CELTA VS REAL MADRID: JORNADA 18 DE LIGA

Con Bale no basta

bale
Maxi Gómez celebra el segundo tanto del Celta.
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Otro pinchazo del Real Madrid, que dimitió de la Liga en octubre. El doblete de Bale no fue suficiente para sostener a un equipo que juega sin portero, con una defensa endeble y un mediocampo que se desfonda. El Celta puso el 2-2 en las postrimerías del partido.

Zidane volvía a su guardia pretoriana. No era para menos. El Real Madrid arrancaba el duelo de Balaídos a 17 puntos virtuales del Barça –con dos partidos menos–, una distancia que parece sideral aunque uno viaje en el Halcón Milenario. Pero el equipo blanco compite siempre con la misma fe con la que un calvo espera que le nazca pelo. Por eso Zizou ponía a sus mejores muchachos. Bueno, a sus preferidos.

Jugaba Keylor a la espera de que venga Kepa (o no) y Zidane le ponga (o no). En defensa Achraf hacía de Carvajal y Nacho de Sergio Ramos. Ambos acompañaban a Varane y Marcelo, descansados de la Copa. El centro del campo era como las campanadas de Televisión Española: estaban los de siempre. Casemiro, Kroos y Modric se repartirían el centro en Balaídos, con Isco por delante, recuperada la titularidad tras chupar banquillo en el Clásico. Arriba, a falta de Benzema –no sabría decirles si es la mala noticia o la buena–, jugaban Bale y Cristiano, que llevaban más tiempo sin ser pareja que Don Juan Carlos y Doña Sofía, a quien Dios guarde muchos años.

El Real Madrid salió nervioso y desenfrenado como Silvia Charro el día después de la fiesta de la empresa. Manejaba la pelota, atacaba los espacios y buscaba el área del Celta con Bale y Cristiano emboscados de fuera hacia dentro. Ambos se compenetraban y tuvieron un par de ocasiones (vale, ocasioncitas) en los primeros tres minutos del duelo. Así de intensos habían salido los de Zizou.

Vaivén en Balaídos

Respondió el Celta con la velocidad de un Aspas que ganó por la mano a Varane y al que el césped de Balaídos penalizó antes de plantarse en el área. Nacho, atento como un dependiente de El Corte Inglés, conjuró el peligro con un cruce salvador. En el 12 repitió Aspas con un remate a bocajarro después de amagar el desmarque que se estrelló contra el palo izquierdo de Keylor Navas. La flor salvaba al Real Madrid esta vez.

Los blancos insistían en sus ataques, pero la imprecisión en el último pase les impedía generar ocasiones claras. Marcelo trataba de llenar el hueco de Isco, pero el Real Madrid como un niño adicto a la tele: con poca imaginación. Sólo la movilidad de Bale parecía crear problemas a la defensa olívica.

Pasaban los minutos y al Real Madrid le cayó la media hora de juego sin marcar. La batalla de Balaídos podía ganarse con paciencia, pero el tiempo es el peor enemigo para los de Zidane. Un punto de precipitación e impotencia se apoderó de los blancos, que sufrieron el primer revés en el minuto 33. Una contra del Celta la condujo Wass, que se asomó al área y vio que el Madrid no tiene portero. Keylor se quedó a media salida. No atacó la pelota, no protegió el arco, así que el jugador del Celta sólo tuvo que ponerla por encima del discreto portero del Real Madrid para hacer el 1-0.

Sí, Zizou, hace falta un portero

Keylor, la lógica aristotélica y el sentido común dejan mal a Zidane porque, se ponga como se ponga Zizou, el Real Madrid sí necesita un portero. Y lo necesita ya. Puede que un delantero no, al menos mientras la salud respete a Gareth Bale. En el minuto 35, apenas dos después de que macara el Celta, igualaron los blancos. Fue un pase teledirigido de Kroos al desmarque de ruptura de Bale, que atacó el espacio y batió a Rubén con la naturalidad de quien se hace un Colacao.

Y dos minutos después volvió a aparecer el galés, esta vez con un remate al primer toque, al más puro estilo de delantero centro, después de un buen pase de Isco. Bale se anticipó a su par y marcó el 1-2 con el que el Real Madrid daba la vuelta al partido en un decir amén. Los tres minutos de esquizofrenia vivieron pausa en el descanso.

Se reanudó el duelo con el Real Madrid estrechando el cerco sobre el área del Celta en busca de un tranquilizador tercer tanto. Pero los de Unzúe no se arrugaron y recuperaron el balón tras el ímpetu inicial del campeón liguero. Un paso atrás dio el Madrid, que entregó cuero y espacio a los locales en busca de las contras en las que tan cómodo se siente.

En busca de Cristiano

Recuperó el pulso el Madrid, pero Cristiano tenía el punto de mira alto. A las nubes mandó una buena jugada colectiva del equipo en un remate dentro del área. Balaídos la tomaba con él. Ronaldo sonreía, pero era una sonrisa de quien está más mosqueado que feliz. Tampoco Isco en el 57 supo abrochar un gol marca de la casa al rematar por encima de la meta de Rubén.

El Celta volvía a hacer la goma y a asomarse al área de Keylor Navas. Pero lo hacía sin demasiado gas, como si llevara puesto el freno de mano. Casemiro se bastaba para achicar agua en el área y terrenos colindantes. Pero entonces el portero del Real Madrid volvió a hacer de las suyas. Iago Aspas ganó la espalda a unos despistadísimos Nacho y Varane. El delantero encaró a Keylor, que se resbaló y le hizo un penalti clamoroso.

Y cuando parecía que Keylor iba a ser más villano que el de Gru, el meta costarricense detuvo con una gran parada abajo el disparo de Aspas desde los once metros. Vale que se había adelantado medio metro, pero había que pararla igualmente y eso en Keylor Navas siempre es noticia.

Maxi pone el 2-2

Zidane se dio cuenta de que su equipo se estaba desinflando y metió a Kovacic por un fundido Modric y a Lucas Vázquez por Isco, que tampoco había tenido su noche en Balaídos. Retomó el dominio del juego el Real Madrid, pero el Celta no se rindió y encontró premio en el 81. Fue una jugada por la banda de Marcelo, que había perdido la pelota en un intento de ruleta. Aspas abrió para Wass, que centro al área donde ni Varane ni Nacho supieron contener el ímpetu de Maxi Gómez, que cabeceó a la red con la violencia de un alunicero.

Tuvo Lucas Vázquez en sus botas el 2-3, pero lo evitó Rubén porque ni en ésas parece tener suerte el Real Madrid. Se consumió el tiempo y no hubo milagro en Balaídos. Los blancos ratificaron su dimisión de la Liga, que presentaron en octubre, y sellaron un triste empate ante el Celta. A los de Zidane con Bale sólo no les basta.

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