Alguersuari: «La Fórmula 1 no es un deporte, es un negocio»
Su sonrisa le delata. El automovilismo se había convertido en una obligación para Jaime Alguersuari, un deber que había traído de cabeza en los últimos años. El barcelonés ha probado casi todas las categorías existentes y ninguna le ha convencido tanto como la Fórmula 1 que 800 caballos que vivió entre 2009 y 2011. Desliza frustración. Sabe que aquellos coches no volverán y que él tampoco lo hará a la Fórmula 1. Los monoplazas de hoy día no corren como antaño porque existen intereses para hacer una competición más mediocre para que «pilotos que no han ganado nunca nada estén ahora en el podio».
¿Cómo es su día a día?
Muy tranquilo. Ha cambiado mucho en ciertas partes, pero sigo entrenando como antes y sigo con la mentalidad competitiva de siempre. He dejado una parte de mi vida hacia un lado y he empezado un capítulo nuevo. Ahora mismo quiero nuevas metas, nuevos desafíos y quiero abrir un episodio nuevo en mi vida. Estoy muy bien. Realmente pensaba que iba a ser peor, pero todo es muy reciente aún. Sé que añoraré mi vida anterior, volver a coger el volante, pero esto hay llegado a su fin y es justo poner su punto y final. Ahora que soy joven tengo que buscar un nuevo desafío.
Lo que más sorprende es su retirada a los 25 años…
Todo ha ido muy rápido, porque este deporte está diseñado de esta manera. Yo me llevo lo mejor del deporte. He tenido suficiente, dejémoslo ahí. Soy muy feliz haciendo música en mi casa, en mi estudio. Llevo cinco o seis años sacando música y para mí es muy importante emocionalmente. Me siento muy fuerte y estable conmigo mismo. Es una situación difícil porque no mucha gente entiende mi posición y los porqués, pero realmente ahora soy muy muy feliz. Y tengo ganas de evolucionar, de crecer en esta industria, no me he planteado ningún objetivo claro y lo que quiero es escribir mucha música.
Su última etapa en la Fórmula E parece ser muy oscura…
Yo soy muy fan de Alejandro Agag y le deseo todo lo mejor porque se lo merece. Creo que la Fórmula E tiene mucho futuro y además es un campeonato que me gusta mucho, pero la razón personal por la cual he tomado esta decisión no sólo ha sido por mi paso por la Fórmula E. Ha sido un año muy complicado porque hemos tenido un montón de problemas con la regeneración de batería y es un campeonato donde el potencial de ganar o ser mejor que los demás es tener más energía que el resto. La verdad es que hemos tenido un montón de problemas en mi parte del garaje con toda la regeneración de energía… Es normal es el primer año, es la primera vez que se hace un campeonato de esta magnitud y características y puede pasar. Confío mucho en el campeonato, pero ahora mismo el automovilismo, y no sólo en la Fórmula E porque he probado casi todas las categorías, no me ha motivado nada. No he encontrado realmente el amor que tenía como cuando estaba conduciendo un coche de 800 caballos con mucha carga aerodinámica y poco peso. Entonces es mi decisión, es una opción y es una forma de buscar la felicidad a través de algo que me apasione. Me siento muy afortunado de poder decir esto, de poder elegir y elijo esto.
¿Se ha vuelto el automovilismo muy previsible?
Hace cuatro años hablábamos de aerodinámica, ahora hablamos de electrónica. La Fórmula 1 es como es y cada cuatro años cambia la reglamentación. Que te guste o no te guste es una opinión personal. Que la respetes o no la respetes es otra opinión personal. Ellos tienen su gobierno y gobiernan el futuro de ello. Yo considero que no es un deporte y lo he dicho siempre, es un gran negocio donde los personajes somos nosotros y prescindimos del 20% -se refiere a lo que aporta el piloto- de lo que podemos hacer porque el 80% es lo que tienes debajo del asiento y es así. La gente vive de esto y le interesa decir que es un deporte épico y que entre los pilotos hay una diferencia abismal entre uno y otro. Cada uno tiene su opinión y realmente no estoy cómodo hablando de esto porque es siempre lo mismo. Esto es lo que pienso desde la humildad y lo que he vivido allí.
