LA BANDA TERRORISTA SEMBRÓ EL PÁNICO TAMBIÉN EN EL FÚTBOL

El día que ETA atentó en el Bernabéu antes de un Clásico y la noche del desalojo contra la Real Sociedad

ETA
El coche que ETA hizo explotar en 2002 y el desalojo del Santiago Bernabéu en 2004.

La banda terrorista ETA emitió este jueves un comunicado en el que informa de su disolución, seis años después de anunciar el abandono de la lucha armada que durante más de 50 años sembró el pánico entre los ciudadanos españoles, temerosos de un atentado de la organización. El mundo del fútbol también se vio salpicado por episodios lamentables con ETA como protagonista, destacando los vividos en el Santiago Bernabéu en 2002, el día en el que atentaron a escasos metros del estadio blanco, en la Torre Europa  y en 2004, cuando el coliseo madridista debió ser desalojado por una falsa amenaza de bomba.  

ETA cometió uno de sus atentados más recordados en el siglo XXI en las proximidades del Santiago Bernabéu, horas antes de la disputa de un Real Madrid – Barcelona que debía decidir el finalista de la Champions League de 2002. Dos coches bomba estallaron en la capital en menos de media hora, el primero de ellos a los pies de la Torre Europa, a escasos metros del estadio del equipo blanco, donde ya se vivía el ambiente habitual antes de un Clásico.

En esta ocasión, no hubo que lamentar víctimas mortales, pero el choque quedó marcado por la intromisión de la banda terrorista en un atentado que podía haberse convertido en tragedia. Felipe VI, entonces príncipe, representó a la Casa Real en el partido para mostrar su apoyo a los ciudadanos y la condena a los actos terroristas.

Desalojo ejemplar tras amenaza de ETA

Algo más de dos años después, el estadio Santiago Bernabéu vivió otro episodio de pánico relacionado con una llamada de la banda terrorista. ETA avisó a través de una llamada al diario Gara de que a las 21:00 horas del 12 de diciembre de 2004 iba a estallar un artefacto en el coliseo madridista, donde se jugaba en esos momentos un Real Madrid – Real Sociedad.

El colegiado del partido, Lizondo Cortés, ordenó la suspensión del choque, con el consiguiente desalojo del estadio, algo que se realizó de forma ordenada y ejemplar en escasos ocho minutos. A pesar del lógico nerviosismo que se vivió en las gradas, los aficionados presentes en el Santiago Bernabéu se comportaron con valentía y pronto estuvieron a salvo de un aviso de bomba que acabó resultando una falsa alarma.  

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