Batacazo de los colchoneros ante un Segunda B

El Atlético tira la Copa ante el Cornellá

El Atlético de Madrid cayó eliminado en la segunda ronda de la Copa del Rey a manos del Cornellá, de Segunda B. El conjunto catalán se impuso con un solitario gol de Adrián en el minuto 7 ante un equipo incapaz de derribar el muro de un rival inferior, pero que se agrandó hasta despedirles del torneo del K.O.

Atlético Cornellá
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La Copa del Rey es el torneo del K.O. y en esta edición se ha llevado por delante y antes de tiempo a uno de los cocos. El Atlético de Madrid, líder de la Liga Santander, dijo adiós al torneo copero en su segundo partido tras caer por la mínima (1-0) ante el Cornellá. El conjunto dirigido por Diego Pablo Simeone se quedó helado tras el tempranero gol de Adrián Jiménez y no fue capaz de asaltar la meta rival en 90 minutos que depararon la peor versión en meses de los colchoneros, que se llevan merecido carbón por Reyes.

Batacazo histórico que deja varios damnificados después de una actuación de claro suspenso y, sobre todo, inesperada por el cuerpo técnico. Simeone, sabedor de la posición en Liga del equipo, optó por dar descanso a un buen puñado de hombres importantes y habitualmente titulares. Marcos Llorente, Oblak, Luis Suárez, Lemar y Carrasco se quedaban en Madrid ante un duelo aparentemente asequible, pero que se convirtió en una encerrona desde el primer momento.

Una falta lateral en el minuto 7 fue botada con maestría y desviada con picardía por parte de Adrián Jiménez, que batía al canterano San Román –que ha adelantado a Grbic– para poner el primer tanto en el marcador. El limitado público del Nou Estadi Municipal enloquecía de la mano de sus jugadores, que comenzaban golpeando para alargar un sueño que iba a convertirse más de una hora después en realidad.

El gol había llegado y ello exigía una celebración, pero a su vez, la desconfianza de que hubiera llegado demasiado pronto. El Atlético, con Correa, Joao Félix y Vitolo en ataque, debía sobreponerse y lo hizo sólo un minuto después, aunque la combinación de los dos primeros no se tradujo en gol.

Acoso sin derribo

Por momentos, la meta de Juan Ramírez estuvo en sumo peligro de ser perforada, como podía parecer lógico, pero San Román también sufría en la suya las acometidas del valiente Cornellá, que en su último partido como local había cedido por 0-1 con el Barça… B. Todo eran malas noticias para el Atleti, que perdía, de nuevo, y de nuevo por lesión, a Giménez, aquejado de un fuerte golpe en el tobillo.

El Atlético de Madrid tuvo suficiente caudal ofensivo como para anotar un gol, aunque también pudo recibirlo, así que el 1-0 al descanso podía considerarse como justo. Mucho que mejorar para los de Simeone, que no tenían las alternativas necesarias en el banquillo por decisión técnica. Llorente, Suárez o Carrasco se mordían las uñas desde sus respectivos domicilios en Madrid.

Se esperaba una reacción de los pupilos del Cholo, pero lo que se encontraron en el césped artificial de Cornellá los televidentes atléticos fue la nada. Una segunda mitad indigna, con incapacidad para trenzar jugadas o encontrar huecos en una defensa, con todos los respetos, de la tercera categoría del fútbol español. Sólo en una ocasión pudieron romper el muro local, pero colegiado y asistente intervinieron con error al señalar un fuera de juego de Vitolo, que estaba en posición correcta y en camino hacia la meta rival sin defensas que le molestaran.

Adiós a Joao Félix, adiós a la Copa

Avanzados los minutos, Torreira se destapó como lanzador de faltas, pero su disparo se marchó fuera por centímetros y Simeone, en una nueva demostración de que el momento actual de Joao Félix no le convence, retiró al portugués para dar entrada al jovencísimo Mario Soriano, que se desmarcaría como uno de los escasos aspectos positivos del choque. En los instantes previos se le había puesto más cuesta arriba si cabe el partido a los rojiblancos, debido a una infantil expulsión del lateral Ricard, por doble amarilla.

En los últimos minutos, la electricidad del pequeño extremo y la ascendencia de Correa, que tuvo dos oportunidades para empatar, fueron los únicos argumentos de un equipazo perdido en un campo menor y que, tras el pitido final, confirmó su sonada y tempranera eliminación de la Copa del Rey a manos de un modesto que soñó en grande y se llevó su gran regalo de reyes.

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