Cristiano y Benzema sufrieron su ‘Black Saturday’

La tarde soleada parecía adelantar un encuentro plácido para el Real Madrid, que se las prometía felices y confiaba en una goleada con sus dos estrellas atacantes, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema, como principales estiletes. Sin embargo y como si de una pesadilla se tratara, el luso y el francés vivieron un nuevo día negro, a pesar de la victoria, en este 2017 en términos de acierto y que incluso provocó el descontento de la afición, que se lo hizo saber a Karim en su sustitución.

Cristiano se preocupó de contactar con el equipo en casi todas las fases de juego. A pesar de su mal partido, el luso tuvo hasta cuatro ocasiones claras de gol, fabricadas gracias a sus movimientos y la aparición por todos los sectores del campo. Si hay una lectura que se puede sacar de este partido es que el cuatro veces Balón de Oro no va a volver a perdonar tantas opciones de golear.

Pero además, y a pesar del desacierto, el progreso del ‘7’ madridista con respecto a otros partidos de 2017 fue la movilidad. Cristiano bajó a recibir, estuvo bien en el contacto con el balón –24/27 en pases– y fue generoso a la hora de tomar decisiones en ataque. El desacierto demuestra que más allá del físico y la edad, el problema del luso está ahora mismo en su cabeza, o dicho de otra manera, a un gol de solucionarse. Un tanto que llegará más pronto que tarde.

Muestra de la actividad que sí mostró Cristiano frente al Málaga son sus dos despejes óptimos en el encuentro, ambos en el tramo final  de encuentro cuando el rival apretaba en busca del empate. Lo importante, por encima de romper su mala racha con un tanto que le aliviara estaba el triunfo del Real Madrid, y si había que arrimar el hombro en defensa, ahí se ofreció también el luso.

La magia abandonó a Karim

Un caso similar, con connotaciones, fue el de Benzema. El delantero galo llegaba señalado al Santiago Bernabéu después de un fallo que se puede catalogar de garrafal, frente al Celta, pero que no le convierte en culpable mayoritario de la derrota en Copa. Karim se sintió vigilado y, aunque no lo demostró por su carácter frío, se le notaron las ganas de contentar a un público con el que guarda una relación de extremos.

Un remate de cabeza estuvo cerca de convertirse en el primer gol –golazo– de la tarde, pero el esférico botó demasiado y se marchó alto. No valía anotar de cualquier forma y por ello Benzema intentó también un golpeo de espuela que no alcanzó a enganchar, provocando los primeros pitos en juego. Un chut más del galo confirmó un nuevo mal día en la oficina, que sumado al de su compañero de ataque hizo chirriar la línea más adelantada de los de Zidane.

La diferencia con Cristiano residió en su participación en el juego. Poco acertado de cara a puerta, se echó de menos al Benzema asociativo que tantas veces ha hecho respirar al Madrid. Solo 11 pases que llegaron a su destino –de 17 participaciones– parecen un bagaje escaso para uno de los arietes con una técnica y visión de juego más depuradas. En el minuto 82 Zidane decidió poner punto y final a la participación de Karim en el partido, dando entrada a Morata, al que, a pesar de todo, parece tener ganada la partida.