¿Qué tiene que hacer Carlos Sainz para quedarse en la Fórmula 1? ¿Es una cuestión de suerte?
Yo no confío en la suerte porque es totalmente aleatoria. Lo más importante es divertirse en la vida con lo que hagas. No sabes lo que va a pasar, igual te quedan dos días y es lo que le diría a alguien que tiene la posibilidad de estar con un coche que le guste. Carlos es un gran piloto y es mejor persona. Es un chico muy listo y muy inteligente. Ha llegado a la Fórmula 1 de una manera muy distinta a la mía. Él tiene una perspectiva de todo el circo que yo no tenía y eso es muy importante. No le deseo ninguna de las suertes, porque son aleatorias, le deseo lo mejor. Él sabe lo suficiente como para hacer puntos, tener un buen coche, poder ganar carreras y campeonatos. Lo único que le digo es que se divierta y que sí puede que gane al que tiene al lado. Es lo único en lo que te puedes medir, con tu compañero de equipo. Es lo único que intenté demostrar cuando estaba allí. Si no te diviertes no te puedes dedicar a esto.
¿Cree que Fernando Alonso se divierte ahora mismo en su coche?
No lo sé. Me llevo muy poco con Fernando. Hace ya años que no hablo con él, pero no lo sé. Es su decisión libre de irse aquí o allá y los objetivos de cada uno. Para mí, divertirme no era sólo estar en los puntos porque yo no tenía un coche para ganar, ni para quedar en los cinco primeros. Yo me divertía siempre, obviamente cuando estaba detrás de mi compañero de equipo no te diviertes tanto, pero lo más importante es que te sientes como un privilegiado. Estar en un equipo con 400 personas trabajando por detrás para tí, para hacerte un coche mejor y la gente que tiene ilusión, que sigue habiendo gente buena en la Fórmula 1, gente con corazón y con alma, seguramente los que recogen el hospitality y los que sirven de camareros, pero hay gente con mucha alma y hay que valorarlo.
Todos los pilotos veteranos critican esta Fórmula 1 tan desnatada. ¿Está de acuerdo?
Cada cuatro años cambian las reglas y es como es. Ellos gobiernan pensando en lo que puede tener futuro. A mí me gusta escuchar el motor, me gusta ver adelantamientos, me gusta ver igualdad, me gusta ver dificultad, que la hay porque obviamente sigue siendo un Fórmula 1 y no es fácil llevar un coche así. Pero no puede ser que se gasten 300 millones de euros y que el coche sólo sea un segundo más rápido que un GP2. Subes a un chaval de la Fórmula 3 o de las World Series o cualquier campeonato de promoción y cogen un coche de Fórmula 1. Hace cinco años subías un chaval y te partías el cuello. O cuando ganaban Fernando o Michael, tenían motores V10 que llegaban a 20.000 revoluciones, que tenían una carga aerodinámica increíble y que la carrera era a 60 kilos de combustible a hacer 30 vueltas a cuchillo. Ha cambiado, por supuesto que ha cambiado, que el bien y el mal es tan relativo que lo dejo al gusto del fan.
¿Sigue sintiendo ese espíritu competitivo en su día a día?
Haga lo que haga quiero hacerlo lo mejor que sé y si hay alguien que lo hace mejor quiero aprender de ese alguien. Desafortunadamente en mi trabajo es tan relativo ver a alguien que lo hace mejor o peor porque gente que no ha ganado nada en su vida está ahora conduciendo un Fórmula 1 donde lo has visto en el podio y lo vas a ver en el podio. Entonces pierdes la noción de quien es realmente bueno, quien no es tan bueno y es todo tan relativo. En un deporte sólo que dependa de tus manos y al 100 por 100 del talento, del sacrificio, del trabajo, se puede medir. Aquí no.