuera número uno del mundo tuvo que hacer frente a varias bolas de break, levantó dos en el tercer juego, pero cedió su servicio hasta en dos ocasiones, dejando al griego en la cómoda situación de disponer de su servicio (2-5) para cerrar el set.

Pero Alcaraz no lo había dicho todo todavía, el español levantó tres bolas de set y resolvió en la red para recuperar uno de los servicios perdidos, llevándose el aplauso de una grada que ya había señalado a su nuevo ídolo. Con su servicio, Alcaraz puso el 4-5 en el marcador tras acariciar una bola en una gran dejada, otra marca de la casa del jugador de El Palmar. Esperó paciente hasta conseguir un nuevo break y poner el 5-5. Un español de 18 años estaba planteando batalla al número 3 de la ATP y la Arthur Ashe lo vivía como si fuera un jugador local.

Gran show de Alcaraz

«Let’s go, Carlos!» (¡Vamos, Carlos!) se llegó a corear en la Arthur Ashe, poco antes de que Alcaraz hiciera los deberes y se asegurara el tiebreak al que había llegado tras sumar cuatro juegos seguidos al límite. Respondió el griego pero se vio plenamente superado por el español en la muerte súbita (7-6(2)). Partidazo el del español, con una grada volcada y su equipo que le recordaba la importancia de la cabeza. Un solo set le separaba de romper su techo en un Grand Slam.

El gran desgaste del tercer set le pasó factura y Carlos Alcaraz encajó un rosco en el cuarto set, momento en el que pidió la asistencia médica. Habían transcurridos más de tres horas de partido en el encuentro más exigente para el murciano en su carrera y se dolía de la pierna derecha.

Empezó el quinto y definitivo set, con Tsitsipas al servicio, que no tardó en poner el 0-1, mientras Alcaraz medía cómo reaccionaba su cuerpo. El español se dedicó a sobrevivir en la pista, aguantando el pulso con Tsitsipas. Tras más de 3 horas y media de partido, a Alcaraz le quedaban  fuerzas para levantar una bola de break en el sexto juego y conectar un revés paralelo ganador que hacía rugir a la grada (3-3).

A esas alturas del partido, ninguno estaba por la labor de bajar los brazos y el billete a octavos pendería del más mínimo detalle. Alcaraz conectó varios golpes ganadores para poner el 4-4 en el marcador, jugando al límite y haciendo gala de una gran confianza y precisión a la hora de golpear la bola. Tsitsipas se aseguró el tiebreak y le pasó la patata caliente al murciano, que sacaba para mantenerse en el partido. ¿Presión? Juego en blanco y a la muerte súbita…

El público se ponía en pie, preparado para asistir al juicio final. Con n resto ganador, aprovechando el segundo servicio de Tsitsipas, Alcaraz gozó de ventaja (3-1). Una dejada del español enmudeció la pista, llegó el griego, pero falló en la red (4-2). Se creció para batir en la red nuevamente a Tsitsipas y disponer de tres bolas de partido. Tras más de cuatro horas, culminaba la gesta para meterse en sus primeros octavos de final de un Grand Slam apeando del torneo al tercer favorito.

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