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El cambio de Flick en el Barcelona: de ser un tío frío a dar volteretas

Hansi Flick dejó a un lado en el Barcelona su faceta de hombre frío y serio: ahora sonríe, celebra goles y da hasta volteretas...

En uno de las ocasiones que falló Robert Lewandowski, Flick acabó dando una voltereta tras ver fallar la ocasión

Flick le cambia la cara al Barcelona

Flick Barcelona
Hansi Flick sonríe en el Santiago Bernabéu. (EP)

Hansi Flick parece otro desde su aterrizaje en el FC Barcelona. Su metodología de trabajo parece no haber cambiado apenas desde que despuntó como un entrenador capaz en sus experiencias con el Bayern de Múnich y la selección alemana, un técnico metódico, exigente y dictatorial pero con un juego atrevido y vistoso. Esa aire de teniente, de hombre de pocas sonrisas, parece haberse esfumado desde su llegada a Barcelona, donde ha pasado de ser un tío bastante frío a dar incluso volteretas durante su primer Clásico ante el Real Madrid

Todos recordarán aquel fatídico 2-8 que encajó el Barcelona ante el Bayern de Múnich en los cuartos de final de la Champions ‘pandémica’. Al culé se le quedó grabados no solo los rostros de Robert Lewandowski o Müller –también el del cedido Philippe Coutinho– sino también la del entrenador que arrollaba a aquel equipo donde aún estaban los Leo Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets, Gerard Piqué o Jordi Alba.

Aquella noche, Hansi Flick dio varias clases en 90 minutos a un Quique Setién que salía por la puerta de atrás del Barcelona días más tarde de una de las humillaciones más bárbaras que se recuerdan en la historia blaugrana. Pero el alemán, pese al festival de fútbol de su equipo y jugadores, pese a la endiablada goleada, apenas sin inmutó con cada gol, con cada estocada que lograba los suyos. Aquel equipo arrollador salía campeón.

Hansi Flick siempre ha sido un entrenador bastante frío haciendo justicia a ese rol, a ese papel que se le atribuye de teniente, de hombre disciplinado que no le gusta salirse del camino, de sus patrones, de cada entrenamiento, que se toma muy en serio su trabajo.

Es por todo esto por lo que sorprende, en esta fase inicial de la temporada y especialmente por lo vivido en el Santiago Bernabéu, el espíritu fogoso que despertó Hansi Flick en el Clásico ante el Real Madrid. El alemán celebró de manera desmedida los goles, con mucha euforia, era una fiesta tanto para él como para su cuerpo técnico. De hecho, en una de las ocasiones que erraba el Lewandowski durante el partido, Flick acaba dando incluso una voltereta sobre el césped. Era un mar de nervios.

Ancelotti aplacó el entusiasmo culé

De hecho, ese entusiasmo con el que Hansi Flick celebraba los goles, como decimos, también era extendido a su cuerpo técnico. Aquello fue lo que ocasionó uno de los grandes mosqueos de Carlo Ancelotti, uno como pocos se recuerdan. El italiano, como captaron las cámaras durante el Clásico, se encaró con el banquillo culé y Flick tuvo que mediar disculpándose por los hechos. «¡Tenéis que respetar!», se le pudo leer en los labios a Ancelotti, molesto por la falta de elegancia del banquillo rival. Hay que saber tanto ganar como perder.

Ancelotti fue claro y le pidió a Flick respeto, después de tener que aguantar como el asistente del entrenador del Barça le celebraba el cuarto gol muy de cerca. El alemán no dudó en darle la razón a Ancelotti y se dirigió a Sorg para abroncarle. De hecho, el miembro del staff culé se revolvió para decirle algo al italiano, a lo que Flick le paró los pies.

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