PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 32

El Atlético se impone a Mateu Lahoz y golea en Zorrilla

Tenía el partido encarrilado 0-3 pero el árbitro revivió al Valladolid con un penalti surrealista

Los de Pezzolano se pusieron 2-3 y Sergio León tuvo el empate en un cabezazo al palo

El Atlético resolvió en la recta final, pero el resultado no refleja su sufrimiento

Valladolid Atlético de Madrid
Tomeu Maura

El Atlético sigue lanzado en la persecución de la segunda plaza y sumó hoy en Valladolid su octavo triunfo en los nueve últimos partidos. Griezmann añadió dos nuevas asistencias a su catálogo, Morata alcanzó la docena de goles y la noche fue un paseo militar hasta que decidió intervenir Mateu Lahoz para revivir un choque que estaba muerto y darle a los de Pezzolano una bola extra que obligó a los de Simeone a sacar el paraguas en la segunda parte, en la que sufrieron para mantener un resultado que se puso seriamente en peligro con un cabezazo de Sergio León que escupió la escuadra y que hubiera supuesto el empate a tres.

El nivel de protagonismo que se atribuye Mateu es exagerado. Es el tercer penalti consecutivo que le pita en contra al Atlético, al que por supuesto no le ha señalado ni uno solo a favor. Son ya por cierto 32 jornadas sin una sola visita a los once metros. Una situación surrealista que empieza a tener poca justificación, sobre todo viendo la facilidad con la que el árbitro valenciano castigó a Mario Hermoso por un toque ante Cyle Larin.

La jugada no pareció tener influencia en el resultado porque por entonces el marcador ya estaba 0-3 para el Atlético, pero consiguió apagar por completo a los de Simeone, que estaban sometiendo al Valladolid a un suplicio que llevaba camino de transformarse en una goleada. El partido empezó de nuevo a raíz del penalti y en el segundo tiempo el 3-3 se olfateó en varias ocasiones. De hecho, los dos últimos goles rojiblancos no reflejan el sufrimiento que padecieron en el segundo acto.

Dos minutos tardó en asomar el Atlético por la ventana del área vallisoletana. Griezmann soltó un centro raso y en el segundo palo surgió poderoso Nahuel Molina para repetir la misma suerte que en Vallecas, pero esta vez su disparo se estrelló contra el cuerpo del marroquí El Yamiq.

El Nahuel del pasado hubiera agachado la cabeza y se hubiera dedicado a hibernar. El Nahuel del presente, sin embargo, tiene tanta fe en sí mismo que sabe que es sólo cuestión de tiempo que se le presente otra oportunidad. Por supuesto así fue, y ahora con más fortuna. A los 19 minutos un pase largo de Giménez alcanzó solo en el área al lateral argentino, habilitado por Kike Pérez, y su ejecución fue impecable. Masip y todo el Valladolid se quedaron esperando al VAR, pero el gol subió al marcador.

El 0-1 metió al Valladolid en un túnel del que salió despedazado. Sin más antídoto que la habilidad de Gonzalo Plata, el equipo castellano fue devorado sin compasión por un Atlético que penalizó con goles sus titubeos defensivos. A los 23 minutos Giménez se anticipó a Masip en el saque de una falta botada por Griezmann y a los 37 Morata empujó a la red otro pase del francés, que añadió en la primera parte dos nuevas asistencias a su colección.

Zorrilla asistió silente a la ejecución sumaria de su equipo, pero de repente, cuando el 0-4 parecía sólo cuestión de tiempo, Mateu Lahoz decidió que había llegado el momento de dejarse ver. A los 41 minutos, en una salida de Grbic, que se impuso con limpieza, detectó un contacto de Hermoso con Plata y se fue directo al punto de penalti. Simeone alucinó en la banda, pero el árbitro valenciano ni siquiera quiso ir al monitor. El canadiense Larin transformó el castigo y revivió el partido.

El nuevo error arbitral en contra dejó tirado sobre la lona al Atlético. El equipo llegó como pudo al final del primer tiempo, pero cuando regresó del vestuario estaba totalmente cambiado. Ni los peones ni los pesos pesados fueron capaces de recuperar la chispa del primer acto y el Valladolid se transformó en un ciclón que engulló bajo su entornó a los madrileños, incapaces de volver a encontrarse. Ni siquiera Griezmann fue capaz de hacerlo.

El Valladolid fue poco a poco creyendo en el milagro y ganando metros. Hongla fue el primero en elevar la tensión con un gol anulado por fuera de juego tras un rebote del travesaño, luego Monchu obligó a Grbic a emplearse a fondo y, precisamente en el saque de esquina provocado por la parada  del portero croata Escudero se adelantó a Griezmann y cabeceó a la red.

El 2-3 puso al límite el partido. A Simeone no le salió bien ni un solo cambio porque el equipo estaba totalmente KO y las llegadas al área madrileña no dejaron de gotear. Sergio León cabeceó a la mismísima escuadra y la grada, ahora sí totalmente eufórica, dibujó en su mente el 3-3. A Mateu

En eso estaba el partido cuando de repente una combinación entre Memphis y Correa dejó al argentino en posición de ventaja en el área. En vez de disparar buscó de nuevo a su compañero, pero en el camino se interpuso Joaquín, que tocó el balón para introducirlo en su propia portería y dejar en un casi la épica remontada del Valladolid.

Pese al 2-4 los de Pezzolano no arrojaron la toalla y lo siguieron intentando, pero en el descuento pagaron muy caro su esfuerzo. Memphis condujo un contragolpe y él mismo lo resolvió de un modo maravilloso, aunque favorecido por la lesión de Joaquín, que no pudo seguir la jugada. El holandés es un delantero de catálogo al que el Atlético ha echado muchísimo de menos en este último mes pese a sus victorias. Se dejará ver en la recta final de la Liga como se dejó ver hoy en Zorrilla para acabar cerrando el partido.

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