Carreño roza el milagro pero acaba cayendo ante Khachanov
Pablo Carreño cayó eliminado en octavos de final del US Open ante Karen Khachanov en un partido en el que estuvo a punto de retirarse
Davidovich muere en la orilla y dice adiós al US Open
El US Open se acaba para Pablo Carreño en octavos de final. En un auténtico thriller vivido en la pista Louis Armstrong, la segunda en importancia del complejo neoyorkino donde se celebra el Grand Slam, el tenista asturiano rozó el milagro ante Karen Khachanov (4-6, 6-3, 6-1, 4-6, 6-3) minutos después de quedarse totalmente vacío, al borde del desmayo, sobre el tapete. Carreño sacó fuerzas de flaqueza para regalarse un quinto set donde no pudo culminar el milagro porque se encontró con la mejor versión de una de sus grandes bestias negras, el mismo que le eliminó en semifinales de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Con Carreño, igual que con Davidovich horas antes, sucede que no se le puede pedir más. Luchar hasta la extenuación, en su caso cercana a lo literal debido a unos problemas de mareos que a punto estuvieron de obligarle a la retirada en el tercer set, amplían el mérito de la actuación de Pablo, que no puede llegar a su tope, las semifinales, pero firma los octavos acordes a su ranking con la espina de pensar qué habría sucedido si no le hubiera visitado esa debilidad que le dejó blanco, sin fuerzas y necesitado de una pastilla revitalizadora para seguir compitiendo.
Pablo compitió a las mil maravillas, como en los compromisos anteriores, todos ellos de nivel, y se apuntó un primer set que presagiaba optimismo en su box y entre los aficionados españoles que un día más trasnochaban para ver a los suyos en Flushing Meadows. Carreño tenía que lidiar con Khachanov, un tenista que le había ganado en las tres últimas ocasiones y que con su potencia, siempre y cuando tenga la inspiración de su lado, puede causar estragos de cara a sus contrincantes.
Cuando mejor estaba Carreño apareció la derecha mortal de Karen, quien con ella como principal atributo se apuntaba el segundo set, también con un solitario break. No lo sabíamos, pero habían empezado los problemas de un Pablo que comenzó ofuscado con el ruido del público y acabó vacío, dejándose juego tras juego en un tercero finiquitado con 6-1 y con el español fallando pelotas adrede para que llegara más rápido el médico.
Amago de retirada y remontada frustrada
Desde su propio box, con su entrenador Samuel López al frente, se le instaba a la retirada, pero Pablo sabía que estaba en un gran momento y que iba a luchar hasta la última hora, con las fuerzas que tuviera. Poco a poco, el asturiano se fue encontrando mejor, jugando a pocos golpes y desprendiendo de ritmo a un Khachanov contagiado y que se dejaba su servicio en una cuarta manga que resucitó a Carreño. Un 6-4 prácticamente milagroso dejaba la decisión en la quinta.
Los detalles y un solitario break, como en cada set que se compitió –apartamos ahí al tercero– decidirían al vencedor y Khachanov, una vez las condiciones físicas volvieron a igualarse, fue mejor en el quinto. Su servicio funcionó como nunca antes en el partido y estuvo más resolutivo, todo lo contrario que un Pablo que se dejaría su servicio en un juego controlado con 30-0 y una derecha fácil cerca de la red. La falló, cedió su saque y pese a un nuevo intento digno de mención, ya no pudo darle la vuelta a la situación. Se acaba, con gran mérito, la participación de Pablo Carreño en el US Open.