Te lo comes en el arroz sin saberlo, pero es una especie invasora que ya amenaza el Mar Mediterráneo
Te lo comes en la paella, pero es una especie invasora que está acabando con los ecosistemas marinos españoles
Parece inofensivo, pero este pequeño animal es una especie invasora en España capaz de hundir la economía
Pocos lo saben, pero este pez que habita en los ríos es una de las peores especies invasoras en España
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Las especies invasoras son aquellas que llegan y lo cambian todo. Se instalan, se expanden, desplazan a las nativas y cambian el equilibrio del lugar sin pedir permiso. Algunas parecen inofensivas, incluso adorables, pero la realidad es diferente. Hay unas que vuelan, que trepan, que se arrastran por el fondo marino. Y otras, sorprendentemente, también se comen.
Parece raro hablar de una especie invasora en el mismo plato que un fumet, un arroz o una fideuá, pero ocurre. En Suiza, por ejemplo, se han acostumbrado a cocinar un pez que fulmina los ecosistemas locales. Aquí, en cambio, hablamos de un cangrejo pequeño, rápido y colorido que amenaza el equilibrio del Mediterráneo y, al mismo tiempo, da un sabor estupendo a un caldo de marisco. Tal vez ya lo has probado sin saberlo.
Este es el cangrejo invasor que arrasa bajo el mar… y está lleno de sabor
Se llama Percnon gibbesi, aunque en Canarias lo conocen como marañuela y en Mallorca simplemente como aranya. Su apodo más común, cangrejo araña, se lo ha ganado por la forma de su cuerpo: plano, ovalado, con patas largas y delgadas que recuerdan más a un insecto que a un marisco.
Originario de las costas del Atlántico y del Pacífico oriental, se ha colado en el Mediterráneo desde finales de los noventa, y desde entonces no ha dejado de extenderse. Mallorca, Menorca, Ibiza, Murcia…
A simple vista es difícil no fijarse en él. Marrón rojizo, con líneas azuladas y toques verdes fosforescentes, con bandas amarillas en las articulaciones de sus patas. Tiene apenas tres centímetros de caparazón, pero se mueve con una agilidad sorprendente por los fondos rocosos, donde se esconde de los depredadores. Come sobre todo algas, pero también se alimenta de pequeños crustáceos o peces.
¿Dónde se encuentra y qué amenaza representa este cangrejo invasor?
En su hábitat natural (de Florida a Brasil, de California a Chile) pasa bastante desapercibido. El problema empieza en el Mediterráneo. Aquí, Percnon gibbesi ha llegado como un intruso. Comparte espacio con cangrejos autóctonos como Pachygrapsus marmoratus o Eriphia verrucosa, a los que va desplazando poco a poco.
El Real Decreto 630/2013 lo incluyó en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, aplicable en toda España excepto en Canarias, donde sí es nativo. Y aunque no afecta a la salud de los humanos ni hay datos sobre pérdidas económicas, su impacto ecológico es evidente.
En zonas como Baleares se ha convertido en una amenaza para la Posidonia oceánica, base del ecosistema marino local.
Aunque este pequeño crustáceo no tiene tradición culinaria como otros invasores (el cangrejo rojo americano, por ejemplo), sí puede cocinarse. En Italia, donde también es una especie invasora, su uso culinario es más común: lo preparan en platos como espaguetis con salsa de cangrejo o frituras de marisco.
No obstante, su carne es escasa, y eso ha impedido que se convierta en una opción habitual en la cocina. Aun así, se puede aprovechar en caldos, arroces, fideuás, frituras… Todo lo que necesite ese punto de sabor marino.
La próxima vez que pruebes una paella o un arroz caldoso, puede que en el fondo esté este pequeño cangrejo. No es muy grande, pero tiene mucho sabor.
Si bien convertirlo en recurso gastronómico no resolverá el problema, sí podría ayudar a frenar su avance.
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