El Barça también descarta la doble cesión Saúl-Griezmann

En las negociaciones entre Barça y Atlético ha surgido en las últimas horas un nuevo giro de tuerca: un intercambio Saúl-Griezmann en forma de cesión y por un solo año. Sin embargo los azulgranas se niegan también a esta posibilidad porque no les interesa Saúl bajo ningún concepto. Y es que ahora mismo el alicantino se ha convertido en un verdadero problema porque tampoco entra en los planes de Simeone y lo cierto es que no hay ningún club que haya puesto sobre la mesa una oferta satisfactoria por él. También Griezmann supone un dolor de cabeza en la situación actual: su salario se dispara hasta los 25 millones de euros brutos por temporada.

Pese a que oficialmente ninguna de las dos partes vaya a reconocerlo, ni el Barça quiere a Griezmann ni el Atlético a Saúl. La solución estaría servida si los azulgrana estuvieran dispuestos a admitir al centrocampista en su plantilla, pero esa opción está totalmente descartada a día de hoy porque creen que no les aportaría nada y porque además estarían obligados a asumir un salario de 7 millones de euros netos que les condiciona su límite.

Todo lo contrario sucede con el Atlético, que aparentemente ya ha llegado a un acuerdo con Antoine Griezmann para que sea de nuevo rojiblanco durante las cuatro próximas temporadas por petición expresa de Simeone. Ese es el clavo ardiendo al que se agarra el Barcelona: la exigencia del entrenador argentino del fichaje del francés. Laporta quiere forzar a Gil Marín a pagar traspaso por un jugador por el que su club desembolsó 135 millones de euros hace sólo dos temporadas.

El Atlético ha intentado primero la fórmula del trueque y ahora la de la cesión por una temporada. En ambos casos se ha encontrado la puerta cerrada. Ahora sólo le queda la opción de vender a Saúl y plantearle una oferta al Barcelona, pero también aquí hay un problema, y es que a día de hoy no existe ninguna oferta razonable por el jugador alicantino, cuya depreciación en el mercado estas dos últimas temporadas ha sido exponencial. El Atlético pretende obtener 50 millones por su traspaso, pero no hay nadie que los pague.

También es cierto que los rojiblancos tienen una baza ganadora: el Barça a día de hoy no puede inscribir a sus nuevos fichajes porque ha sobrepasado el límite salarial. En cambio, en virtud de la reglamentación de la Liga sí está obligado a dar de alta a todos los jugadores con los que tiene contrato en vigor salvo que llegue a un acuerdo con ellos. Traducido a un ejemplo real: el 15 de agosto, cuando empiece la Liga, Koeman podrá alinear a Griezmann, pero no a Messi, Depay o Agüero. Todo un problemón.

La solución, por supuesto, pasa por deshacerse del francés y liberar así los más de 25 millones de euros brutos que supone su ficha anual. Sin embargo Griezmann dice que sólo se va al Atlético y le echa un pulso a su club. ¿Lo ganará? Está por ver, porque desde luego el Barcelona quedaría en muy mal lugar su deja salir de esta forma a uno de sus patrimonios más valiosos al mismo equipo del que le fichó hace dos temporadas pagando un dineral.

La partida sigue en todo lo alto pero tenemos ya una fecha tope para descubrir las cartas: el 13 de agosto deben haberse completado ya todas las inscripciones en la Liga. El Barcelona se enfrenta al desafío de conseguir el dinero suficiente para dar de alta a los nuevos fichajes. Si eso sucede Griezmann quedará en situación de desventaja, pero si Laporta no consigue su objetivo no tendrá más remedio que llegar como sea un acuerdo con el Atlético, y ese es el órdago que espera con paciencia Miguel Ángel Gil.