El Atleti se harta de Joao
Defendido sólo por Gil Marín, el portugués exasperó a la grada por su falta de actitud
En 16 minutos escasos perdió todos los balones que jugó y uno de ellos casi causa el empate
Simeone lo relegó a ser el quinto cambio y luego le dedicó una indirecta
Muchos en el club consideran un grave error no haberlo vendido en verano
Minuto 93 del Atlético-Girona. Con el equipo embotellado en su área, Joao recibe un balón en campo propio y trata de superar a dos rivales haciendo una ruleta. Por supuesto lo pierde, y en la acción posterior Oblak tiene que forzar al máximo en un centro raso para evitar el gol del empate. Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia con el portugués, silbado por una grada que se ha dado cuenta de que no sólo es intrascendente, sino que su actitud es insostenible.
Joao Félix partía esta temporada con grandes expectativas, pero como en los tres veranos anteriores, todo el gas se ha diluido a las primeras de cambio. Su balance es un buen primer partido en Getafe. Y punto. A partir de ahí su aportación ha sido nula, tanto en Liga como en Champions, y ya no es que haya perdido la titularidad. Es que muchos compañeros le han adelantado por izquierda y por derecha. Simeone se lo dejó medianamente claro ayer con los cambios: fue el quinto en salir al campo. El último delantero. Lleva cero goles y poquísimos disparos a portería. Si índice de efectividad está por los suelos.
«Cuando Correa está enojado lo demuestra luego en el campo. Eso siempre te más opciones. Si no tenemos la exigencia alta no te alcanza para nada», dijo Simeone al final del partido. No nombró al portugués, pero el mensaje va claramente dirigido a un jugador que se resiste a tener una mínima regularidad. Suplente en el Atlético, suplente en la selección, tiene por delante su primer Mundial, pero parece que va a ser un simple figurante porque Portugal dispone de una pléyade de delanteros de primer nivel. Tiene garantizada la convocatoria, pero lo de jugar ya es otra cosa.
A Joao ya sólo lo defiende Miguel Ángel Gil Marín, su gran valedor. En una entrevista concedida el pasado mes de septiembre a Sonora lo dejó muy claro: «yo creo que es el mejor futbolista que hay ahora mismo, por lo menos lo siento así». Y aunque luego admitió que «es verdad que estamos teniendo muchos problemas de adaptación por las lesiones, por el COVID, y sobre todo por la manera de entender el juego suyo y del equipo», acabó repitiendo que «es una apuesta, es un riesgo. Muestra al mundo que el Atlético de Madrid puede competir con cualquiera en el mercado de jugadores».
Los números, sin embargo, chocan de frente con la ilusión que el CEO rojiblanco tiene depositada en el jugador. Sus estadísticas de ayer en los 16 minutos que jugó ante el Girona así lo demuestran. Lejos de tratar de aprovecharlos, salió al campo con una desidia insultante. El resultado: cero de cuatro duelos ganador, un regate intentado, un regate perdido y una pérdida de balón que no fue el empate de milagro. Un desastre. Uno más, porque en Sevilla por ahí anduvo.
Pocos son ya los que creen en este futbolista que va por su cuarta temporada como rojiblanco. En el club son muchas las voces que lamentan no haber aprovechado la oferta que planteó el pasado verano el Manchester United (aunque tampoco falta quien está convencido de que nunca fue real), pero lo que es cierto es que si los ingleses vuelven de nuevo a por el portugués se van a encontrar las puertas abiertas de par en par porque en el Atlético son mayoría los que creen que o se le traspasa ahora o estamos ante uno de los negocios más ruinosos de la historia de la entidad.