El Bernabéu por fin conoció a Brahim: se estrenó como titular y cuajó un gran partido
Brahim cuajó un gran partido ante el Huesca en su debut como titular en el Real Madrid
A Brahim Díaz le llegó ante el Huesca la oportunidad que llevaba esperando desde el día que fue presentado como jugador del Real Madrid. Tras muchas semanas en las que no contaba para nada y después de recuperar la sonrisa con la llegada de Zidane, por fin pudo estrenarse como titular con la camiseta blanca. Y la oportunidad que le dio Zizou no la desaprovechó.
El talentoso jugador demostró desde el primer balón que es un jugador diferente. Con mucho que aprender y muchísimo que crecer, pero con cositas que le hacen ser especial. Tocó la pelota, tiró un recorte que le salió bien y erró a la hora de ceder. Una tarjeta de presentación que mejoraría con el paso de los minutos.
Brahim se ofrecía una y otra vez. Era el socio perfecto para todos los hombres de ataque. De mediapunta o escorado a la banda jugaba y hacía jugar. Sin duda, el hombre más potable de un Real Madrid algo espeso que sufría ante el colista de la Liga. Y aunque en alguna ocasión estaba un tanto pasado de revoluciones, sumaba mucho más de lo que restaba demostrando que puede tener sitio en este equipo. Sólo le tenían que dar oportunidades.
Su momento cumbre llegó con el gol de Isco. Benzema tiró de clase para ganar el balón, combinó con Brahim, que no dudó en pedirla, éste se la devolvió a un delantero francés que no acertó con el disparo y en el rechazo volvió a aparecer el malagueño para cederla suave y que Isco hiciese la igualada.
Tras el paso por vestuarios Brahim no perdió el vigor. Siguió peleando e intentándolo sin cesar, pero un golpe en una acción le mermó y Zidane tomó la decisión de sustituirle cuando el luminoso marcaba el minuto 63. El coliseo madridista se puso en pie para despedir a un jugador que se ha bautizado con buena nota en su primer partido como titular. El futuro es suyo y el madridimo lo sabe.